Se espera que los participantes lean la Parte 1 de «Reflexión profunda» en la «Guía de autoestudio» que se encuentra aquí.
Para los grupos de la Misericordia: Si tu grupo está formado por participantes afiliados a las Hermanas de la Misericordia, deberán leer, reflexionar y llevar un diario sobre el material de la lente teológica de la Misericordia. También deben ver el video «Análisis Social y las Lentes de la Misericordia», con la hermana Alicia Zapata e interactuar con al menos otra lente.
Si tu grupo no está afiliado a las Hermanas de la Misericordia, deben leer, reflexionar y escribir en un diario sobre al menos una de las lentes teológicas. También te invitamos a ofrecerles otra lectura o video que se conecte con el carisma, las escrituras o las enseñanzas de tu grupo.
Elige una de las dos opciones para la oración inicial. Hay una breve oración en el texto de la «Guía de autoestudio» para la Sesión 3. También hay un recurso de oración más largo disponible aquí.
Si deseas prolongar la sesión, elige uno de los recursos adicionales que figuran al final de la guía para esta sesión para explorarlo en grupo.
Esquema para la Sesión 3
Bienvenida y Oración
Tras la bienvenida y los asuntos iniciales, dirige al grupo en la oración inicial que hayas elegido. Invitа a los participantes a compartir cualquier cosa que les haya llegado durante este tiempo de oración.
Discusión
Discutan el material de lectura para la Sesión 3. Presten especial atención a este extracto de la lectura, que ayudará a establecer el tono de esta sesión:
Nos vemos obligadas a reflexionar profundamente sobre lo que hemos escuchado de las personas y comunidades más afectadas por las violentas intrusiones del extractivismo. Hemos escuchado el llamado a descentrarnos. Ahora pasamos a ocuparnos de las perspectivas teológicas que surgen de las tierras en las que el extractivismo está causando heridas increíbles. Las lentes teológicas nos ayudan a ver de otra manera. Pretenden descentrarnos para que podamos escuchar más profundamente las voces que pueden ser desconocidas para nuestra forma de ver y entender.
Invita a los participantes a reflexionar en silencio durante un par de minutos sobre uno de los lentes sobre los que leyeron por su cuenta. Si tu grupo decidió enfocarse en uno de los lentes juntos, ya sea el lente de la Misericordia, una lectura o un video elegido para resonar con su grupo, te sugerimos que comiencen con ese.
Luego plantea las siguientes preguntas e invita a cada participante a compartir:
¿Qué elemento o descripción de esta lente teológica se queda contigo?
¿De qué manera nos llama esta lente a responder al extractivismo?
¿Hay algún concepto o idea que te desafíe?
Después de que todos hayan compartido y terminen cualquier discusión grupal, invita a los participantes a otro par de minutos de reflexión silenciosa sobre lo que acaban de escuchar unos de otros y sobre una segunda lente teológica que eligieron del autoestudio.
A continuación, ofrece estas preguntas para esta ronda de intercambio:
¿Qué elemento o descripción de esta lente teológica se queda contigo?
¿Cuál es la mayor diferencia, si es que hay alguna, entre encuadrar las cosas con esta lente y la lente con la que te has sentido más cómoda?
¿De qué manera te llama esta lente a responder al extractivismo?
¿Hay algún concepto o idea que te desafíe?
¿Cómo te llama esta lente a considerar una respuesta sistémica al extractivismo más allá de tu respuesta individual?
¿Qué sistemas de explotación y opresión se identificaron al reflexionar sobre la lente?
Pide a los participantes que resuman lo que han escuchado en esta sesión y lo que parece estar surgiendo en este momento de su participación en este proceso.
Preparación para la Sesión 4
Pide a las participantes que lean, reflexionen y escriban en un diario sobre el Autoestudio de la Parte 2 de Reflexión Profunda que se encuentra aquí. Esto incluye dos entrevistas en video con la asociada de la Misericordia Nelly del Cid de Honduras y la identificación de sistemas que han hecho que el modelo de desarrollo extractivo prospere.
La «Guía de autoestudio» también nombra los sistemas que han ayudado a que el modelo de desarrollo extractivo prospere. Son económicos, políticos, ambientales, mediáticos/de información pública y sociales. A cada sistema, o perspectiva, le siguen una serie de preguntas para fomentar una reflexión y un análisis profundos.
En lugar de esperar que cada participante explore todas estas perspectivas, pídele a cada participante que seleccione un sistema con el que les gustaría participar por su cuenta y luego compartan con el grupo la próxima vez. Pueden explorar esa perspectiva en general, a través de un ejemplo de extractivismo de este proceso o de un ejemplo de extractivismo en o cerca de la comunidad donde viven o alguna vez vivieron.
Asegúrate de que el grupo cubra todas las perspectivas; está bien si hay más de un participante asignado a una perspectiva.
Recursos adicionales para profundizar:
Virginia Fifield, asociada de la Misericordia, reflexiona sobre el extractivismo a través de una lente nativa. La Hermana de la Misericordia Mary Pendergast comparte su experiencia de extractivismo en Alberta, Canadá, en un video de 13 minutos.
Antes de la sesión, los participantes deben leer la Parte 2 de «Reflexión profunda» de la «Guía de autoaprendizaje» que se encuentra aquí. Esto incluye dos entrevistas en video con la asociada de la Misericordia Nelly del Cid de Honduras y la identificación de sistemas que han hecho que el modelo de desarrollo extractivo prospere.
En lugar de esperar que cada participante explore todas estas perspectivas, pídele a cada participante que seleccione un sistema con el que les gustaría participar por su cuenta y luego compartan con el grupo la próxima vez. Pueden explorar esa perspectiva en general, a través de un ejemplo de extractivismo de este proceso o de un ejemplo de extractivismo en o cerca de la comunidad donde viven o alguna vez vivieron.
Asegúrate de que el grupo cubra todas las perspectivas; está bien si hay más de un participante asignado a una perspectiva].
Prepárate para mostrar el video del Papa Francisco del autoestudio como oración de apertura. O selecciona otra oración que arrastre a tu grupo en la realidad del extractivismo.
Si deseas prolongar la sesión, elige uno de los recursos adicionales que figuran al final de la guía para esta sesión.
Esquema para la Sesión 4
Bienvenida y Oración
Tras la bienvenida y los asuntos iniciales, dirige al grupo en la oración inicial que hayas elegido. Invitа a los participantes a compartir cualquier cosa que les haya llegado durante este tiempo de oración.
Discusión
Recuerda a las personas dónde se encuentran ustedes en el proceso: la segunda parte de «Reflexión profunda», en la que utilizaremos el análisis social para comprender cómo los sistemas ayudan a que el modelo de desarrollo extractivo prospere. Lee en voz alta esta sección de los materiales preparatorios y luego guía al grupo a esta discusión:
A medida que nos involucramos en el análisis social, aprenderemos sobre los diversos impactos del modelo de desarrollo extractivo (social, comunitario, político, económico, etc.). En esta fase del proceso, después de escuchar profundamente los daños del extractivismo, seguimos siendo cautelosos con cualquier tendencia a resolver problemas o a tomar decisiones sobre lo que debe o podría hacerse. El enfoque aquí requiere que nos preguntemos, ¿Por qué? en lugar de ¿Qué podemos hacer?
Invita a los participantes a reflexionar en silencio o a revisar su diario sobre los videos que vieron de la Asociada de la Misericordia Nelly del Cid de Honduras.
A continuación, plantea estas preguntas para el debate:
¿Qué has aprendido de estas entrevistas?
Conociendo las lentes teológicas que hemos explorado y discutido, ¿viste esto de forma diferente?
¿Qué preguntas te han planteado estos videos sobre dónde se produce el poder y la toma de decisiones?
¿A dónde acudirías para saber más sobre las situaciones descritas?
En su autoestudio, los participantes revisaron los sistemas (económicos, políticos, ambientales, mediáticos/de información pública, sociales) que han ayudado a que el modelo de desarrollo extractivo prospere.
En la última sesión, cada participante se comprometió a centrarse en uno de estos sistemas. Nombra cada sistema por turno e invita a los participantes que exploraron ese sistema a compartir sus aprendizajes. Luego revisa las preguntas de ese sistema, disponibles en la «Guía de autoestudio». Exploren juntos tantos sistemas como el tiempo y el interés lo permitan.
Preparación para la Sesión 5
Antes de la Sesión 5, los participantes deben leer la Parte 3 de «Reflexión profunda» de la «Guía de autoestudio» hasta la sección titulada «Reflexión contemplativa», que se revisará en grupo durante la sesión.
Invita a cada participante a comprometerse a explorar uno de los temas que se cruzan con los impactos del extractivismo. Esos temas son la Tierra (el medio ambiente), la inmigración, la no violencia, el racismo y las mujeres. Los participantes deben estar preparados para compartir sus aprendizajes con el resto del grupo.
Recursos adicionales para profundizar:
La Hermana Terri Bednarz reflexiona sobre el «extractivismo en su patio trasero» Jean Stokan, miembro del Equipo de Justicia de Mercy, habla sobre la conquista, el neocolonialismo y las mujeres activistas en la lucha contra el extractivismo en Honduras en este video de 12 minutos.
Análisis social del modelo de desarrollo extractivo
A medida que nos involucramos en el análisis social del modelo de desarrollo extractivo, aprenderemos sobre los diversos impactos del modelo de desarrollo extractivo (social, comunitario, político, económico, etc.).
En esta fase del proceso, después de haber escuchado profundamente los daños del extractivismo, seguimos siendo cautelosos con cualquier tendencia a resolver problemas o a tomar decisiones sobre lo que debe o se podría hacer. El enfoque aquí requiere que nos preguntemos, ¿Por qué? en lugar de ¿Qué podemos hacer?
Nuestro análisis procede de un lugar de armonía y de una buena relación con la comunidad de la vida. Nos recordamos a nosotros mismos que, tal como se comparte a través de las lentes teológicas, nosotros, como humanos, estamos dentro de la dinámica del planeta. Estamos en una relación recíproca y no dominante con la comunidad de la Tierra. Ya no podemos adoptar el punto de vista de subyugar a la Tierra; más bien, estamos llamados a ser administradores responsables.
Cuándo nos involucramos en el análisis social, trabajamos para responder a la pregunta: ¿Qué sucede realmente en esta situación? Seguimos haciendo preguntas y respondiendo a esas preguntas para comprender y analizar la situación. Los autores Joe Holland y Peter Henriot definen el análisis social como «el esfuerzo por obtener una imagen más completa de una situación social explorando susrelaciones históricas y estructurales.
Para un ejemplo de este tipo de análisis, mira una entrevista en dos partes con la asociada de la Misericordia Nelly del Cid sobre la situación en Honduras. Puedes ver la Parte 1 aquí y la Parte 2 aquí. Después de ver los videos, puedes reflexionar sobre las siguientes preguntas:
¿Qué has aprendido de estas entrevistas?
Conociendo las lentes teológicas que hemos explorado y discutido, ¿viste estas entrevistas de forma diferente?
¿Qué preguntas te han planteado estos videos sobre dónde reside el poder y se produce la toma de decisiones?
¿A dónde acudirías para saber más sobre las situaciones descritas?
No necesitamos ser expertos en extractivismo o en industrias extractivas, pero debemos estar seguros e informados para hacer las preguntas adecuadas para descubrir los sistemas que han hecho prosperar el modelo de desarrollo extractivo. Las preguntas recomendadas para la reflexión o el diario se enmarcan a continuación, y las respuestas a estas preguntas deben desarrollarse en las experiencias escuchadas a través de nuestra escucha profunda y vistas a través de las diversas lentes teológicas que se han compartido. También puedes considerar estas preguntas en relación con el extractivismo en o cerca de una comunidad donde vives o alguna vez viviste.
Perspectivas para el análisis
Cuando nos dedicamos al análisis social, revisamos una situación a través de las siguientes perspectivas. Puedes encontrar este Glosario de Términos útil a medida que avanzas a través de los sistemas y preguntas.
ECONÓMICOS
Producción, distribución y consumo, y patrones de propiedad y toma de decisiones sobre la tierra, el capital, la tecnología, los recursos y la mano de obra
¿Quién es el dueño?
¿Quién controla?
¿A quién beneficia?
¿A costa de quién se beneficia la economía?
¿Se benefician los negros, los pueblos indígenas y las comunidades de color y tienen un acceso equitativo a los recursos económicos?
¿Qué papel juega la economía global en la toma de decisiones económicas?
¿Dónde vemos un recentrado que se centra en las relaciones humanas y en toda la creación en lugar de en los beneficios?
¿Cómo se centran el trabajo y las necesidades de los negros, los pueblos indígenas y las comunidades de color en el modelo económico predominante en juego?
POLÍTICOS
Estructura y salud del sistema político de un país ¿Quién tiene el poder?
¿Quién toma las decisiones? ¿Para quién(es)?
¿Quién tiene acceso a la toma de decisiones gubernamentales?
¿A quién se da prioridad en la toma de decisiones políticas y en el establecimiento de políticas?
¿Quién es responsable?
¿Qué papel juega la corrupción?
¿Cómo influyen las estructuras políticas externas en las decisiones?
¿Qué papel juega el poder judicial?
¿Cómo se utiliza el sistema judicial, la policía y el ejército contra los defensores de los derechos humanos y de la tierra? (¿Se criminaliza a los defensores de los derechos humanos y de la tierra por sus esfuerzos de protección?)
¿Se escuchan las demandas de los movimientos populares y sociales?
¿Cómo está cambiando el tema, la política o el programa actual la dinámica de poder para integrar mejor las voces y las prioridades de las comunidades de color?
¿Hay barreras legales para la equidad racial en juego?
MEDIOAMBIENTAL
La salud de la tierra, el agua, el aire y las especies vivas
¿Cómo afectan las decisiones a la tierra, los ecosistemas vitales y las especies a corto plazo?
¿Cómo han contribuido las decisiones a la emergencia climática?
¿Quién tiene acceso a recursos limpios?
¿Quién determina el acceso al agua?
¿Qué prioridad tiene la salud del medio ambiente en la toma de decisiones?
¿Cómo se priorizan las relaciones justas entre todos los seres?
¿Cómo se respetan los derechos sociales, culturales y ancestrales de los pueblos indígenas a la tierra?
¿Se responsabiliza a las empresas contaminantes y a las industrias extractivas de la destrucción y del pago de la remediación?
¿Tienen los Pueblos Indígenas control sobre los territorios ancestrales?
¿Cuál es el impacto medioambiental para las comunidades de color?
MEDIOS DE COMUNICACIÓN/INFORMACIÓN PÚBLICA
El flujo de información hacia las personas
¿Quién controla los mensajes dentro de la comunidad y hacia el público en general?
¿A quién pertenecen los medios de comunicación u otros canales de información?
¿Quién se beneficia de los mensajes de los medios de comunicación?
¿Cómo se manipula la mensajería?
SOCIALES
Cómo se relacionan las personas entre sí: etnia, raza, clase, edad, género
¿Quiénes son perjudicados? ¿Qué pierden esas personas?
¿Quién es visible y valorado por los responsables de la toma de decisiones? ¿Quién no lo es?
¿Cuál es la base de la inclusión?
¿Cuál es la base de la exclusión?
¿Qué sistemas han reforzado las decisiones de inclusión y exclusión?
¿Cómo refuerzan las decisiones la supremacía blanca y el colonialismo?
¿Cómo incluimos o excluimos de forma significativa a las personas (comunidades de color) afectadas? ¿Qué políticas, procesos y relaciones sociales contribuyen a la exclusión de las comunidades más afectadas por las desigualdades?
¿Son los negros, los indígenas y los líderes de color parte integrante del sistema social y de la planificación?
Recursos adicionales para profundizar:
La Hermana Terri Bednarz reflexiona sobre el «extractivismo en su patio trasero» The Red Deal: Acción indígena para salvar nuestra tierra Jean Stokan, miembro del Equipo de Justicia de la Misericordia, habla sobre la conquista, el neocolonialismo y las mujeres activistas en la lucha contra el extractivismo en Honduras en este video de 12 minutos
Lee lentamente la oración interreligiosa que concluye Laudato Si’: sobre el cuidado de la casa común. Reflexiona sobre cómo esta oración se conecta con tus aprendizajes sobre el extractivismo.
Explorar las interconexiones
Identificar las conexiones entre los impactos del extractivismo y otros temas de actualidad nos ayuda a profundizar aún más en nuestra reflexión y análisis. Las Hermanas de la Misericordia de las Américas han nombrado cinco «Asuntos Críticos» que guían nuestro trabajo: La Tierra, la inmigración, la no violencia, el racismo y las mujeres. Invitamos a todos los que participan en este proceso a explorar las interconexiones de estos temas y los daños del extractivismo. Si quieres saber más sobre los Asuntos Críticos de la Misericordia, haz clic aquí.
La Asociada de la Misericordia Nelly del Cid nombra muchas de estas intersecciones en este video de nueve minutos. Esta entrevista de seis minutos con Jean Stokan, miembro del Equipo de Justicia de la Misericordia, explora estas interconexiones de manera más explícita. Después de cada video, dedica un tiempo a reflexionar en silencio y considera las siguientes preguntas:
¿Qué has aprendido de los ejemplos compartidos?
Dado tu conocimiento de las lentes teológicas que hemos explorado y discutido, ¿cómo viste estos videos de manera diferente?
¿Dónde has visto la intersección con los Asuntos Críticos de la Misericordia en los videos?
¿Qué preguntas plantearon estos videos sobre dónde se produce el poder y la toma de decisiones?
¿A dónde acudirías para saber más sobre situaciones centradas en la experiencia de las personas, las comunidades y la Tierra?
Dedica un tiempo a leer y reflexionar sobre este documento, que proporciona explicaciones y ejemplos de dónde se conecta el impacto del extractivismo con otros temas. Después de leer esta información, dedica un tiempo a reflexionar sobre las siguientes preguntas:
¿Qué información nueva has aprendido de este documento? ¿Se compartieron ejemplos que no conocías?
¿Cómo te ayuda esta exploración de las intersecciones a enmarcar tu compromiso individual y comunitario, actual y futuro, con el extractivismo?
Reflexión contemplativa
Ahora te invitamos a la reflexión contemplativa en torno a las imágenes (PowerPoint / pdf) en la intersección de los Asuntos Críticos de la Misericordia y el extractivismo. a Tras un breve período de silencio con cada foto, reflexiona y anota en un diario tus respuestas a las siguientes preguntas:
¿Qué veo en esta foto? ¿Cómo me hace sentir?
¿Qué es lo que veo diferente ahora de lo que hubiera visto hace seis meses?
¿Qué preguntas me hace esta imagen? ¿Qué preguntas le hace a la Misericordia? ¿A dónde puedo ir para encontrar respuestas o para aprender más?
Antes de la sesión, todos los participantes deben leer «Escucha profunda» de la «Guía de autoestudio» que se encuentra aquí. Además del material de lectura, un enfoque de esta sesión es el video «En defensa de la vida» (33 minutos). Si los participantes no recibieron instrucciones de ver el video antes de la Sesión 2, se deben hacer arreglos para verlo juntos durante la sesión.
Elige una de las dos opciones para la oración inicial. Hay una breve oración en el texto de la «Guía de autoestudio» para la Sesión 2. También hay un recurso de oración más largo disponible aquí.
Si desea ampliar la sesión, elija uno de los recursos adicionales enumerados al final de la «Guía de autoestudio» de esta sesión para explorar en grupo.
Esquema para la Sesión 2
Bienvenida y Oración
Tras la bienvenida y los asuntos iniciales, dirige la oración inicial que hayas elegido.
Discusión
Discutan el material de lectura para la Sesión 2. Presta especial atención a este extracto de la lectura:
Al escuchar profundamente las historias de los traumas, debemos comprometer todo nuestro cuerpo en el proceso de conocimiento. Saber es diferente del conocimiento empírico; es un «conocimiento interno». Cuando entramos en el lugar del conocimiento interno, comprometemos nuestro corazón y escuchamos a quienes han experimentado y siguen experimentando explotación y violencia trauma. Oímos los clamores de la Tierra y de los que han sido empobrecidos.
Involucra al grupo en la discusión sobre estas preguntas:
¿Qué opinas sobre el concepto de «escucha profunda»?
¿Qué experiencias tienen ustedes de escucha profunda?
Video
Si eligieron ver el video «En defensa de la vida» juntos, háganlo ahora. A continuación, utilice estas preguntas para el debate:
Después de escuchar profundamente estas voces, debatan sobre estas cuestiones:
¿Qué está emergiendo de nuestros corazones?
¿Qué valores están creando tensión dentro de nosotros?
¿Qué es lo que está claro en nosotros y qué permanece sin resolver?
¿Qué fue lo que más te impactó mientras veías y escuchabas las voces del video?
¿De qué forma el extractivismo desafía tu complicidad?
¿Quién se ve beneficiado y quién perjudicado por las industrias extractivistas?
¿Este sistema apoya o destruye la vida?
Historias de explotación
Teniendo en cuenta el tiempo, ofrece espacio a que cada participante del grupo comparta su propia historia de una experiencia directa con el extractivismo. Establece de antemano las normas básicas para crear un espacio seguro en el que compartir. El objetivo es simplemente que los demás escuchen. No se espera que todas o cada una de las participantes tenga algo que compartir, pero es una oportunidad para escuchar las experiencias de las participantes. Cualquiera de las preguntas de seguimiento debe ser solo para aclarar dudas.
Después de que todos hayan tenido la oportunidad de compartir una experiencia directa, invita a los participantes a cerrar la sesión compartiendo una breve frase sobre una nueva comprensión o entendimiento obtenido al escuchar profundamente estas historias. Mientras lo hacen, pide a los participantes que den respuestas que:
Están centradas en la experiencia de las personas, las comunidades y la Tierra
Evita las generalizaciones
Concéntrate en los detalles de lo que se ha oído
Que no se muevan por las respuestas, sino que se sienten en la incomodidad y el entendimiento del sufrimiento
Preparación para la Sesión 3
Se espera que los participantes lean la Parte 1 de «Reflexión profunda» en el Autoestudio, que se encuentra aquí.
Para los grupos de la Misericordia: Si tu grupo está formado por participantes afiliados a las Hermanas de la Misericordia, deberán leer, reflexionar y llevar un diario sobre el material de la lente teológica de la Misericordia. También deben ver el video «Análisis Social y la Lente de la Misericordia» con la Hna. Terri Bednarz e interactuar con al menos otra lente también.
Si tu grupo no está afiliado a las Hermanas de la Misericordia, deben leer, reflexionar y escribir en un diario sobre al menos una de las lentes teológicas. También te invitamos a ofrecerles otra lectura o video que se conecte con el carisma, las escrituras o las enseñanzas de tu grupo.
Recordemos la Presencia del Espíritu del Dios Vivo. El Dios que sopló sobre las aguas y creó todo lo que hemos conocido y amado.
Tengamos presente estos «tiempos sin precedentes» y el efecto que el extractivismo y la crisis climática tienen sobre los más pobres de entre nosotros.
¿Cómo es posible que la Tierra, ella misma la joya indiscutible del universo, se haya visto tan mermada en el transcurso de unas pocas generaciones?
¿Qué hacemos ahora que lo sabemos?
El recurso de oración adicional está disponible aquí.
Comprometiendo la teología
Nos vemos obligadas a reflexionar profundamente sobre lo que hemos escuchado de las personas y comunidades más afectadas por las violentas intrusiones del extractivismo. Hemos escuchado el llamado a descentrarnos. Ahora pasamos a ocuparnos de las perspectivas teológicas que surgen de las tierras en las que el extractivismo está causando heridas increíbles. Estas teologías se oponen a las teologías antropocéntricas y androcéntricas opresivas que provienen del Norte Global. Las lentes teológicas sirven para ayudarnos a ver de otra manera. Pretenden descentrarnos para que podamos escuchar más profundamente las voces que pueden resultar desconocidas para nosotras, ya que estamos comprometidas con nuestra propia forma de ver y entender. Así que te invitamos a explorar el uso de la lente de las Hermanas de la Misericordia, una lente ecofeminista, una lente de liberación ecológica y la lente de la ecología integral del Papa Francisco. . Estas lentes teológicas nos guiarán para responder al clamor de los que han sido empobrecidos y al clamor de la Tierra.
Ofrecemos algunas preguntas de reflexión después de cada una de las descripciones de estas lentes. Siguiendo estas descripciones, ofrecemos algunas preguntas adicionales para la reflexión y recursos adicionales.
Lente de la Misericordia: Una visión hacia la armonía y la correcta relación en nuestro mundo sufriente
Antecedentes: El Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas abraza la tradición de Catalina McAuley. Su visión y su compromiso evangélico de caminar con los que sufren en la pobreza ha sido un ejemplo para nosotras. Siguiendo sus pasos, nos comprometemos a estar al servicio de las personas empobrecidas, de las personas enfermas y de las personas sin educación. Hemos seguido profundizando nuestra tradición de la Misericordia en estos tiempos contemporáneos. En el transcurso de nuestros tres últimos Capítulos del Instituto (reuniones de gobernanza), hemos intensificado nuestro deseo de vivir en solidaridad con nuestro mundo sufriente y con toda la creación de Dios. Buscamos continuamente transformarnos hacia una mayor integridad de palabra y obra.
«El Dios de la Misericordia, la Sabiduría y el Misterio nos llama, como Hermanas de la Misericordia de las Américas, una comunidad internacional e intercultural, a profundizar nuestra relación con Dios y entre nosotras, y a intensificar nuestro trabajo en comunión con otras personas que buscan un mundo más justo e inclusivo»
Mediante un compromiso expreso con nuestros Asuntos Críticos, prestamos especial atención a cinco áreas de necesidad interrelacionadas en nuestro sufrido mundo: la Tierra, la Inmigración, la No violencia, el Racismo y la Mujer. Entendemos que nuestro compromiso con estos asuntos críticos debe considerarse dentro de un contexto más amplio y en relación con los demás.
Llamado a una Nueva Conciencia
Durante el Capítulo del Instituto de 2017, profundizamos nuestro compromiso de escuchar el clamor de las personas, la Tierra y las comunidades más profundamente afectadas por las industrias extractivas y de responder con «integridad y clara intención» a su demanda de justicia y florecimiento de la vida para todos.
Como Misericordia, estamos llamadas a considerar más profundamente nuestras responsabilidades con la Madre Tierra. Buscamos vivir en armonía e interrelación con la Tierra, y apoyar el derecho de la Tierra y de sus comunidades interrelacionadas a cumplir sus importantes funciones en los procesos siempre renovados de la vida (Berry 1999). Como Misericordia, estamos llamadas a escuchar a las comunidades de color y a las comunidades indígenas, que siguen sufriendo un impacto desproporcionado y violento de las industrias extractivas. Trabajar para convertirnos en una congregación antirracista y para hacer frente a nuestra emergencia climática, requiere volver a centrarnos en las historias y experiencias que impulsan nuestra toma de decisiones. Estamos llamadas a explorar lo que significa hoy que la Misericordia se solidarice con las comunidades perjudicadas por las industrias extractivas. Con un corazón que escucha, nos esforzamos por escuchar lo que estas comunidades nos dicen sobre las acciones necesarias para sanar la Tierra. Intentamos comprender de qué forma, como individuos y como comunidad, somos cómplices de la crisis climática que se está desarrollando en nuestro tiempo.
«Llamadas en este momento a actuar», estamos obligadas a responder al impacto de las industrias extractivas sobre las personas, las comunidades y la Tierra. Al comprometernos con una forma descentrada de escuchar, ver y tomar decisiones, nos comprometemos a realizar análisis descolonizados de nuestras propias estructuras y prácticas. Buscamos la relación correcta y la armonía con la comunidad de la vida, en la que nos esforzamos por adoptar una administración recíproca, cooperativa y no dominante con toda la creación de Dios.
«Escuchamos el clamor de nuestro mundo que sufre. El empobrecimiento de los pueblos, la devastación de la Tierra y normas sociales y sistemas opresivos nos llaman hoy a actuar… A intensificar esfuerzos para alinear nuestras inversiones con nuestros valores y, especialmente hoy, necesitamos educarnos y actuar contra las industrias extractivas que están destruyendo personas, comunidades y la Tierra».
Puntos clave en el uso de la lente de la Misericordia:
Servimos al sufrimiento de nuestro mundo con un compromiso especial con los Asuntos Críticos.
Trabajamos por la transformación de una mayor integridad de palabra y de obra.
Escuchamos el clamor de las comunidades que exigen justicia desde su lugar y en su propia experiencia.
Buscamos la relación correcta y la armonía con la comunidad de vida de la Tierra mediante relaciones recíprocas, cooperativas y no dominantes.
Escuchamos las historias y experiencias de otros desde un lugar descentralizado y descolonizado.
Alertamos contra el desequilibrio y las fuerzas destructivas perpetradas por el dominio de la perspectiva poderosa, privilegiada, blanca, patriarcal y capitalista/imperialista
La Hermana Alicia Zapata explica cómo usar esta lente en el análisis social en este video de seis minutos.
Preguntas de reflexión
¿Qué te queda de esta descripción de la lente de la Misericordia?
¿Hay algún concepto o elemento en la descripción que necesites aclarar? Si es así, ¿cuál?
¿Cuál es la palabra clave que más te dice sobre el uso de la lente de la Misericordia para analizar el extractivismo?
Una lente teológica ecofeminista: Dios es relacionamiento, Dios está presente en todas partes
La perspectiva ecofeminista de Ivone Gebara nos proporciona una lente con la cual examinar los valores y supuestos en juego y en tensión con las teologías antropocéntricas. Esta perspectiva desafía la noción patriarcal de que los humanos tienen el mandato de Dios de someter y dominar la Tierra. Explica que el lenguaje sobre Dios no sólo forma nuestras teologías sobre Dios, sino que también moldea nuestro comportamiento hacia la Tierra y sus comunidades vulnerables. Cuando las metáforas se literalizan, el misterio de Dios es sustituido por el absolutismo y la rigidez de las verdades que creemos. Gebara propone una forma metafórica de conocer a Dios que se expande más allá de las imágenes. Dios es «relacionamiento». Relacionamiento significa que la experiencia es un valor y una forma de conocer el misterio de Dios. El relacionamiento expresa la presencia, pero «no es algo que pueda disminuirse a una forma de ser». A través de esta lente teológica, añade Gebara, se puede «encontrar a Dios en una variedad de expresiones».
Dios no está apartado en algún reino trascendente y se relaciona con nosotros desde lejos con ocasionales y limitadas incursiones encarnadas (la visión tradicional de los sacramentos). Utilizando la metáfora de Sallie McFague del universo como cuerpo de Dios, Gebara une la inmanencia y la trascendencia de Dios. «Todos y todo se convierten potencialmente en un sacramento de Dios». Las metáforas de Dios como relacionamiento y del universo como cuerpo de Dios nos obligan a ver la Tierra, la creación y a nosotras mismas de forma diferente en relación con los demás. Dios está en todo y todo está en Dios. No podemos localizar a Dios. No podemos decir que Dios está aquí y no allí. Dios no es una esencia pura que exista en sí misma, sino que Dios se simboliza mejor como relacionamiento o parentesco. Cuando hablamos de Dios, es por medio de las relaciones y de la relatividad. Cuando hablamos de Dios, lo hacemos desde nuestra experiencia personal.
Ivone Gebara es miembro de la congregación agustiniana de las Hermanas de Nuestra Señora. Tiene dos doctorados: Uno de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo y el otro de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Es una filósofa ecofeminista latinoamericana que enseñó durante muchos años en el Instituto Teológico de Recife (Brasil) junto a Hélder Camara, un notable teólogo de la liberación.
Gebara plantea otro punto teológico, que estamos obligados a experimentar a Dios como presencia. El lenguaje de la presencia y la ausencia de Dios es dualista. ¿Cómo es que Dios está ausente? Decir que Dios está ausente de la creación, o que está fuera de la creación, sitúa a Dios en un espacio etéreo. Estas verdades que creemos dualistas y jerárquicas son nociones patriarcales de Dios. Han dado lugar a todo tipo de teologizaciones como la de por qué este Dios «remoto» responde o no a las súplicas de los pobres o se preocupa por el sufrimiento de la «humilde creación».
Gebara nos insta a superar las teologías antropocéntricas dualistas que elevan el sufrimiento humano por encima del sufrimiento de otras criaturas y de la propia creación. Señala que muchos de nosotros hemos estado tan arraigados a los valores antropocéntricos que las opiniones ecofeministas pueden parecernos extrañas, incluso panteístas. Pero, de nuevo, no podemos localizar a Dios ni aquí ni allí. Cuando oramos como si Dios estuviera ahí fuera, situamos a Dios en algún lugar fuera de nosotros. En cierto sentido, objetivamos a Dios. Cuando no hemos sentido la integración, la interconexión y la interdependencia de todas las cosas, nos resulta más difícil imaginar a Dios si no es a nuestra imagen y semejanza.
La Biblia está llena de imágenes no antropocéntricas de Dios, pero nos hemos aferrado a la imagen humana porque nuestra visión del mundo está arraigada en formas patriarcales de ver. La idea de una divinidad, explica Gebara, que impregna todos los seres, tiempos y lugares, ha sido descartada por las voces patriarcales como primitiva y mítica. Para someter y dominar a la creación, los puntos de vista patriarcales sostienen la idea de que debemos ser mejores y tener un estatus superior al de la creación. Pero Gebara objeta que ya no podemos hablar de que Dios existe antes de la creación, como si hubiera una ordenación lineal de Dios primero y la creación después. No hay ninguna brecha entre la atemporalidad de Dios y la temporalidad de la creación.Dios no existe como un ser separado de la creación: Dios está presente siempre y en todas partes. Al separar radicalmente a Dios de la creación, mantenemos a Dios como una «reserva moral» intocable que permite a los seres humanos abandonar un dominio o acciones malvadas. En efecto, con la ayuda de Dios, podemos alejarnos de lo que hemos destruido y dejarlo atrás, o con una noción apocalíptica moderna, podemos creer que todo será sustituido por una Tierra nueva y mejorada.
¿Por qué es importante la lente ecofeminista de Gebara? ¿Por qué cambiar nuestra forma de percibir a Dios? Gebara dice que no resolveremos los problemas de la angustia y el sufrimiento humano con los discursos dualistas tradicionales que separan la presencia de Dios de la creación. Necesitamos una perspectiva unitaria y muy realista. Intentamos comprender y aliviar el sufrimiento de la Tierra, de los animales y de los humanos, sin creer que un sufrimiento sea superior o inferior al otro. El relacionamiento no es un discurso sobre el «ser» de Dios, sino sobre lo que percibimos del misterioso cuerpo del universo al que pertenecemos. Esta forma de ver desafía los discursos tradicionales sobre Dios y recupera las metáforas de Dios de los rígidos nichos literalistas y dogmáticos. Podemos ampliar nuestras imágenes de Dios, compartir experiencias de Dios y alejarnos de las imágenes de Dios que ya no tienen sentido.
Gebara explica que la invitación al amor y a la misericordia no procede de una realidad externa a nosotros; más bien es un impulso que está presente en nuestra propia humanidad. Dentro de nuestro propio ser late una increíble atracción hacia otros seres, hacia la creación. Debemos permitir que nuestras experiencias vitales sean nuestro primer maestro.
Preguntas de reflexión
¿De qué forma tu familia y las experiencias de tu infancia moldearon tu perspectiva de Dios? ¿De qué manera tu perspectiva de Dios ha configurado tus interacciones con la creación y las criaturas?
¿De qué manera la comunidad ha moldeado tu relación con Dios y la Tierra? ¿De qué te has desprendido? ¿Qué inspiró tu cambio? ¿Cómo han cambiado tus valores?
¿Qué es lo que te ha resultado desafiante de la lente teológica de Gebara? ¿Qué aspecto de la perspectiva teológica de Gebara inspiró o afirmó tu propia experiencia de Dios?
¿De qué manera es relevante la lente ecofeminista de Gebara para tu debate sobre el extractivismo?
¿Qué valores ecofeministas crean tensión en tu interior al haber escuchado profundamente las experiencias traumáticas? ¿Qué ha surgido en ti?
Una teología ecológica de la liberación: La opción preferencial por los pobres y el problema del saqueo
El teólogo Daniel Castillo nos capta a través de la influyente lente de la teología de la liberación de Gustavo Gutiérrez, pero la desarrolla con una lente ecológica. También desafía, al igual que Gebara, las teologías antropocéntricas y androcéntricas opresivas del norte global, pero sitúa estas teologías en su contexto del Antropoceno.
El trabajo de Daniel Castillo nos proporciona un contexto al explicar cómo el Banco Mundial y los países desarrollados, como Estados Unidos y las naciones europeas, colaboraron para trasladar las industrias sucias al sur global. América Latina y África se convirtieron en los vertederos de residuos tóxicos y recursos extraídos. Castillo explica que estamos en medio de la sexta extinción masiva. El extractivismo está devastando los ecosistemas de la Tierra a niveles sin precedentes, y el envenenamiento del suelo, del aire y del agua de la Tierra se está produciendo a un ritmo sin precedentes. Los pueblos indígenas, que viven de forma sencilla y en armonía con la Tierra, sufren enormemente los efectos del extractivismo. Se les ha confiscado el agua y la tierra, incluso a costa de sus propias vidas. La violencia perpetuada por poderosas fuerzas económicas y empresariales suele estar sostenida por fuerzas gubernamentales opresivas.
Daniel Castillo es profesor asociado de teología en la Universidad Loyola de Maryland, y ha publicado extensamente sobre teología ecológica. Su trabajo se fundamenta en la teología de la liberación de Gustavo Gutiérrez. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Notre Dame, Indiana.
Para Castillo y otros liberacionistas, responder a los males del extractivismo requiere que nos replanteemos nuestra perspectiva cosmológica. La visión idílica de que formamos parte del gran esquema del proceso creativo de Dios contrasta fuertemente con la perspectiva evolucionista en la que los humanos evolucionan como criaturas complejas mediante comportamientos triunfalistas.
Castillo sostiene que, en efecto, podemos experimentar una mayor sensación de conexión con la creación cuando vemos que todo está compuesto de polvo de estrellas, pero este gran sentimiento unificado no nos ayuda a afrontar las realidades más duras. ¿Cómo respondemos a los genocidios, al cambio climático y a los virus, ya que también forman parte de la creación y están compuestos de polvo de estrellas? La historia del universo no es sólo una bella historia de la cosmología; consiste en el proceso de evolución que puede ser brutal a medida que la vida evoluciona de simple a compleja. La aparición de formas de vida superiores detalla un relato triunfalista de la historia en el que surgen los vencedores, y es su historia la que se celebra. El clamor de la Tierra y de aquellos que fueron empobrecidos han sido y siguen siendo enterrados en los relatos triunfalistas. La realidad histórica de la evolución es mucho más cruda y desordenada de lo que se presta nuestra visión idílica de la cosmología. Castillo insta a un enfoque político-ecológico que busca iluminar el abuso de poder en el mundo.
Comienza con los prejuicios antropocéntricos heredados del cristianismo de la época medieval. Castillo señala la creencia cristiana común de que Dios ordenó a los humanos que explotaran la naturaleza para su uso (una interpretación errónea común de Génesis 1:26-27). Las teologías medievales también desacralizaron el mundo natural con llamados a los cristianos para que se separasen de las cosas mundanas y se centrasen en la búsqueda de otro mundo. El secular se hizo pasar por sucio e impío. Se consideraba a los humanos como redimibles, con almas que podían salvarse y elevarse, mientras que el mundo natural carecía de alma y sólo existía para servir a los humanos (desechando la idea de que la creación da gloria a Dios por su ser). Según Castillo, este proceso desacralizador ha sancionado y catalizado la explotación y la dominación de la naturaleza, lo que a su vez ha conducido a nuestra actual crisis ecológica. Con estos puntos de vista antropocéntricos, no podemos ver que los humanos somos responsables ante Dios de nuestros actos. Debemos actuar con una comprensión de quién es Dios y de lo que Dios desea. Estamos llamados a reevaluar las viejas teologías y soteriologías que perduran en nosotros para evaluar si hemos visto lo que Dios realmente desea. Castillo apunta a la comprensión de la auto-revelación de Dios en nuestra tradición cristiana (la Biblia, la doctrina y otras fuentes de la tradición), pero también afirma que la naturaleza es una fuente de la revelación de Dios (como lo dilucida el Papa Francisco en Laudato Si). Según Castillo, Jesús encarna los deseos de Dios cuando ofrece una buena nueva a los pobres y da esperanza a los cautivos, y exhorta a sus seguidores a ocuparse de los más pequeños (Mt 25:35-40) (897). Las bienaventuranzas hablan del deseo de Dios de bendecir a los vulnerables (Mateo 5:3-12 // Lucas 6:20-25). Jesús proclama la buena nueva de Dios a los pobres (Mateo 11:5 // Lucas 4:16, 7:22).
En los decenios de 1950 y 1960, la influencia de la teología de la liberación se impuso en América Latina. Su principio fundamental es la creencia de que la «opción preferencial por los pobres» obliga a las comunidades a responder a las injusticias que oprimen y matan a los pobres y a otros pueblos marginados. Castillo explica que empezaron a surgir dos concepciones divergentes de la teología de la liberación y su énfasis en la «opción preferencial por los pobres». Por un lado, la teología de la liberación instaba a una llamada a la transformación radical por parte del pueblo de Dios que exigía la participación en la lucha contra las fuerzas psicológicas, políticas, culturales y económicas (908). Por otra parte, el apoyo a las causas de los pobres y marginados no requería necesariamente una conversión de vida. Se puede permanecer en una posición de apatía, pero también en un lugar de no implicación respecto a la transformación estructural (908). Castillo sostiene que, en el fondo, la teología de la liberación requiere que una comunidad de creyentes practique obras de caridad y misericordia, pero también, y de forma importante, que se enfrente y transforme las fuerzas socioeconómicas, políticas y culturales que producen las injusticias, la pobreza material y la opresión (919). Si el amor de Dios y el deseo de Dios han de vivirse mediante el compromiso de una opción preferencial para los pobres, ello exige la conversión, que requiere una reorientación de nuestras vidas y comunidades hacia el servicio de la transformación del mundo (919). ¿Cómo puede producirse la conversión si no despertamos y tomamos una conciencia más profunda de nuestra propia participación en la opresión y las injusticias que afectan a los pobres? Estamos llamados a ver cómo nuestras propias ideologías contribuyen a estas injusticias. Estamos llamados a una nueva conciencia.
Castillo explica cómo el colonialismo y la ideología del saqueo dieron forma a las relaciones entre los dos hemisferios globales. En resumen, el norte ha saqueado al sur global durante más de 500 años, impulsado por la Doctrina del Descubrimiento y las Bulas Papales. Añade que este saqueo fue perpetuado por la ideología del saqueo que incorporaba el racismo, la misoginia y la superioridad cultural. Y fue sancionado de diversas maneras por la teología cristiana. Tras la Segunda Guerra Mundial, el colonialismo tal y como lo conocíamos empezó a derrumbarse, pero una nueva forma de colonialismo estaba en auge, y estaba siendo impulsada por el mito del progreso (938). Aunque Castillo no lo menciona, el auge del Evangelio de la Prosperidad y sus teologías afines influyeron en el trasfondo de los valoresculturales estadounidenses que hasta hoy siguen saqueando el sur global. Mientras el sur global acogía el declive del viejo colonialismo, Castillo escribe que el presidente Harry Truman (1945-1953) instó a una era de desarrollismo. Abogó eficazmente por la mejora de las regiones subdesarrolladas llevando a ellas los avances científicos y el desarrollo industrial. En efecto, inauguró una era neocolonial antes de que el sur global pudiera construir e instituir nuevos paradigmas para sí mismo (949). Su efímera bienvenida a la liberación del viejo colonialismo se convirtió en un nuevo tipo de colonialismo en el que el norte global utilizó el desarrollismo y la modernización para enmascarar el saqueo de los recursos del sur (en mano de obra, en tierra, en minerales y otros recursos).
Fue dentro de esta nueva era de neocolonialismo y en respuesta a la violencia y devastación que la caracterizaba, que Gustavo Gutiérrez, filósofo y teólogo peruano, elaboró y expuso por primera vez las ideas de la teología de la liberación (1971). Esencialmente, pidió un cambio radical hacia la liberación e instó a romper con el desarrollismo. Castillo nos recuerda cómo Gutiérrez reveló los engañosos y peligrosos trasfondos legitimados y ofuscados por la retórica del desarrollo y la modernización (981). Ayudó a plantear cuestiones críticas. ¿Qué es lo que ocurre realmente en nombre del desarrollo y la modernización, y cómo estos conceptos de progreso impiden las transformaciones reales? Y además, ¿quién se beneficia realmente de estos conceptos instituidos por el norte global? El llamado de Gutiérrez a la liberación de las estructuras sociopolíticas y culturales del desarrollo requiere una conversión inminente, no un retraso en el futuro lejano (981).
Hay tres puntos esenciales expresados en la lente liberacionista de Gutiérrez.
El primero es su concepto de salvación. Explica que la salvación no es exclusivamente una realidad de ultratumba, sino que se experimenta en la historia y en la comunión con Dios. La salvación no es sólo la liberación del pecado, sino también la experiencia de la gracia. La salvación se produce mediante experiencias de comunión y solidaridad con los vulnerables y marginados.
En segundo lugar, Gutiérrez hace hincapié en lo que entiende por «prójimo». El prójimo incluye sobre todo a los pobres y oprimidos, porque, como explica, el amor de Dios se expresa a través de un profundo amor a «los más pequeños».
En tercer lugar, Gutiérrez subraya que la solidaridad con los pobres requiere un compromiso para transformar las estructuras y fuerzas que producen la pobreza, la opresión y la muerte. El pecado cultural y estructural, sobre todo en la forma de desarrollo, debe ser confrontado con una ruptura radical (993).
Castillo desarrolla la teología de la liberación de Gutiérrez con una lente ecológica al vincular el clamor de los pobres con el clamor de la Tierra. El mito del progreso persiste porque atrae con la idea de una forma de vida mejor, pero en realidad sólo se benefician unos pocos. Por ejemplo, cuando las empresas multinacionales se apoderan de los derechos sobre la tierra y el agua para desarrollar proyectos que requieren mucha mano de obra (por ejemplo, centrales hidroeléctricas), suelen traer a trabajadores y contratistas externos. Una vez terminados los proyectos, la gente se queda sin trabajo y sin tierra, con toda su forma de vida trastocada. Castillo cita al Papa Francisco al decir que no podemos separar el mundo humano del mundo natural, porque todo está conectado. (nº 16, Laudato Si). Se necesita un enfoque integral de la ecología. La transformación debe darse a nivel cultural/psicológico y a nivel socio-estructural.
Como dice el Papa Francisco, necesitamos una visión del ordenamiento «correcto» para que se atienda lo que es mejor para el bien común. Requerirá una aceptación personal y social de la limitación, la restricción y la humildad (Laudato Si). Para responder al clamor de la Tierra y de los pobres, se necesitan cambios de paradigma a muchos niveles. La política, la economía, las formaciones sociales, culturales y religiosas deben alejarse de las estructuras de explotación. Estamos llamados a una praxis de cuidado orientada a los deseos de Dios. En concreto, se nos insta a percibir la creación como un «tú» en contraposición a un «ello». La forma en que vemos la creación informa nuestra praxis. Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin esta apertura al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos. [En cambio,] si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo. (nº 11, Laudato Si). Dios desea que cuidemos, protejamos, conservemos y supervisemos, y que vivamos en comunión con Dios, el prójimo y la Tierra. Si vivimos cuidando de la Tierra, nos encontraremos solidarios con la opción preferencial de Dios por los pobres.
Preguntas de reflexión:
¿Qué formas diferentes de ver surgieron en ti? ¿Cómo desafió Castillo tu propia perspectiva de la creación? ¿De qué manera se afirmaron tus propias perspectivas de la creación?
Ampliemos nuestras preguntas… ¿Cómo nos instaría Jesús a abordar el problema del extractivismo, sobre todo porque arrasa con el cuidado de la Tierra y de los pobres? ¿Y el consejo de Catalina? ¿Qué diría ella?
La lente de la ecología integral: La interconexión de toda la vida y la Tierra como nuestra sustentadora y cuidadora
El 24 de mayo de 2015, el Papa Francisco compartió con el mundo una carta encíclica, Laudato Sí’. Siguiendo la tradición de la Doctrina Social Católica, habló de las diversas causas humanas del deterioro del medio ambiente y llamó al mundo a actuar en unidad para el cuidado y la salud de la Tierra.
El Papa Francisco comienza alabando la belleza de la Tierra, nuestra casa común, y nombrando a la Tierra como nuestra sustentadora y nuestra cuidadora. La Tierra produce flores, alimentos y otros bienes que benefician a las criaturas de la Tierra. Nuestros propios cuerpos están formados por la Tierra. Somos interdependientes con la Tierra. Pero la Tierra, afirma Francisco, está enferma. El agua, el aire y el suelo han sido envenenados. Y la Tierra, como los que han sido empobrecidos, ha sido abandonada y maltratada y sus ecosistemas tiene deficiencias. El propio Papa Francisco afirma que no es el primer Papa que aborda las inquietudes ecológicas. En 1971, el Papa Pablo VI expresó en su encíclica Pacem in Terris una grave preocupación por la escalada global de las industrias y el aumento exponencial de la actividad humana destructiva. Los avances científicos, la tecnología y el desenfrenado crecimiento económico eran algunas de sus preocupaciones ecológicas más profundas. El Papa Pablo afirmó que la explotación de la naturaleza tendría consecuencias trágicas. Juan Pablo II en Redemptor Hominis planteó su preocupación por la producción destructiva y el consumo desenfrenado, e hizo un llamado a la conversión del estilo de vida, a abandonar el consumismo y a avanzar hacia una ecología global moral. El Papa Francisco señala a otros grupos que comparten serias preocupaciones ecológicas, como científicos, teólogos y organizaciones medioambientales, tanto de comunidades católicas y otras cristianas. Las voces de alarma aumentan y se unen para hacerse oír.
En Laudato Sí, el Papa Francisco recurrió a las palabras de Bartolomé I, el patriarca de la Iglesia Cristiana Ortodoxa de Oriente. En junio de 2003, Bartolomé llamó a que cada uno se arrepienta de sus propias maneras de dañar el planeta. Los seres humanos han destruido la diversidad biológica de la creación de Dios, degradando los ecosistemas de la Tierra, arrancando los bosques naturales, destruyendo los humedales, contaminando las aguas, el aire y la tierra. Bartolomé instó al arrepentimiento, señalando que un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios Pero va más allá al pedir un cambio en la forma en que la humanidad trata a la Tierra. Debemos abordar las raíces éticas y espirituales del problema. Las soluciones tecnológicas no son suficientes. Bartolomé nos llama «a pasar del consumo al sacrificio, de la avidez a la generosidad, del desperdicio a la capacidad de compartir, a pasar poco a poco de lo que yo quiero a lo que necesita el mundo de Dios». Insta a una ascesis que «significa aprender a dar, y no simplemente renunciar». Los cristianos están llamados a «aceptar el mundo como sacramento de comunión, como modo de compartir con Dios y con el prójimo en una escala global». (LS 0.8-9).
Inspirado en san Francisco de Asís, el Papa Francisco nos recuerda la preocupación del santo por la creación de Dios, por los pobres y los marginados. Vivía con sencillez y en armonía con Dios, con los demás, con la naturaleza. El Papa Francisco explica un nuevo concepto para muchos de nosotros denominado «ecología integral». ¿Qué es la «ecología integral»? Es la comprensión de que todo está interconectado y es interdependiente. Todos los sistemas ecológicos están interrelacionados. Los seres humanos deben desempeñar un papel fundamental en la reparación de los daños causados a la creación de Dios. Cada persona es la respuesta a la solución de la crisis, por pequeños que sean sus esfuerzos, tanto si aplica sus talentos para abordar un daño concreto a la Tierra como si modifica su estilo de vida para reducir o eliminar el daño a la Tierra. Todos debemos cooperar con el cuidado de la creación. El Papa Francisco señala dos elementos clave necesarios para que se produzca el cambio: la motivación y el camino educativo. (LS 1.10-15)
Lo sorprendente de la aceleración de los cambios en curso no es el elemento de cambio en sí mismo. El cambio está siempre presente en los sistemas complejos, pero la actividad humana ha acelerado la velocidad del cambio mucho más allá de la «natural lentitud de la evolución biológica». El Papa Francisco aborda las áreas clave del cambio acelerado: la contaminación, los residuos y la cultura del descarte; el agotamiento del agua saludable y del agua en general; la pérdida de biodiversidad; el efecto de la contaminación y la privatización en las comunidades humanas; las desigualdades sociales y económicas; la congestión y la pobreza de las comunidades urbanas; y la desigualdad. El deterioro del medio ambiente y de la sociedad afecta a los más vulnerables, a los más pobres de entre nosotros. El Papa Francisco insta a una respuesta global que escuche «tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres». Los acomodados viven muy alejados del clamor de los pobres. (LS 1.18, 48)
El norte global ha saqueado los recursos del sur global, lo que ha provocado una grave destrucción medioambiental y social. Francisco cita ejemplos como el uso del mercurio en la minería del oro. Los ríos y otras fuentes de agua han sido contaminados por el envenenamiento con mercurio. El norte global exige algo más que el saqueo al tomar los recursos. También deposita residuos venenosos en el sur global. Los residuos peligrosos incluyen piezas electrónicas de computadoras y teléfonos celulares. Francisco añade que el norte global no quiere esos residuos venenosos en sus propias tierras, por lo que los deposita en las tierras donde los pobres no pueden oponerse. El despilfarro de alimentos es otra cuestión preocupante. Un tercio de todos los alimentos producidos, señala Francisco, se desperdicia y nunca llega a la mesa de los hambrientos. El consumismo extremo y selectivo genera este desperdicio. El agotamiento de algunos recursos, hace que se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras. Aunque se han hecho algunos progresos, como la limpieza de los ríos y la restauración de los bosques, estos proyectos de renovación, por sí solos, no resolverán el problema ecológico global. Estamos cautivados por el mito del progreso. Creemos que nos espera un futuro mejor gracias a los avances tecnológicos, pero estos avances contribuyen por sí mismos a una cultura del descarte. En nombre del progreso y el desarrollo, la destrucción de nuestra casa común continúa a un ritmo rápido. (LS 1.50-1,58)
Una ecología integral
El Papa Francisco pide una visión que considere la interrelación de todas las cosas. En resumen, trabajar hacia una solución sostenible de la crisis mundial requiere un enfoque integrado.
Ecología ambiental, económica y social
Francisco subraya que los aspectos físicos, químicos y biológicos de la Tierra están interconectados. Nos insta a cuestionar ciertos «modelos de desarrollo, producción y consumo» que deterioran y disminuyen esta interrelación (4.138). Una ecología integral requiere un cambio en nuestras percepciones. ¿Somos únicos y especiales en la creación de Dios y, por tanto, la única criatura amada por Dios? Algunas observaciones importantes del Papa Francisco en Laudato Sí son:
Los datos científicos muestran que «buena parte de nuestra información genética se comparte con muchos seres vivos». Francisco escribe que «todo está conectado. El tiempo y el espacio no son independientes entre sí y ni siquiera los átomos o las partículas subatómicas se pueden considerar por separado. Esto nos impide entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida». Al hablar de medio ambiente, se indica particularmente una relación, la que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Esencialmente, Francisco cree que hay una interconexión e interrelación profundamente arraigada con toda la creación. En su opinión, «no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental». La lucha contra la pobreza y la protección de la naturaleza están interrelacionadas.
(LS 4.138-139)
El Papa Francisco insta a la necesidad de una mayor investigación y educación continuas que nos ayuden a comprender los ecosistemas de la Tierra y cómo estos ecosistemas se regeneran e interrelacionan. Las cuestiones críticas incluyen la forma de fomentar un crecimiento económico que proteja al medio ambiente. Insiste en que el desarrollo no puede venir a expensas del medio ambiente. Se necesita una legislación eficaz para proteger los bosques. Se necesitan instituciones sociales para regular la actividad y las relaciones humanas (LS 4.142). Sin una legislación eficaz y el desarrollo de las instituciones sociales, continuará la grave degradación. El medio ambiente, los ecosistemas y las comunidades humanas seguirán deteriorándose por los actos de injusticia y corrupción. La violencia, la pérdida de libertad y la destrucción de vidas se intensificarán (LS 4.140-4.142).
Ecología cultural
La destrucción de comunidades en nombre del progreso tiene efectos devastadores en la herencia histórica, artística y cultural de un lugar. La identidad original se pierde cuando se reconstruyen ciudades y lugares. Reclama prestar atención a las culturas locales a la hora de analizar cuestiones relacionadas con el medio ambiente «poniendo en diálogo el lenguaje científico-técnico con el lenguaje popular». «Es la cultura no sólo en el sentido de los monumentos del pasado, sino especialmente en su sentido vivo, dinámico y participativo». La cultura evoluciona desde su pasado y vive en el presente. Las culturas locales han desarrollado sus propios procesos, que deben ser respetados y escuchados. La actual economía globalizada, señala Francisco, tiende a «homogeneizar las culturas y a debilitar la inmensa variedad cultural». Pretender resolver todas las dificultades a través de normativas uniformes o de intervenciones técnicas lleva a desatender la complejidad de las problemáticas locales. Las culturas locales necesitan desarrollar nuevos procesos a través de su propia cultura para preservar su patrimonio. La desaparición de la cultura es tan grave como la extinción de una especie. Francisco insta a que se respete y se cuide a las comunidades indígenas y sus tradiciones culturales. Se está presionando a muchos indígenas para que abandonen sus tierras a fin de poder «progresar». Lo que sigue son proyectos agrícolas y extractivos que desprecian y diezman la naturaleza y la cultura (LS 4.143-4.146).
Ecología de la vida cotidiana
El Papa Francisco aborda la preocupación por la calidad de la vida cotidiana. El entorno que habitan las personas, especialmente los pobres que viven en entornos urbanos densamente poblados, puede ser «caótico o cargado de contaminación visual y acústica» y da lugar a una sobreestimulación y a la sensación de asfixia. Las personas que viven en la extrema pobreza en esas zonas a menudo no poseen armonía, amplitud y posibilidades de integración. Además, el anonimato social crea desarraigo, lo que favorece las conductas antisociales y un aumento en las conductas criminales. El Papa Francisco exhorta a una serie de formas de mejorar el entorno en el que viven las personas que son pobres. La consideración en el diseño de los edificios y la planificación de los espacios públicos son ejemplos de las formas y programas de ayuda mutua. (LS 3.147-150)
El principio del bien común
Para el Papa Francisco, la visión de una «ecología integral es inseparable de la noción de bien común». Define el bien común como el respeto a la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables. El bienestar de la sociedad depende del bienestar de sus miembros y de su capacidad para vivir en paz, con seguridad y estabilidad. Los principios de subsidiariedad (por ejemplo, los procesos que se centran en la organización, la adopción de decisiones y la autoridad a nivel comunitario) y la justicia distributiva (es decir, las preocupaciones que aseguran una asignación de recursos socialmente justa) son fundamentales para el desarrollo del bien común. La búsqueda del bien común requiere un llamado a la solidaridad y una «opción preferencial por los más pobres», que son los más vulnerables de la sociedad. Donde cada vez hay más personas a las que se les niegan sus derechos humanos, donde cada vez hay más personas a las que se considera prescindibles, estamos llamados a solidarizarnos con ellas. (LS 3.156-158).
Justicia entre las generaciones
El Papa Francisco también insta a que el compromiso con el bien común se extienda a las generaciones futuras. Las crisis ambientales y económicas del mundo están teniendo efectos perjudiciales en nuestro destino común. Estamos obligados a dejar a las generaciones futuras un mundo justo y sostenible. No podemos dejarles un planeta inhabitable, lleno de escombros, desiertos y suciedad. El individualismo desenfrenado, la autogratificación instantánea, el consumo impulsivo y el despilfarro son sólo algunos de los factores que conducen al deterioro de un mundo viable para las generaciones futuras. Francisco hace un llamado urgente a la solidaridad intrageneracional para abordar estas cuestiones (LS 3.159-162).
Avanzando con un enfoque integral
A través de Laudato Si’,el Papa Francisco nos ha instado a mirar profundamente nuestra interconexión con el clamor de los pobres y el clamor de la Tierra. Nuestros estilos de vida, nuestras instituciones y nuestros procesos de toma comunitaria de decisiones y políticas siguen teniendo un profundo impacto en la vida de las mujeres económicamente pobres y vulnerables, así como en sus comunidades y culturas. Nos encontramos ante una respuesta urgente a una catástrofe que ya está en marcha. Nuestro consumo consumista, nuestro apoyo a las empresas multinacionales y nuestras estructuras institucionales están creando, en efecto, un nuevo tipo de colonialismo, un neo-colonialismo que subyuga y explota la Tierra y a las personas en beneficio de los privilegiados. En la raíz de este neo-colonialismo está la práctica del extractivismo. La compra de productos acumulados a través del extractivismo juega a favor de este neo-colonialismo. Las industrias extractivas se basan en procesos como la fracturación hidráulica y la minería a cielo abierto. Estas industrias se insertan en las comunidades, envenenando su tierra, agua y aire, destruyendo la diversidad ecológica y cultural. Estas industrias muestran en sus páginas web bellas imágenes de familias felices, niños educados y comunidades sanas, pero en realidad promueven la violencia contra las mujeres y sus familias y abren de par en par la puerta a la trata de personas. Traen a estas comunidades el horrible abuso de los derechos humanos, la supresión de la cultura y la escalada de los conflictos laborales. Las comunidades se dividen, se desfiguran y se desplazan.
Todo está interconectado e interrelacionado. Un ecosistema afecta a otro y trae la repercusión de nuestras decisiones sobre nosotros mismos.
Preguntas de reflexión:
¿Cómo nos comprometemos con el principio del bien común que protege, sirve y respeta la Tierra y toda la creación?
¿Cómo configuramos nuestros estilos de vida y la toma comunitaria de decisiones de forma que repongan la salud de la Tierra y nos hagan sentir una solidaridad significativa con las personas y las comunidades más vulnerables?
¿Cómo respondemos a la actividad más dañina de nuestro tiempo, el extractivismo?
¿De qué manera podemos desarrollar procesos de toma comunitaria de decisiones que nos ayuden a responder con urgencia al clamor de la Tierra y de los pobres?
Para una mayor reflexión
Utiliza las siguientes preguntas para una reflexión adicional. Te animamos a que escribas en tu diario tus reflexiones, tus ideas y las preguntas que te surjan.
¿Qué voces se priorizan en las lentes que has elegido usar?
¿Qué voces faltan y por qué?
¿Qué sostiene un modelo extractivista de desarrollo?
¿De qué manera la(s) lente(s) que has elegido cuestiona(n) la complicidad en las industrias extractivas?
¿Cómo nos vemos contribuyendo y dando forma a un futuro viable para toda la comunidad de la Tierra?
Los participantes deben estar preparados para escribir en un diario, ya que se les pedirá que reflexionen y registren sus pensamientos durante las sesiones.
Elige una de las dos opciones para la oración inicial. Hay una breve oración en el texto de la «Guía de autoestudio» para la Sesión 1. También hay un recurso de oración más largo disponible aquí.
Hay varias diapositivas disponibles para esta sesión, si decides usarlas. Cubren la definición de extractivismo (dos diapositivas), el proceso de Escucha profunda, Reflexión profunda, Transformación profunda (tres diapositivas) y Diálogo contemplativo (una diapositiva).
El contenido de «Definiciones de extractivismo» será relevante para todas las sesiones de este proceso. Es esencial que los participantes tengan una buena comprensión de este material. Puede haber momentos durante las sesiones futuras en los que sea útil volver a visitar estos recursos.
Esquema para la Sesión 1
Bienvenida, Presentaciones y Oración
Da la bienvenida a los participantes y presentar el proceso de reflexión teológica. Si esta es la primera reunión de este grupo, considere dedicar tiempo a hacer presentaciones. A continuación, lee la oración inicial que hayas elegido.
Definir el extractivismo
Lee en voz alta la definición de extractivismo o pídele a un voluntario que lo haga. (Aquí se pueden utilizar dos de las diapositivas opcionales).
El extractivismo es un modelo de desarrollo destructivo y explotador que extrae recursos naturales a escala masiva, perturba o destruye la biodiversidad, impacta en los ecosistemas globales y devasta la salud y el bienestar de las comunidades locales, al tiempo que crea beneficios económicos significativos para unos pocos privilegiados.
Vuelve a leer cada una de las frases de la definición y pide al grupo que preste atención a los adjetivos y los encierre en su mente.
Invita a las participantes a hacer una pausa y luego escribir sobre las siguientes preguntas:
¿Qué sentimientos se agitan dentro de ti?
¿Qué preguntas surgen para ti?
Una vez que se haya ofrecido tiempo suficiente para escribir en el diario, invita a todos a compartir un sentimiento, pensamiento, idea o pregunta de su reflexión.
Definir el proceso
Presente el proceso de Escucha Profunda, Reflexión Profunda, Transformación Profunda utilizando la Visión General de la Guía de Autoaprendizaje, las diapositivas opcionales o este resumen:
«Veremos» qué es el extractivismo y cómo afecta a las personas, las comunidades y la Tierra. La palabra «ver» connota aquí una «escucha profunda, una búsqueda de comprensión». Aquí nos descentraremos a nosotros mismos y escucharemos con atención las historias y experiencias de los más afectados por el extractivismo. Tras una profunda reflexión, «juzgamos», es decir, analizamos cuál debe ser nuestra respuesta. Por último, determinaremos cómo podemos ser transformados por lo que hemos escuchado y aprendido. Discernimos cómo podríamos actuar en respuesta al extractivismo.
Preparación para la Sesión 2
Antes de la Sesión 2, todos los participantes deben leer «Escucha profunda» de la «Guía de autoaprendizaje» que se encuentra aquí. Además del material de lectura, un enfoque de esta sesión es el video «En defensa de la vida» (33 minutos). Debes indicar a los participantes que vean el video antes de la Sesión 2 o hacer arreglos para verlo juntos durante la sesión.
Recordemos la Presencia del Espíritu del Dios Vivo. El Dios que sopló sobre las aguas y creó todo lo que hemos conocido y amado. Que tengamos presente estos «tiempos sin precedentes» y el efecto sobre los más pobres de entre nosotros. Catalina dijo una vez que prefería pasar hambre a que uno de los pequeños se quedara sin nada.
¿Cómo es posible que la Tierra, ella misma, la joya indiscutible del Universo, se haya visto tan disminuida en el lapso de un par de generaciones? ¿Qué hacemos ahora que lo sabemos?
Que todo lo que haga hoy sea para la sanación del todo. Que todo lo que haga hoy, repare nuestro mundo quebrantado. Que todo lo que haga hoy traiga bendiciones a la Tierra. Que todo lo que haga hoy sea para el bien de todos.
El recurso de oración adicional está disponible aquí.
Entrar en Escucha profunda
Nuestra conversación integral sobre el extractivismo comienza con la escucha profunda de las historias relacionadas con la explotación. Estas historias provienen de comunidades y personas que han sido perjudicadas por la minería, la exploración de petróleo y gas, la deforestación para monocultivos, la sobrepesca comercial y otras formas de extracción de recursos naturales. Viven en entornos que han sido radicalmente alterados o están sufrir una alteración radical. Las comunidades más afectadas suelen estar formadas por negros, indígenas y personas de color que han sido sistemáticamente oprimidas y discriminadas: los miembros más vulnerables de la sociedad.
En muchos casos, los líderes comunitarios han sido criminalizados y encarcelados. Algunos han sido amenazados, incluso asesinados. Comunidades enteras han sido desplazadas de sus tierras. Estas injusticias no son cosa del pasado; continúan hoy en día. Si bien gran parte de esta violencia es evidente, otros tipos de violencia siguen siendo más esquivos, ocultos y con efectos perjudiciales continuos. Los efectos a corto plazo de la violencia medioambiental pueden ser visibles, como que los ríos limpios se conviertan en lagos estancados o que hermosas montañas exploten en pedazos y sean arrasadas. Pero en otros casos, los ríos de apariencia engañosa llevan sustancias químicas invisibles y peligrosas que son los subproductos de la producción.
Al escuchar en profundidad las historias de traumas, debemos comprometer todo nuestro cuerpo en el proceso de «conocimiento interior», que es diferente de nuestro conocimiento empírico. Cuando entramos en el lugar del conocimiento interior, comprometemos nuestro corazón y escuchamos a quienes han sufrido y siguen sufriendo explotación y violencia. Oímos los clamores de la Tierra y de los que han sido empobrecidos.
El trauma de la Tierra nos habla mientras escuchamos lo que le sucede al aire, al agua y a la tierra. Atendemos a lo que está surgiendo en nuestro interior. Las historias de explotación nos obligan a entender por qué y cómo se produce ese sufrimiento. También escuchamos a los que estudian el extractivismo para comprender los datos científicos y económicos, que hablan de estas causas profundas y efectos de la explotación, incluida la causalidad directa de la emergencia climática. Los datos especializados nos ayudan ver tanto los efectos visibles como invisibles, a corto y largo plazo, del extractivismo. Por último, hacemos las preguntas que surgen en nosotros: ¿Somos cómplices de este sufrimiento? Si es así, ¿cómo?
Para reflexionar y llevar un diario: ¿Qué experiencias tienen de escucha profunda?
Ver la película En defensa de la vida. Después de la película, reflexiona o escribe un diario sobre estas preguntas.
¿Qué está emergiendo de nuestros corazones?
¿Qué valores están creando tensión dentro de nosotros?
¿Qué es lo que está claro en nosotros y qué permanece sin resolver?
¿Qué fue lo que más te impactó mientras veías y escuchabas las voces del video?
¿De qué forma el extractivismo desafía tu complicidad?
¿Quién se ve beneficiado y quién perjudicado por las industrias extractivistas?
¿Este sistema apoya o destruye la vida?
No es el momento de encerrarte en tu cabeza. Sólo escucha. Escucha con atención. Escucha con el corazón. Presta atención a las voces que conocen de primera mano el sufrimiento de la Tierra. Experimentaron y siguen experimentando los efectos explotadores y violentos de este sufrimiento, ya que trastorna la vida de las personas vulnerables y empobrecidas. Escucharemos las voces de las comunidades indígenas, que están personalmente comprometidas en la lucha contra el extractivismo. El sufrimiento en sus propias vidas y comunidades está entrelazado con el sufrimiento de la Tierra. Durante generaciones, han respetado y trabajado en armonía con el agua y la tierra. Lo que tus mentes, corazones, ojos, oídos, manos y cuerpos ya saben, los científicos lo comprueban ahora. Los científicos nos informan de los efectos, no sólo en un ecosistema sino en la red de ecosistemas. Explican la causa y los efectos de la degradación del medio ambiente y las enfermedades que surgen de dicha degradación. Escucharemos las voces de los activistas y organizadores que tratan de devolver el equilibrio de poder a sus comunidades, muchas de las cuales se han visto obligadas a abandonar sus tierras. Todas estas voces hablan de la misma preocupación: el sufrimiento de la Tierra y el sufrimiento de los pobres.
Nos situamos en la presencia divina de Dios, en nuestro interior y a nuestro alrededor. Respiramos el aire esencial para la vida y exhalamos los peligros del aire contaminado.Ponemos los pies en el suelo y oímos el grito de la Tierra bajo nuestros pies, sus gemidos y dolores por las grietas y agujeros que se han creado bajo la superficie y sus gritos de dolor por las especies que se han llevado. Miramos a nuestro alrededor a los que están aquí con nosotros y nos centramos en los gritos de aquellos cuyas voces pueden estar apagadas por el poder y la codicia de nuestro mundo. Que nuestros oídos se abran a los clamores, que nuestros ojos se abran a los daños y que nuestros corazones y mentes se abran al cambio. Amén.
El recurso de oración adicional está disponible aquí.
Explorar el extractivismo
Para responder a los desafíos de estos tiempos, empezamos por escuchar profundamente las experiencias de las personas traumatizadas y más afectadas por el extractivismo y nuestras propias experiencias. Reflexionamos y aprendemos de estas experiencias colocándonos bajo una nueva luz. El proceso de transformación comienza cuando experimentamos lo inesperado en nosotros mismos y en la vulnerabilidad del otro.
Estos encuentros internos y externos alteran nuestras maneras habituales de pensar y actuar. Empezamos «a ver lo que hemos hecho invisible». De hecho, cuando somos «quemados por una experiencia», nos vemos obligados a cambiar y dirigirnos hacia un cambio sistémico. Somos conscientes de que los pequeños pasos de nuestra propia conversión nos mantienen personalmente comprometidos en decisiones colectivas de mayor envergadura, necesarias en un mundo en el que la oferta y la demanda configuran las fuerzas que atrapan a las personas más vulnerables.
Entre los vulnerables se encuentran los pueblos indígenas rurales que luchan contra la contaminación de sus aguas, tierras y aire por parte de las empresas; la población urbana empobrecida económicamente que lucha por adquirir los alimentos diarios; y los refugiados que huyen de situaciones desesperadas a menudo atrapados en espacios fronterizos. No puede pasar desapercibido que la mayoría de estas comunidades son afroamericanas, indígenas y otras personas de color. Nuestra Tierra es particularmente vulnerable, asfixiada por el brusco consumo humano y la codicia multinacional.
Nuestra exploración del extractivismo nos llaman a buscar una unión más intensa con Dios a través del diálogo contemplativo y un proceso cíclico de transformación. En este tiempo de kairós, Dios nos pide que hagamos oír nuestra voz profética. Al entrar en este estudio, buscamos aprender más sobre el extractivismo y los sistemas que lo mantienen, sobre sus efectos, y avanzamos hacia una conversión que nos lleve a la acción común. A través de nuestra acción profética colectiva, nos desafiaremos a nosotros mismos: ¿cómo elegimos permanecer juntos como un todo en el asunto crítico del extractivismo?
El extractivismo es un modelo de desarrollo destructivo y explotador que extrae recursos naturales a escala masiva, perturba o destruye la biodiversidad, impacta en los ecosistemas globales y devasta la salud y el bienestar de las comunidades locales, al tiempo que crea beneficios económicos significativos para unos pocos privilegiados.
Este proceso adopta un enfoque integral, comprometiéndonos de tres maneras:
escucha profunda en la que escuchamos experiencias personales y comunitarias relacionadas con los efectos del extractivismo en la vida;
reflexión profunda basada en nuestra teología y nuestro análisis social sobre estas experiencias y las causas y efectos fundamentales del extractivismo; y
transformaciónprofunda al discernir cómo actuar en este momento.
Nos basaremos en perspectivas interculturales e interdisciplinarias que desplazan el poder de las visiones del mundo y teologías occidentales dominantes. Buscaremos involucrar todo el cuerpo: mente, corazón, carne, manos y pies, entendiendo que el conocimiento no se localiza exclusivamente en la cabeza, tampoco en hechos y cifras y datos científicos. Somos convocadas a escuchar las historias que nos revela todo nuestro cuerpo. Aún así, no podemos desestimar los datos empíricos, ya que esta información nos muestra lo que nuestros cuerpos no: el veneno invisible en el río cristalino mientras baja de la montaña, las toxinas invisibles del aire que no oscurecen la vista de los árboles verdes que se balancean o los contaminantes ocultos en una manzana deliciosa y crujiente.
Comenzamos escuchando profundamente la experiencia, nuestra realidad vivida y la realidad vivida desde la perspectiva de los pueblos, comunidades y la Tierra, todos afectados por las industrias extractivas. La escucha profunda implica escuchar con el corazón. Al reflexionar sobre estas experiencias avanzamos más hacia lo profundo. La reflexión profunda consiste en dejar de lado las ideas y normas preconcebidas para estar abiertos a las formas de interpretación de la realidad de los demás, lo que nos obliga a profundizar en la comprensión de las causas fundamentales y los efectos reales del extractivismo. Utilizaremos la lente de la teología ecofeminista de la liberación en lugar de la lente teológica dominante del Norte Global. Esta mirada nos hace salir de los límites y dominaciones de los procesos analíticos occidentales para incluir sabiduría, experiencias y medios, como arte, poesía, cuentos y canciones, significativos para quienes viven en los márgenes de la sociedad. La lente de una teología ecofeminista de la liberación se ha levantado desde el interior del Sur Global en su lucha contra las intervenciones del Norte Global, y nos obligará a ver de otra manera.
Escuchando y reflexionando profundamente, identificamos las maneras en que somos llamados a responder. Nos comprometemos con los deseos de Dios para una comunión más profunda entre nosotras y Dios, una comunión más profunda con nuestro prójimo, especialmente con las personas que han sido empobrecidas por las industrias extractivas, y una comunión más profunda con la Tierra y toda la creación. A través de este proceso, somos llamados a una Transformación Profunda, un cambio personal, comunitario y corporativo, para ser solidarios y responder a las necesidades de los vulnerables y marginados.
Este triple proceso requiere escucha profunda, reflexión profunda, y transformación profunda y nos obliga tanto a nivel personal como comunitario a responder al llamado de Dios para una nueva conciencia. No es una progresión lineal, sino un movimiento circular que se profundiza escuchando y reflexionando, y volviendo a nuestras experiencias, y profundizando aún más a medida que el ciclo progresa a través de nuestra conversación juntas y llegamos a un lugar de transformación.
La resistencia al cambio y el poder de los hábitos
La resistencia al cambio, el poder de los hábitos y nuestro apoyo a los sistemas de explotación son algunos de los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos mientras intentamos transformarnos a nosotras mismas, nuestras comunidades y nuestro mundo. Para efectuar un cambio verdadero, necesitamos comprender e iniciar el cambio y la transformación dentro de nosotros mismos mientras buscamos el cambio y la transformación en el mundo. No podemos desafiar al extractivismo mientras que al mismo tiempo lo apoyamos a través de nuestros hábitos diarios y en nuestras decisiones colectivas. El miedo y la complejidad de la cuestión pueden paralizar nuestras respuestas, a menos que sigamos el ejemplo de los más afectados y sus respuestas creativas ya estén en marcha para abordar los problemas del extractivismo. En pocas palabras, hay esperanza y un camino a seguir.
Como Hermanas de la Misericordia, desarrollamos este material para renovar el compromiso con nuestros Asuntos Críticos: La Tierra, la inmigración, la no violencia, el racismo y las mujeres. Te invitamos a unirte a nosotras para desafiarnos a nosotras mismas a diario a reflexionar sobre nuestras formas habituales de pensar y actuar y, a veces, elegir dejar de lado hábitos viejos y formar otros nuevos que sean beneficiosos para el bien común. Te invitamos a participar en esta transformación personal cuando rezas, eliges lo que compras y cómo vives tu vida cotidiana, y dónde decides invertir de manera colectiva; cuando te educas a ti mismo y a los demás para abordar estas preocupaciones interseccionales; cuando abogas delante de legisladores y dirigentes; y cuando inviertes recursos para lograr un cambio sistémico.
Profundizar nuestro compromiso para la conversión
Dos grandes crisis medioambientales de nuestro tiempo se desarrollaron en 2019-2020. En el 2019 los incendios en la selva amazónica, conocida como el pulmón del planeta, aumentaron. La tierra, impulsada por intereses económicos, fue y sigue siendo desmantelada para actividades ganaderas y extracción de minerales. La primera carretera construida en lo profundo del Amazonas ha preparado el terreno para la destrucción masiva de bosques antiguos y la intrusión sustancial en tierras de pueblos indígenas. Los horrores perpetrados a las comunidades indígenas condujeron al llamamiento del papa Francisco para el Sínodo del Amazonas (6-27 de octubre de 2019). Los obispos católicos se reunieron para escuchar los clamores de la gente que vivía y trabajaba en el Amazonas. La Iglesia Católica se encontró a sí misma llamada a nuevos caminos de conversión.
A partir de marzo 2020, nos enfrentamos a la crisis sin precedentes de una pandemia mundial. Un nuevo coronavirus (COVID-19) asechaba al mundo. Nuestros hábitos diarios fueron afectados y nos vimos forzados a aprender nuevos comportamientos. Mientras estábamos obligados a quedarnos en casa, la Tierra experimentó una curación leve pero medible debido a nuestra falta de actividad. La reducción de las emisiones de gases en todo el mundo dio lugar a un aire más limpio, devolviendo las vistas de nuestro mundo antes oscurecidas por la bruma. Pero los comportamientos que adoptamos entonces no se convirtieron en hábitos nuevos eco amigables con la Tierra una vez que desapareció el COVID. Y de esa manera, el calentamiento global sigue su curso.
La densidad de la población humana y su necesidad de alimentos y energía se intensificará a medida que la destrucción del mundo natural aumente. Los humanos y sus comunidades insistirán en sobrepasar los límites e invadirán los hábitats de la vida silvestre. Como resultado, veremos no sólo la destrucción de tierras naturales y bosques como vimos en el Amazonas, sino una amenaza continua y un aumento en la frecuencia de virus más mortíferos que se originan cuando los humanos y los animales domésticos «se reúnen» con la vida silvestre. Virus como el MERS y el SARS, y posiblemente el infame COVID-19, se han vinculado a encuentros entre humanos con murciélagos. El COVID-19 en su fase más temprana amenazaba a las comunidades afroamericanas e indígenas con tasas alarmantes de infecciones y muertes. Es probable que los virus alteren nuestro mundo más aún en los años venideros, mientras que el cambio climático y la actividad humana sigan alterando los ecosistemas.
Una tercera crisis, aunque no una realidad nueva, nos desafía. El movimiento «Black Lives Matter» (también conocido por las siglas BLM; en español: «Las vidas negras importan», «Las vidas de los negros cuentan» o «Las vidas de los negros son importantes») ha puesto en tela de juicio el racismo sistémico que existe hace tanto tiempo en los Estados Unidos y, en particular, el racismo perpetrado contra las comunidades afroamericanas. La violencia racial, primero alimentada por la brutalidad histórica de la esclavitud, fue seguida por las leyes de Jim Crow y los multitudinarios linchamientos que dieron fuerza al racismo sistémico y a la segregación racial. El movimiento Black Lives Matter hizo visibles las persistentes formas de racismo que aún existen hoy en día, especialmente el racismo inherente en nuestros sistemas judiciales y policiales. El racismo medioambiental y el racismo incrustado en las estructuras financieras y en el modelo de desarrollo extractivo se ven reflejados en viviendas asequibles y escuelas que sirven a las comunidades afroamericanas ubicadas en antiguos vertederos de productos químicos y residuos. En una zona denominada Callejón del Cáncer en Luisiana, industrias siguen diezmando la salud de las comunidades afroamericanas a lo largo del río Misisipi. Las condiciones de salud subyacentes y la falta de acceso a una atención médica asequible suman a los efectos del racismo sistémico. Los afroamericanos murieron en números desproporcionados a causa de COVID. Miles de personas se unieron al movimiento «Black Lives Matter» para desafiar estas formas de racismo estructural, sistémico y ambiental.
Al luchar contra la destrucción del Amazonas y el impacto continuo del COVID, y al unirnos al desafío de abordar el racismo personal y sistémico, nos enfrentamos también a las fuerzas sin paliativos de las industrias extractivas. El extractivismo desenfrenado toma muchas formas, y afecta a toda la red de ecosistemas, incluyendo el nuestro. La extracción de minerales y energía o de mano de obra humana o de miembros de la comunidad de la vida perturba gravemente e incluso destruye ecosistemas. Derivan en el envenenamiento del agua, la tierra y el aire y el desplazamiento de comunidades enteras.
Los más vulnerables, especialmente la tierra, los trabajadores y los desplazados, se consideran prescindibles, y el mayor daño lo sufren los ya marginados por raza, etnia y dinero. Los minerales y la energía no se pueden reponer. No hay un ciclo de vida, no hay plantación y replantación como con el ciclo alimentario. Sólo hay una toma de los recursos limitados de la Tierra. Con el extractivismo, los ecosistemas seguirán cambiando radicalmente, incluso destruyéndose, acelerando la emergencia climática y sus efectos.
Mientras luchamos para hacer frente al verdadero costo de estos desafíos, debemos participar en conversaciones y decisiones difíciles y en la reformulación de nuestro entendimiento. Es difícil cambiar valores y hábitos y sostener nuevos cuando lo hacemos sin apoyo y escuchamos predominantemente a la voz más fuerte y a las industrias extractivas que siguen defendiendo el negocio de las extractivas. Es importante compartir el proceso por el que nos desafiamos y cambiamos, pero hacerlo de una manera que nos inspire. Tal inspiración nos mantendrá comprometidos y entusiasmados, mientras que el miedo y la ansiedad sólo servirán para paralizarnos.
Estamos en un nuevo momento de kairós. Debemos despertar o arriesgarnos a perder algo para siempre. Este rincón de esperanza nos impulsa a avanzar para no quedarnos estancadas en el miedo y la ansiedad. Comenzamos explorando los valores e inspiraciones subyacentes que ya nos han hecho cambiar nuestra manera habitual de pensar y actuar. Nos preguntamos: ¿De qué maneras hemos cambiado y profundizado nuestra conciencia a favor del bienestar de la Tierra? ¿De qué maneras nuestras acciones presentes han llevado a cambios más profundos?
Llamado a una Nueva Conciencia: El Camino de la Transformación
Anhelamos vivir en una buena relación con todas las personas y con toda la creación. Esto nos obliga a buscar una nueva forma de ver, una nueva conciencia. En este momento, somos parte de un sistema global que perpetúa los efectos destructivos de las industrias extractivas junto con su devastador impacto en las personas, comunidades y la Tierra. El negocio principal y el modelo de desarrollo extractivo de las empresas de combustibles fósiles, empresas mineras y otras empresas centradas en la extracción de recursos naturales son intrínsecamente peligrosos para las personas, comunidades y la Tierra. Tienen efectos devastadores sobre el agua, la tierra, el aire, la biodiversidad, que ha sufrido una pérdida del 80% a nivel mundial, y sobre la propia fuerza vital de la Madre Tierra. Es una de las principales causas de nuestra crisis climática. El respeto a nuestra interdependencia con toda la creación es destruido por las industrias extractivas.
Los pueblos indígenas que han vivido durante miles de años en las tierras de la actual América Latina son víctimas del extractivismo. Han sufrido amenazas de muerte, asesinatos de líderes y familiares queridos, junto con la destrucción y el envenenamiento de su tierra, aire y agua. Comunidades enteras han sido forzadas a abandonar sus hogares y tierras. Los miembros de las comunidades afroamericanas, mestizas e indígenas de Estados Unidos a menudo deben elegir entre su propio bienestar físico y su seguridad financiera cuando toman decisiones económicamente desfavorables de abandonar una zona donde operan empresas de combustibles fósiles sin tener en cuenta el impacto medioambiental.
El llamado a una nueva conciencia explorando y respondiendo al extractivismo es desafiante. Implica salir de nuestras estructuras habituales de pensamiento y acción, impulsadas para muchas de nosotras por el pensamiento y modelos económicos occidentales. Implica involucrarse en nuevas experiencias que nos inquieten y llamen a escuchar profundamente lo que provocan en nuestro interior. Y nos llama a examinar de manera crítica las ideologías, prejuicios y suposiciones que forman nuestra visión del mundo.
Las preguntas emanan de nuestros corazones: ¿Por qué es difícil salir de mi zona de confort? ¿Qué me mantiene allí? ¿Qué me atrae si me dejo llevar? ¿Qué me da alegría cuando elijo de manera diferente? ¿De quiénes son las historias que no escucho? ¿Qué me demanda un compromiso con la integridad climática en este momento? Nos llama a una solidaridad más comprometida, especialmente con los afroamericanos, indígenas y la gente de color que se ven afectados desproporcionadamente por las industrias extractivas. Nos demanda reclamar la reivindicación de nuestra interdependencia y armonía con la Tierra y comprender profundamente el impacto devastador de las industrias extractivas en el florecimiento de toda la comunidad de la vida.
El camino hacia una nueva conciencia nos expone de maneras vulnerables para que podamos escuchar, centrar y responder a los gritos de los pobres y de la Tierra. En este camino de pequeñas transformaciones, nos encontraremos cambiando nuestras formas habituales de comprender, pensar y actuar. El cambio sistémico no comienza con una gran transformación; comienza con una nueva comprensión y estas pequeñas transformaciones. Mientras avanzamos para hacer oír nuestra voz profética y nuestras acciones proféticas, recordamos que una transformación más profunda debe ser sostenida por nuestra solidaridad con los más afectados por las industrias extractivas y por una comunidad comprometida y solidaria. Este tipo de transformación profunda nos llama a vivir juntos de una manera más consciente a nivel individual, comunitario y corporativo.
Entonces, ¿de qué manera comenzamos este camino hacia una nueva conciencia en torno al extractivismo? ¿Y cómo potenciaremos nuestra nueva conciencia a través de actos de solidaridad con la Tierra y sus pueblos sufrientes?
Preguntas para la reflexión
Al comenzar, veremos qué es el extractivismo y cómo afecta a las personas, las comunidades y la Tierra. La palabra «ver» connota aquí una escucha profunda, una búsqueda de comprensión. Aquí nos descentraremos a nosotros mismos y escucharemos con atención las historias y experiencias de los más afectados por el extractivismo. Tras una profunda reflexión, juzgamos, es decir, analizamos cuál debe ser nuestra respuesta. Por último, determinaremos cómo podemos ser transformados por lo que hemos escuchado y aprendido. Discernimos cómo podríamos actuar en respuesta al extractivismo.
Comienza reflexionando sobre las siguientes cuestiones relativas a las conversiones personales y comunales que has realizado previamente después de escuchar los gritos de los pobres y los gritos de la Tierra. Tómate un tiempo para reflexionar sobre lo lejos que has llegado, lo que te obligó a cambiar y quizás lo que te impide una transformación más profunda. Haz tu propia reflexión personal y escribe un diario sobre estas preguntas:
¿Qué historias has escuchado o leído que hayan reorientado tu pensamiento hacia el clamor de la Tierra y el clamor de los pobres? ¿Cómo has encontrado esas historias?
¿Qué acción concreta has llevado a cabo para cambiar un hábito o un comportamiento en respuesta a los gritos de la Tierra (por ejemplo, el control de los residuos de energía y agua)?
¿De qué manera estos cambios han exigido un cambio radical en tu forma de vivir la vida cotidiana, como ser consciente de la cantidad de agua que se usa al ducharte o de la gasolina que se usa al conducir?
¿Cómo te han llevado estos cambios a realizar actos de promoción social, ya sea a través de la educación o buscando cambios políticos en las instituciones y los gobiernos, respondiendo a las alertas de acción que piden una transición justa a las energías renovables o a las campañas para mantener los combustibles fósiles bajo tierra?
Gracias por guiar a un grupo en la reflexión y la conversación en torno a los daños del extractivismo en la Tierra y las comunidades humanas. Esperamos que esta experiencia profundice la comprensión de los participantes y te lleve a respuestas arraigadas en la transformación personal y comunitaria.
El material está organizado en tres movimientos:
escucha profunda, en la que escuchamos experiencias personales y comunitarias relacionadas con los efectos del extractivismo en la vida;
reflexión profunda basada en nuestra teología y nuestro análisis social sobre estas experiencias y las causas y efectos fundamentales del extractivismo; y
transformación profunda, al discernir cómo actuar en este momento.
El proceso se divide en seis sesiones, cada una de 60 a 90 minutos, dependiendo de lo que incluya y de cuánto compartan los participantes. Siéntete libre de combinar sesiones si tiene sentido para tu grupo o para ralentizar el proceso dividiendo algunas sesiones en sesiones más cortas y adicionales.
Hemos proporcionado una guía para el facilitador para cada una de estas sesiones. Cada guía incluye:
Enlaces a los recursos que necesitarás compartir con los participantes antes de cada sesión, para que puedan revisarlos y reflexionar sobre ellos antes de las discusiones grupales. Sugerimos a los participantes que anoten sus sentimientos, preguntas e interrogantes en un diario durante este proceso.
Enlaces a recursos que se compartirán durante las sesiones. (Nota: Algunas sesiones incluyen ver un video o diapositivas juntos).
Una oración sugerida para abrir la sesión
Una guía para recorrer el material con los participantes
Preguntas de discusión sugeridas
Una lista de recursos adicionales para algunas sesiones
Puedes comunicarte con justice@sistersofmercy.org si tiene preguntas o inquietudes mientras te preparas para guiar a tu grupo a través de estos recursos. Te animamos a que nos comuniques las ideas que surjan de tus grupos, las experiencias directas de extractivismo que los participantes estén dispuestos a compartir y los compromisos que tu grupo haya contraído para abordar el extractivismo.
Gracias por embarcarse en este viaje de escucha profunda sobre los efectos del extractivismo, reflexión profunda basada en la teología y el análisis social, y transformación profunda al discernir cómo actuar en este momento.
La «Guía de autoestudio está» organizada en seis sesiones. Te invitamos a revisar el material a tu propio ritmo, asegurándote de tomarte un tiempo para reflexionar y escribir un diario, especialmente con las preguntas proporcionadas.
Puedes comunicarte con justice@sistersofmercy.org por cualquier pregunta o inquietud. Te animamos a que compartas cualquiera de tus ideas, experiencias directas de extractivismo y/o compromisos que contraigas para abordar el extractivismo.
Si bien este viaje de «Escucha profunda», «Reflexión profunda» y «Transformación profunda» nunca se completa del todo, necesitamos hacer una pausa de vez en cuando en este proceso continuo de descubrimiento para buscar oportunidades para actuar en solidaridad con las personas, las comunidades y la Tierra.
Esperamos que aquí encuentres recursos útiles para explorar los temas más actuales sobre el extractivismo y discernir formas de responder.
Además, dado que el extractivismo tiene impactos muy locales, te sugerimos que centres tus esfuerzos en lo que está sucediendo en tu propia comunidad o en las comunidades cercanas. Busca organizaciones lideradas por o asociadas con comunidades amenazadas por las industrias extractivas. Entra en sus listas de correo y discierne dónde se pueden utilizar mejor tus habilidades, tiempo y conocimientos.
Nos encantaría saber cómo eliges actuar y conocer los frutos de tus acciones. Puedes enviarnos un correo electrónico a justice@sistersofmercy.org.
Grupo de Trabajo Interreligioso sobre Industrias Extractivas
Esta coalición con sede en Washington, D.C., responde al extractivismo con educación, defensa de la política federal en los Estados Unidos y solidaridad con las comunidades afectadas. Este documento de antecedentes sobre el extractivismo explica por qué las personas de fe están llamadas a comprometerse con este tema y sugiere vías de acción.