Elegir ingredientes sostenibles
Misericordia: Cómo cuidar de nuestra Tierra
Por Bailey Woodward, pasante de Justicia
Los alimentos que consumimos tienen efectos no sólo sobre nuestra salud, sino también sobre el medio ambiente. Aunque algunos ingredientes comunes puedan parecer inofensivos, en realidad pueden estar vinculados a prácticas insostenibles que dañan los ecosistemas, contribuyen al cambio climático y aceleran la pérdida de biodiversidad. Veamos algunos ingredientes comunes y su impacto medioambiental.
Es importante abordar la sostenibilidad con conciencia, en lugar de esperar que la gente se abstenga por completo de cualquier producto que tenga un impacto medioambiental; eso sería increíblemente difícil de hacer a largo plazo. El objetivo no es eliminar todos estos ingredientes de nuestra dieta, sino hacer elecciones más sostenibles siempre que sea posible.
Aceite de palma
El aceite de palma se utiliza en muchos productos: alimentos procesados, cosméticos e incluso productos de limpieza. Su gran demanda ha provocado una deforestación a gran escala, que ha afectado sobre todo al Sudeste Asiático. Esto ha destruido los hábitats naturales de los orangutanes, tigres y elefantes. La deforestación también ha contribuido significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero y al cambio climático.
Carne vacuna
La producción de carne vacuna está provocando una deforestación galopante. La industria ganadera ha empezado a apoderarse de zonas, como la selva amazónica, para hacer sitio a las tierras de pastoreo. La producción de carne de vacuno también consume una cantidad importante de agua (15.000-20.000 litros por kilogramo). Genera emisiones de gases de efecto invernadero, que representan alrededor del 18% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y provoca la degradación de la tierra. Esto hace que la carne de vacuno sea uno de los alimentos menos sostenibles que puedes comer.
Aguacate
Los aguacates han provocado una deforestación masiva en México, que afecta a los ecosistemas y a la fauna salvaje. Además, el cultivo del aguacate requiere una cantidad sustancial de agua (2.000-2.500 litros por kilogramo) en una región que ya se enfrenta a problemas de escasez de agua y sequías. Las explotaciones de aguacate también contribuyen a la degradación del suelo.
Almendras
El cultivo de almendras requiere una gran cantidad de agua (unos 4.000 litros por kilogramo). Esto es problemático, ya que las almendras se cultivan habitualmente en California, una zona propensa a las sequías.
Arroz
El cultivo del arroz también requiere mucha agua (2.500-5.000 litros por kilogramo) y a menudo provoca la emisión de metano, un gas de efecto invernadero. Los campos de arroz suelen abonarse con productos químicos que pueden contribuir a la contaminación cuando se escurren a los ecosistemas cercanos.
Azúcar
El azúcar se encuentra en muchos alimentos procesados, y la demanda está causando estragos en el medio ambiente. El cultivo de la caña de azúcar provoca una deforestación masiva, especialmente en Brasil. Además, la caña de azúcar necesita entre 1.500 y 3.000 litros de agua por kilogramo y suele utilizar pesticidas nocivos que contaminan el medio ambiente.
Marisco
La industria marisquera es una gran amenaza para los ecosistemas marinos. La sobrepesca agota las poblaciones marinas y amenaza la supervivencia de las especies de peces. Las prácticas pesqueras destructivas pueden dañar los ecosistemas oceánicos, como los arrecifes de coral.
Comer de forma más sostenible
Aunque los impactos de estos ingredientes son alarmantes, hay medidas que podemos tomar para comer de forma más sostenible.
- Opta por más fuentes de proteínas vegetales en lugar de carne de vacuno. Las proteínas como las alubias y las lentejas no sólo son más sanas para tu cuerpo, sino que son mejores para el medio ambiente.
- Si consumes lácteos, ternera y otros productos cárnicos, intenta buscar opciones procedentes de granjas regenerativas. Las prácticas agrícolas regenerativas ayudan a restaurar la salud del suelo y a capturar las emisiones de carbono.
- Cambia los aceites que utilizas. En lugar de aceite de palma, prueba con aceite de oliva o de coco. También son mejores para tu salud.
- En lugar de arroz, elige quinoa y otros cereales que requieren mucha menos agua. La quinoa sólo necesita entre 500 y 1.000 litros de agua por kilo, mientras que el arroz requiere entre 2.500 y 5.000 litros de agua por kilo.
- Cuando compres alimentos, busca certificaciones como Fair Trade (Comercio Justo), Rainforest Alianza (Alianza para Bosques) u Orgánico. Estas certificaciones indican que el producto se ha producido de forma sostenible, minimizando los daños al medio ambiente, la fauna y los trabajadores.
- Considera la posibilidad de cultivar algunas de tus propias frutas y verduras. Esto te dará más control sobre cómo se producen los alimentos, haciéndolos mejores para el medio ambiente y más rentables para ti.
- Elige marisco con certificaciones MSC o ASC en el envase. Indican prácticas pesqueras sostenibles.
- Evita comer pescado vulnerable a la sobrepesca, como el atún rojo y algunos tipos de bacalao.
- Consulta la Guía del Marisco del Acuario de Monterey, una guía del consumidor sobre las opciones de marisco más sostenibles.
- Reduce los residuos siempre que sea posible. Los residuos alimentarios que acaban en los vertederos contribuyen a las emisiones de metano. Planifica cuidadosamente tus comidas para aprovechar las sobras, y composta los restos de comida.