Guía del participante
haga clic aquíDescripción General – Juzgar: Reflexión Profunda
haga clic aquíVersiónes abreviadas de lentes
haga clic aquíOración
haga clic aquíRecursos adicionales
haga clic aquíGuía del facilitador
haga clic aquíGuía del participante
haga clic aquíDescripción General – Juzgar: Reflexión Profunda
haga clic aquíVersiónes abreviadas de lentes
haga clic aquíOración
haga clic aquíRecursos adicionales
haga clic aquíGuía del facilitador
haga clic aquíCategorías para explorar más a fondo (saltar a las secciones):
Entrevista con Gina López:
Entrevista con Meggie Nolasco, del Centro para Asuntos Ambientales, sobre la minería a gran escala en Filipinas
«Las mujeres sostienen el cielo» cuenta la historia de cómo las mujeres activistas afectadas por la minería y otras formas de extracción a gran escala en Sudáfrica, Uganda y la República Democrática del Congo (RDC) están profundamente comprometidas con la resistencia y la lucha activa para recuperar el control de sus tierras, sus derechos, sus cuerpos y sus vidas
«Resistencia: El oleoducto del puente del Bayou»
«Cómo las compañías petroleras están destruyendo los humedales de Estados Unidos» [producido por Al Jazeera, 2018]
El Dr. Daniel Castillo obtuvo su doctorado en la Universidad de Notre Dame en 2014. Mientras estaba en Notre Dame, fue un miembro de GLOBES financiado por la National Science Foundation y miembro de la Iniciativa Teológica Hispana. Actualmente es profesor asistente de teología en la Universidad Loyola de Maryland y miembro de Bunting Peace and Justice. Da cursos sobre teología de la eco-liberación y ética ambiental.
Castillo escribió exhaustivamente sobre el Laudato Sí’, incluyendo el ensayo “Integral Ecology as a Liberationist Concept” (Ecología integral como un concepto liberacionista) publicado en el diario Theological Studies. En su libro An Ecological Theology of Liberation: Salvation and Political Ecology, (Una teología ecológica de liberación: Salvación y política ecológica), Castillo alinea su trabajo con los trabajos de Gustavo Gutiérrez y la encíclica del Papa Francisco, Laudato Sí’. Él comenta la significancia de la ecología integral en el trabajo de la liberación y provee el trabajo de base para una espiritualidad eco-teológica.
Castillo explica de qué forma el colonialismo y la ideología del saqueo ha formado el saqueo destructivo al sur global durante 500 años por parte del norte global. Además del saqueo de materiales y recursos, el colonialismo promovió y perpetuó el racismo, la misoginia y la superioridad cultural, a menudo diezmando los lenguajes, las espiritualidades y las culturas indígenas. Y este saqueo colonial fue sancionado de varias formas por la teología cristiana.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la antigua forma de colonialismo comenzó a derrumbarse. Pero una nueva forma de colonialismo, llamada neo-colonialismo, estaba surgiendo. El Presidente de Estados Unidos Harry S. Truman buscó “mejorar” las regiones subdesarrolladas introduciendo avances científicos, así como desarrollo industrial. Este acercamiento al sur global fue y sigue siendo devastador para los pueblos indígenas, las culturas, las formas tradicionales de vida y el entorno. El neo-colonialismo se volvió tan destructivo como el primer colonialismo ya que las corporaciones, se agrupan con los gobiernos nacionales para extraer recursos a expensas de las poblaciones indígenas.
Durante la devastadora y violenta era del neo-colonialismo Gustavo Gutiérrez,un filósofo y teológico peruano, planteó las ideas de la liberación teológica llamando a un cambio radical hacia la liberación e instando a romper con el desarrollismo. El principio central de la teología de la liberación se centró en “la opción preferencial para los pobres”. A fines de la década de 1960, la teología de la liberación de Gutiérrez se afianzó en América Latina y jugó un papel importante obligando a las comunidades a responder contra las injusticias opresivas, a menudo mortales, perpetradas contra los económicamente pobres y desposeídos.
Hoy, Gutiérrez nos desafía a buscar la liberación de las estructuras sociopolíticas y culturales del desarrollo. El crecimiento y urgencia de la crisis climática y sus efectos en las comunidades más vulnerables exigen una conversión inminente, según Gutiérrez. Él cree que sería devastador posponer nuestras respuestas hacia el futuro distante.
La Hermana Ivone Gebara, teóloga brasileña, ha comprometido su vida con los económicamente pobres y actualmente vive en Camaragibe (Recife, Brasil). Es doctora en filosofía y teología y ha enseñado durante 17 años en el Instituto Teológico de Recife junto a Dom Helder Camara. Es conocida por su liderazgo en el movimiento ecofeminista en América Latina, centrándose en las preocupaciones y necesidades de los pobres.
La Hna. Gebara escribe:
Vivo en un barrio pobre para sentir más directamente los dolores de los empobrecidos. Esto me permite hacer teología de otra manera, tratando de sentir el significado de ser explotado en todos los sentidos. Esta cercanía es también una invitación constante a luchar por un mundo diferente con un mínimo de justicia: el derecho a comer, a trabajar, a vivir y a amar con dignidad.
En Longing for Running Water: Ecofeminism and Liberation (Anhelando el agua corriente: Ecofeminismo y liberación), la Hna. Gebara analiza las conexiones entre el pensamiento occidental, el cristianismo patriarcal y la destrucción del medio ambiente. Destaca la importancia de la conversión personal, un cambio de estilo de vida en el que nos comprometemos a «una nueva relación con la Tierra y todo el cosmos».
A través de la lente ecofeminista de la Hna. Gebara, se nos desafía a reconsiderar nuestra comprensión de Dios y buscar nuevas formas de relacionarnos con la Tierra.
«La invitación a amar y a ser misericordioso no viene de una realidad externa a nosotros; más bien es un impulso que está presente en nuestra propia humanidad. Dentro de nuestro propio ser, late en nosotros una increíble atracción hacia otros seres, hacia la creación. Debemos permitir que nuestras experiencias de vida sean nuestro primer maestro».
Esta encíclica del Papa Francisco es uno de los documentos más significativos sobre la creación de relaciones mutuamente enriquecedoras entre los seres humanos y el resto de la creación. Como toda encíclica, su objetivo es ayudar al lector en la formación de su conciencia sobre un tema concreto. Si tienes tiempo, puedes releer la encíclica completa. A través de imágenes y lenguaje poético, científico y religioso, el Papa Francisco nos desafía a Cuidar nuestra casa común. (Haz clic aquí para ver el documento completo).
Para nuestro propósito, nos centraremos en algunas secciones de Laudato Si’ que nos ayudarán a avanzar hacia una nueva conciencia relacionada con el extractivismo. Date tiempo para saborear las palabras y formarte con su significado.
Te invitamos a leer y reflexionar sobre cada una de las siguientes citas y a relacionarlas con el extractivismo, ya que afecta a nuestro hogar común, la Tierra.
¿Qué ideas de Laudato Si’ quieres tener en cuenta al ver los vídeos y leer los materiales sobre el extractivismo?
N. º 52) La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica. De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro. La tierra de los pobres del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para satisfacer sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso. Es necesario que los países desarrollados contribuyan a resolver esta deuda limitando de manera importante el consumo de energía no renovable y aportando recursos a los países más necesitados para apoyar políticas y programas de desarrollo sostenible. Las regiones y los países más pobres tienen menos posibilidades de adoptar nuevos modelos en orden a reducir el impacto ambiental, porque no tienen la capacitación para desarrollar los procesos necesarios y no pueden cubrir los costos. Por eso, hay que mantener con claridad la conciencia de que en el cambio climático hay responsabilidades diversificadas y, como dijeron los Obispos de Estados Unidos, corresponde enfocarse «especialmente en las necesidades de los pobres, débiles y vulnerables, en un debate a menudo dominado por intereses más poderosos» [31]. Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, y por eso mismo tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia.
N. º 91) Todo está conectado. Por eso se requiere una preocupación por el ambiente unida al amor sincero hacia los seres humanos y a un constante compromiso ante los problemas de la sociedad.
N. º 93) Hoy creyentes y no creyentes estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos.
N. º 138) La ecología estudia las relaciones entre los organismos vivientes y el ambiente donde se desarrollan.entre los organismos vivos y el entorno en el que se desarrollan. También exige sentarse a pensar y a discutir acerca de las condiciones de vida y de supervivencia de una sociedad, con la honestidad para poner en duda modelos de desarrollo, producción y consumo.
N. º 139) Cuando se habla de «medio ambiente», se indica particularmente una relación, la que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Esto nos impide entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados. Las razones por las cuales un lugar se contamina exigen un análisis del funcionamiento de la sociedad, de su economía, de su comportamiento, de sus maneras de entender la realidad. Dada la magnitud de los cambios, ya no es posible encontrar una respuesta específica e independiente para cada parte del problema. Es fundamental buscar soluciones integrales que consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales. No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza.
N. º 145) Muchas formas altamente concentradas de explotación y degradación del medio ambiente no sólo pueden acabar con los recursos de subsistencia locales, sino también con capacidades sociales que han permitido un modo de vida que durante mucho tiempo ha otorgado identidad cultural y un sentido de la existencia y de la convivencia. La desaparición de una cultura puede ser tanto o más grave que la desaparición de una especie animal o vegetal. La imposición de un estilo hegemónico de vida ligado a un modo de producción puede ser tan dañina como la alteración de los ecosistemas.
N. º 156) La ecología integral es inseparable de la noción de bien común, un principio que cumple un rol central y unificador en la ética social. Es «el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección».
N. º 182) La previsión del impacto ambiental de los emprendimientos y proyectos requiere procesos políticos transparentes y sujetos al diálogo, mientras la corrupción, que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores, suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente.
N. º 183) Un estudio del impacto ambiental no debería ser posterior a la elaboración de un proyecto productivo o de cualquier política, plan o programa a desarrollarse. Tiene que insertarse desde el principio y elaborarse de modo interdisciplinario, transparente e independiente de toda presión económica o política. Debe conectarse con el análisis de las condiciones de trabajo y de los posibles efectos en la salud física y mental de las personas, en la economía local, en la seguridad… En la mesa de discusión deben tener un lugar privilegiado los habitantes locales, quienes se preguntan por lo que quieren para ellos y para sus hijos, y pueden considerar los fines que trascienden el interés económico inmediato.
N. º 185) En toda discusión acerca de un emprendimiento, una serie de preguntas deberían plantearse en orden a discernir si aportará a un verdadero desarrollo integral. ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿De qué manera? ¿Para quién? ¿Cuáles son los riesgos? ¿A qué costo? ¿Quién paga los costos y cómo lo hará? En este examen hay cuestiones que deben tener prioridad. Por ejemplo, sabemos que el agua es un recurso escaso e indispensable y es un derecho fundamental que condiciona el ejercicio de otros derechos humanos. Eso es indudable y supera todo análisis de impacto ambiental de una región.
N. º 202) Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos. Esta conciencia básica permitiría el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca así un gran desafío cultural, espiritual y educativo que supondrá largos procesos de regeneración.
N. º 217) Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana.
N. º 220) Esta conversión supone diversas actitudes que se conjugan para movilizar un cuidado generoso y lleno de ternura. En primer lugar implica gratitud y gratuidad, es decir, un reconocimiento del mundo como un don recibido del amor del Padre, que provoca como consecuencia actitudes gratuitas de renuncia y gestos generosos… También implica la amorosa conciencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con los demás seres del universo una preciosa comunión universal. Para el creyente, el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres.
N. º 225) Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea, cuya presencia «no debe ser fabricada sino descubierta, develada».
N. º 229) Hace falta volver a sentir que nos necesitamos unos a otros, que tenemos una responsabilidad por los demás y por el mundo, que vale la pena ser buenos y honestos.
N. º 230) El ejemplo de santa Teresa de Lisieux nos invita a la práctica del pequeño camino del amor, a no perder la oportunidad de una palabra amable, de una sonrisa, de cualquier pequeño gesto que siembre paz y amistad. Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo. Mientras tanto, el mundo del consumo exacerbado es al mismo tiempo el mundo del maltrato de la vida en todas sus formas.
N. º 231) El amor, lleno de pequeños gestos de cuidado mutuo, es también civil y político, y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor. El amor a la sociedad y el compromiso por el bien común son una forma excelente de la caridad, que no sólo afecta a las relaciones entre los individuos, sino a «las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas» [156]. Por eso, la Iglesia propuso al mundo el ideal de una «civilización del amor» [157]. El amor social es la clave de un auténtico desarrollo: «Para plasmar una sociedad más humana, más digna de la persona, es necesario revalorizar el amor en la vida social –a nivel político, económico, cultural–, haciéndolo la norma constante y suprema de la acción» [158]. En este marco, junto con la importancia de los pequeños gestos cotidianos, el amor social nos mueve a pensar en grandes estrategias que detengan eficazmente la degradación ambiental y alienten una cultura del cuidado que impregne toda la sociedad. Cuando alguien reconoce el llamado de Dios a intervenir junto con los demás en estas dinámicas sociales, debe recordar que eso es parte de su espiritualidad, que es ejercicio de la caridad y que de ese modo madura y se santifica.
El Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas abraza la tradición de Catalina McAuley. Hemos sido moldeadas por su visión y su vivencia del Evangelio, y por su compromiso de caminar con los económicamente pobres. Siguiendo sus pasos, nos comprometemos a servir a las personas que han sido hechas pobres, las personas que están enfermas y las personas que no tienen educación. Hemos seguido profundizando nuestra tradición de la Misericordia en estos tiempos contemporáneos. En el curso de nuestros tres últimos Capítulos del Instituto (2005, 2011 y 2017), intensificamos nuestro deseo de vivir en solidaridad con nuestro mundo sufriente y con toda la creación de Dios. Buscamos continuamente transformarnos hacia una mayor integridad de palabra y obra.
«Misterio nos está llamando, como Hermanas de la Misericordia de las Américas, una comunidad internacional e intercultural, a profundizar nuestras relaciones con Dios y de unas con otras e intensificar nuestro trabajo en comunión con todos los que buscan un mundo más justo e inclusivo»
Renovado Compromiso del Capítulo 2017:Llamadas a una nueva conciencia (Haz clic aquí para ver los documentos del capítulo)
Mediante un compromiso expreso con nuestros Asuntos Críticos, prestamos especial atención a cinco esferas de necesidad interrelacionadas en nuestro mundo que sufre: Tierra, inmigración, no violencia, racismo y mujeres. Entendemos que nuestro compromiso con estos Asuntos Críticos debe considerarse dentro de un contexto más amplio y en relación con los otros Asuntos Críticos. (Haz clic aquí para leer más sobre los Asuntos Críticos).
Durante el Capítulo del Instituto de 2017, profundizamos en nuestro compromiso de escuchar los gritos de las personas, las comunidades y la Tierra más profundamente afectadas por las industrias extractivas. Nos comprometimos a responder con «integridad y clara intención» a su demanda de justicia y al florecimiento de la vida para todos.
Como Misericordia, estamos llamadas a considerar más profundamente nuestras responsabilidades con la Madre Tierra. Buscamos vivir en armonía e interrelación con la Tierra y apoyar el derecho de la Tierra y de sus comunidades interrelacionadas a cumplir sus importantes funciones en los procesos siempre renovados de la vida (Berry 1999). La «demanda a abrazar de nuevo nuestros Asuntos Críticos a través de la lente de la no violencia» nos obliga a escuchar a las personas, a las comunidades y a la Tierra, que se han visto brutalmente afectadas por las industrias extractivas.
Como Misericordia, estamos llamadas a escuchar a las comunidades de color y a las comunidades indígenas, que siguen sufriendo el impacto desproporcionado y violento de las industrias extractivas. Debemos trabajar activamente en llegar a ser un comunidad antirracista y abordar nuestra emergencia climática. Requiere un recentrado de las historias y experiencias que impulsan nuestra toma de decisiones. Nos preguntamos qué significa hoy para la Misericordia solidarizarse con las comunidades perjudicadas por las industrias extractivas y hacer frente a sus sistemas de explotación y ser parte de la solución para evitar los peores impactos de nuestra emergencia climática.
«Llamadas en este momento a actuar», estamos obligadas a responder al impacto de las industrias extractivas sobre las personas, las comunidades y la Tierra. Al comprometernos con una forma descentralizada de escuchar, ver y tomar decisiones, nos comprometemos a realizar análisis descolonizados del modelo de desarrollo extractivo explotador y de nuestras propias estructuras y prácticas que permiten las industrias extractivas. Buscamos una relación correcta y una armonía con la comunidad de vida, en la que nos esforzamos por abrazar una relación recíproca, cooperativa y no dominante con toda la creación de Dios.
«Escuchamos el llamado de nuestro mundo que sufre. El empobrecimiento de los pueblos, la devastación de la Tierra y las opresivas normas sociales y sistemas hoy nos llaman a actuar…a intensificar nuestros esfuerzos para alinear nuestras inversiones con nuestros valores y especialmente hoy, necesitamos educarnos y actuar contra las industrias extractivas que están destruyendo personas comunidades y la tierra».
Declaración del Renovado Compromiso del Capítulo 2017
Nuestra conversación integral sobre el extractivismo comienza con la escucha profunda de las historias relacionadas con la explotación. Estas historias provienen de comunidades y personas que han sido perjudicadas por por el extractivismo. Viven en entornos que ya han sido radicalmente alterados o están sufrir una alteración radical. Las comunidades más afectadas suelen estar formadas por negros, indígenas y personas de color que han sido sistemáticamente oprimidas y discriminadas: los miembros más vulnerables de la sociedad.
En muchos casos, los líderes comunitarios han sido criminalizados y encarcelados. Algunos han sido amenazados, incluso asesinados. Comunidades enteras han sido desplazadas de sus tierras. Estas injusticias no son cosa del pasado; continúan hoy en día. Si bien gran parte de esta violencia es evidente, otros tipos de violencia siguen siendo más esquivos, ocultos y con efectos perjudiciales continuos. Los efectos a corto plazo de la violencia medioambiental pueden ser visibles, como que los ríos limpios se conviertan en lagos estancados o que hermosas montañas exploten en pedazos y sean arrasadas. Pero en otros casos, los ríos de apariencia engañosa llevan sustancias químicas invisibles y peligrosas que son los subproductos de la producción.
Al escuchar profundamente las historias de los traumas, debemos comprometer todo nuestro cuerpo en el proceso de conocimiento. Saber es diferente del conocimiento empírico; es un «conocimiento interno». Cuando entramos en el lugar del conocimiento interior, nos comprometemos con nuestro corazón y escuchamos a los que han experimentado y siguen experimentando explotación y violencia. Oímos los gritos de la Tierra y de los que han sido empobrecidos.
El trauma de la Tierra nos habla mientras escuchamos lo que le sucede al aire, al agua y a la tierra. Atendemos a lo que está surgiendo dentro de nosotros. Las historias de explotación nos obligan a entender por qué y cómo se produce ese sufrimiento. También escuchamos a los que estudian el extractivismo para comprender los datos científicos y económicos que hablan de las causas profundas y los efectos explotativos, incluida la causalidad directa de la emergencia climática. Los datos especializados nos ayudan ver tanto los efectos visibles como invisibles, a corto y largo plazo, del extractivismo. Por último, hacemos las preguntas que surgen en nosotras: ¿Somos cómplices de este sufrimiento? Si es así, ¿cómo?
Después de escuchar profundamente estas voces, entablaremos un diálogo contemplativo y consideraremos estas cuestiones:
No es el momento de encerrarte en tu cabeza. Sólo escucha. Escucha con atención. Escucha con el corazón. Presta atención a las voces que conocen de primera mano el sufrimiento de la Tierra. Experimentaron y siguen experimentando los efectos explotativos y violentos de este sufrimiento, ya que trastorna la vida de las personas vulnerables y empobrecidas. Escucharemos las voces de las comunidades indígenas, que están personalmente comprometidas en la lucha contra el extractivismo. El sufrimiento en sus propias vidas y comunidades está entrelazado con el sufrimiento de la Tierra. Durante generaciones, han respetado y trabajado en armonía con el agua y la tierra. Lo que tus mentes, corazones, ojos, oídos, manos y cuerpos ya saben, los científicos lo comprueban ahora. Los científicos nos informan de los efectos, no sólo en un ecosistema sino en la red de ecosistemas. Explican la causa y los efectos de la degradación del medio ambiente y las enfermedades que surgen de dicha degradación. Escucharemos las voces de los activistas y organizadores que tratan de devolver el equilibrio de poder a sus comunidades, muchas de las cuales se han visto obligadas a abandonar sus tierras. Todas estas voces hablan de la misma preocupación: el sufrimiento de la Tierra y el sufrimiento de los pobres.
Guía del Participante
haga clic aquíDescripción general: Ver – Escucha profunda
haga clic aquíVideo – En Defensa de la Vida
Ver AquíLente de la Misericordia
haga clic aquíLente de Laudato Si’
haga clic aquíLente del Ecofeminismo
haga clic aquíLente de la Eco-liberación
haga clic aquíOración
Haga clic aquíGuía del facilitador
Haga clic aquíRecursos Adicionales
Haga clic aquíA medida que avanzamos en nuestras conversaciones sobre el extractivismo, nos involucramos en el proceso familiar del diálogo contemplativo. Entablaremos un diálogo contemplativo en cada sesión y a veces varias veces dentro de una sesión.
Este proceso nos ayudará a centrarnos a través de la escucha profunda y el silencio interior. Buscamos crear en nuestro interior y entre nosotros un lugar de atención que nos sitúa en nuestra interconexión comunitaria. Es en este círculo donde crearemos un espacio para nuevas formas de ver y conocer. Nos abrimos para que surja algo nuevo. Este es en un momento kairós en el que buscamos la metanoia, una conversión del corazón.
Algunos recordatorios útiles al entrar en nuestro diálogo contemplativo. Presta atención a lo que tiene un profundo significado para ti. Abre tu cuerpo para sentir el impacto de la participación de los demás. Deja ir lo que ya conoces para que algo nuevo pueda surgir. Recuerda que nos transformamos por las conversaciones que nunca hemos tenido antes.
A medida que participamos en el proceso, recuerda ser breve al hablar, comparte lo que importa en unas pocas frases. Habla al centro, no a un individuo. Mientras escuchas, mira al que está hablando. Escucha sin pensar en lo que vas a decir. Relájate y retiene ligeramente tus propios entendimientos.