donar

Nuestra conversación integral sobre el extractivismo comienza con la escucha profunda de las historias relacionadas con la explotación. Estas historias provienen de comunidades y personas que han sido perjudicadas por por el extractivismo. Viven en entornos que ya han sido radicalmente alterados o están sufrir una alteración radical.  Las comunidades más afectadas suelen estar formadas por negros, indígenas y personas de color que han sido sistemáticamente oprimidas y discriminadas: los miembros más vulnerables de la sociedad.

En muchos casos, los líderes comunitarios han sido criminalizados y encarcelados. Algunos han sido amenazados, incluso asesinados. Comunidades enteras han sido desplazadas de sus tierras. Estas injusticias no son cosa del pasado; continúan hoy en día. Si bien gran parte de esta violencia es evidente, otros tipos de violencia siguen siendo más esquivos, ocultos y con efectos perjudiciales continuos. Los efectos a corto plazo de la violencia medioambiental pueden ser visibles, como que los ríos limpios se conviertan en lagos estancados o que hermosas montañas exploten en pedazos y sean arrasadas. Pero en otros casos, los ríos de apariencia engañosa llevan sustancias químicas invisibles y peligrosas que son los subproductos de la producción.

Al escuchar profundamente las historias de los traumas, debemos comprometer todo nuestro cuerpo en el proceso de conocimiento. Saber es diferente del conocimiento empírico; es un «conocimiento interno». Cuando entramos en el lugar del conocimiento interior, nos comprometemos con nuestro corazón y escuchamos a los que han experimentado y siguen experimentando explotación y violencia. Oímos los gritos de la Tierra y de los que han sido empobrecidos.

El trauma de la Tierra nos habla mientras escuchamos lo que le sucede al aire, al agua y a la tierra. Atendemos a lo que está surgiendo dentro de nosotros. Las historias de explotación nos obligan a entender por qué y cómo se produce ese sufrimiento. También escuchamos a los que estudian el extractivismo para comprender los datos científicos y económicos que hablan de las causas profundas y los efectos explotativos, incluida la causalidad directa de la emergencia climática. Los datos especializados nos ayudan ver tanto los efectos visibles como invisibles, a corto y largo plazo, del extractivismo. Por último, hacemos las preguntas que surgen en nosotras: ¿Somos cómplices de este sufrimiento? Si es así, ¿cómo?

Después de escuchar profundamente estas voces, entablaremos un diálogo contemplativo y consideraremos estas cuestiones:

  • ¿Qué está emergiendo de nuestros corazones?
  • ¿Qué valores están creando tensión dentro de nosotras?
  • ¿Qué es lo que está claro en nosotras? ¿Qué permanece sin resolver?
  • ¿Cómo desafía el extractivismo nuestra complicidad?

No es el momento de encerrarte en tu cabeza. Sólo escucha. Escucha con atención. Escucha con el corazón. Presta atención a las voces que conocen de primera mano el sufrimiento de la Tierra. Experimentaron y siguen experimentando los efectos explotativos y violentos de este sufrimiento, ya que trastorna la vida de las personas vulnerables y empobrecidas. Escucharemos las voces de las comunidades indígenas, que están personalmente comprometidas en la lucha contra el extractivismo. El sufrimiento en sus propias vidas y comunidades está entrelazado con el sufrimiento de la Tierra. Durante generaciones, han respetado y trabajado en armonía con el agua y la tierra. Lo que tus mentes, corazones, ojos, oídos, manos y cuerpos ya saben, los científicos lo comprueban ahora. Los científicos nos informan de los efectos, no sólo en un ecosistema sino en la red de ecosistemas. Explican la causa y los efectos de la degradación del medio ambiente y las enfermedades que surgen de dicha degradación. Escucharemos las voces de los activistas y organizadores que tratan de devolver el equilibrio de poder a sus comunidades, muchas de las cuales se han visto obligadas a abandonar sus tierras. Todas estas voces hablan de la misma preocupación: el sufrimiento de la Tierra y el sufrimiento de los pobres.

Materiales de la Sesión Dos

Guía del Participante

haga clic aquí

Descripción general: Ver – Escucha profunda

haga clic aquí

Video – En Defensa de la Vida

Ver Aquí

Lente de la Misericordia

haga clic aquí

Lente de Laudato Si’

haga clic aquí

Lente del Ecofeminismo

haga clic aquí

Lente de la Eco-liberación

haga clic aquí

Guía del facilitador

Haga clic aquí

Recursos Adicionales

Haga clic aquí

A medida que avanzamos en nuestras conversaciones sobre el extractivismo, nos involucramos en el proceso familiar del diálogo contemplativo. Entablaremos un diálogo contemplativo en cada sesión y a veces varias veces dentro de una sesión.

  • La primera sesión: VER: Escucha profunda
  • La segunda sesión: JUZGAR: Reflexión profunda
  • La tercera sesión: ACTUAR: Transformación profunda

Este proceso nos ayudará a centrarnos a través de la escucha profunda y el silencio interior. Buscamos crear en nuestro interior y entre nosotros un lugar de atención que nos sitúa en nuestra interconexión comunitaria. Es en este círculo donde crearemos un espacio para nuevas formas de ver y conocer. Nos abrimos para que surja algo nuevo.  Este es en un momento kairós en el que buscamos la metanoia, una conversión del corazón. 

Algunos recordatorios útiles al entrar en nuestro diálogo contemplativo. Presta atención a lo que tiene un profundo significado para ti. Abre tu cuerpo para sentir el impacto de la participación de los demás. Deja ir lo que ya conoces para que algo nuevo pueda surgir. Recuerda que nos transformamos por las conversaciones que nunca hemos tenido antes.

A medida que participamos en el proceso, recuerda ser breve al hablar, comparte lo que importa en unas pocas frases. Habla al centro, no a un individuo. Mientras escuchas, mira al que está hablando. Escucha sin pensar en lo que vas a decir. Relájate y retiene ligeramente tus propios entendimientos.

  • SILENCIO. El proceso comienza con un período de silencio (es útil que algunos participantes sepan la cantidad de tiempo que dura el silencio. Si el tiempo excede los 10 minutos, deja tiempo para caminar en silencio ya que algunos participantes se centran mejor con el movimiento).
  • INTERCAMBIO. Después del silencio, otorga un tiempo para compartir brevemente cómo cada persona está llegando a este momento.
    • Aquí, el convocante plantea una pregunta e invita a cada participante a responder brevemente. (El propósito aquí es crear un espacio de confianza y conexión entre los participantes para llevar al grupo a un nivel más profundo).
    • ¿Qué se ha quedado contigo o ha tocado tu corazón mientras escuchabas y reflexionabas?
  • DIÁLOGO. Entonces el convocante cambia el grupo a un período de silencio, tal vez con música instrumental. Una vez más, es útil para algunas personas anunciar la duración del tiempo de reflexión. Una vez que el tiempo de reflexión parece suficiente, comienza el diálogo. Aquí el grupo examinará las preguntas planteadas en una sección particular de una sesión.
    • Podría ser útil proporcionar un breve período de silencio en la transición entre las preguntas.
    • Durante el diálogo, cada persona debe recibir la oportunidad de compartir antes de que cualquier otra persona hable por segunda vez. Es útil animar a los participantes a que se basen en los conocimientos de los demás, contribuyan con sus propios conocimientos y sean conscientes del surgimiento de la sabiduría compartida. 
    • El diálogo se detiene cuando hay un final natural.
  • PERSPECTIVA. El convocante concluye el proceso invitando a cada persona a compartir en dos preguntas:
    • ¿De qué manera has experimentado este proceso de intercambio?
    • ¿Qué notaste sobre lo que se estaba creando a través del diálogo?

Renovado Compromiso del Capítulo 2017

En 2017 en Buffalo, Nueva York, el Sexto Capítulo del Instituto se reunió para discutir cómo podríamos transformarnos hacia una mayor integridad de palabra y obra. Afirmamos las diversas formas en que podríamos fortalecer nuestras relaciones con los demás.  Nos desafiamos a nosotras mismos a abrazar nuestros Asuntos Críticos más plenamente utilizando el lente de la no violencia. Por último, nos comprometimos de nuevo a escuchar y responder a los gritos de la Tierra y a los gritos de los pobres.

Escuchamos el llamado de nuestro mundo que sufre. El empobrecimiento de los pueblos, la devastación de la Tierra y las opresivas normas sociales y sistemas hoy nos llaman a actuar…A intensificar nuestros esfuerzos para alinear nuestras inversiones con nuestros valores y especialmente hoy, necesitamos educarnos y actuar contra las industrias extractivas que están destruyendo personas, comunidades y la tierra.

Declaración del Renovado Compromiso del Capítulo 2017

Este proceso de reflexión teológica es una respuesta a la identificación por parte del Capítulo de un asunto crítico conocido como el extractivismo. El extractivismo se refiere al proceso de extracción de materias primas (minerales, metales y petróleo) de la Tierra de tal manera que destruye irreparablemente los ecosistemas vitales, la tierra y el agua, y afecta gravemente a la calidad del aire. Los efectos incluyen:

  • devastar comunidades y culturas,
  • desplazar a las personas de sus hogares y tierras, a menudo mediante la fuerza o la coacción,
  • y la escalada de las crisis de salud pública con nuevas enfermedades y dolencias.

Estos efectos profundizan el sufrimiento de las personas pobres y vulnerables. Las industrias extractivas suelen lograr sus objetivos manipulando estas comunidades con promesas de trabajo y una vida mejor.

En el proceso que sigue, tratamos de comprender más profundamente cómo el extractivismo está afectando toda la comunidad de vida, incluyendo a los ecosistemas y a las comunidades que viven en ellos. Buscamos entender cómo somos cómplices de la destrucción de estos ecosistemas a través de nuestras acciones individuales y comunitarias. Como se indica en nuestro Renovado Compromiso del Capítulo 2017, se nos llama a actuar contra las normas y sistemas sociales opresivos que conducen a la destrucción de la Tierra y al empobrecimiento de los pueblos. El asunto crítico del extractivismo nos desafía más que nunca a una conversación más profunda sobre nuestros valores. Buscamos alinear nuestras inversiones con nuestros valores. Esto requiere una conversación profunda sobre nuestros valores, sobre el proceso de cómo y en qué invertimos, y sobre cómo nuestras inversiones hablan de nuestros valores.

Obligadas por el llamado de Dios a una nueva conciencia, se nos motiva a reclamar más profundamente nuestra interrelación dentro de una comunidad de vida. Buscamos responder de manera concreta a nuestra crisis ecológica. En particular, nos atrae entender de qué manera el extractivismo nos afecta a todos, incluso a los más vulnerables. Estamos especialmente llamadas a escuchar profundamente cómo el extractivismo afecta a la tierra, el aire y el agua de las comunidades de color y los pueblos indígenas. Somos llamadas y desafiadas a explorar los sistemas opresivos que permiten el extractivismo y cómo nuestras formas habituales de pensar y actuar contribuyen a la práctica del extractivismo. Además, nos vemos obligadas a comprometer nuestra voz profética corporativa en la cuestión: ¿Cómo elegimos permanecer juntas como un todo unificado en el asunto crítico del extractivismo?

Para responder a los desafíos de estos tiempos, empezamos por escuchar profundamente las experiencias de las personas traumatizadas y más afectadas por el extractivismo y nuestras propias experiencias. Reflexionamos y aprendemos de estas experiencias colocándonos bajo una nueva luz. El proceso de transformación comienza cuando experimentamos lo inesperado en nosotros mismos y en la vulnerabilidad del otro.

Estos encuentros internos y externos alteran nuestras maneras habituales de pensar y actuar. Empezamos «a ver lo que hemos hecho invisible». De hecho, cuando somos «quemados por una experiencia», nos vemos obligados a cambiar y dirigirnos hacia un cambio sistémico. Comenzamos a darnos cuenta de que los pequeños pasos de nuestra propia transformación nos mantienen involucradas personalmente en nuestras decisiones comunitarias más grandes. Una voz profética y comunitaria no es suficiente en un mundo en el que la oferta y la demanda conforman las fuerzas que atrapan a los vulnerables.

Entre los vulnerables se encuentran los pueblos indígenas rurales que luchan contra la contaminación de sus aguas, tierras y aire por parte de las empresas; la población urbana empobrecida económicamente que lucha por adquirir los alimentos diarios; y los refugiados que huyen de situaciones desesperadas a menudo atrapados en espacios fronterizos. No puede pasar desapercibido que la mayoría de estas comunidades son afroamericanas, indígenas y otras personas de color. La Tierra es particularmente vulnerable, asfixiada por el brusco consumo humano y la codicia multinacional.

Llamado de Dios a una Nueva Conciencia: Conversaciones sobre el Extractivismo

Nuestras conversaciones sobre el extractivismo nos llaman a buscar una unión más intensa con Dios a través del diálogo contemplativo y un proceso cíclico de transformación. En este tiempo de kairós, Dios nos reúne para hacer oír nuestra voz profética. Al entrar en diálogo unas con otras, buscamos aprender más sobre el extractivismo y los sistemas que lo mantienen y sus efectos, y avanzamos hacia una transformación que nos lleva a la acción común. A través de nuestra acción profética comunitaria, nos desafiamos a nosotras mismas: ¿Cómo elegimos permanecer juntas como un todo en el grave problema del extractivismo?

Nuestras conversaciones adoptan un enfoque integral, comprometiéndonos de tres maneras:

  1. escucha profunda en la que escuchamos experiencias personales y comunitarias relacionadas con los efectos del extractivismo en la vida;
  2. reflexión profunda basada en nuestra teología y nuestro análisis social sobre estas experiencias y las causas y efectos fundamentales del extractivismo; y
  3. transformación profunda al discernir cómo actuar en este momento.

Nos basaremos en perspectivas interculturales e interdisciplinarias que desplazan el poder de las visiones del mundo y teologías occidentales dominantes. Buscaremos involucrar todo el cuerpo: mente, corazón, carne, manos y pies, entendiendo que el conocimiento no se localiza exclusivamente en la cabeza, tampoco en hechos y cifras y datos científicos. Somos convocadas a escuchar las historias que nos revela todo nuestro cuerpo. Aún así, no podemos desestimar los datos empíricos, ya que esta información nos muestra lo que nuestros cuerpos no: el veneno invisible en el río cristalino mientras baja de la montaña, las toxinas invisibles del aire que no oscurecen la vista de los árboles verdes que se balancean o los contaminantes ocultos en una manzana deliciosa y crujiente.

Comenzamos escuchando profundamente la experiencia (nuestra realidad vivida y la realidad vivida desde la perspectiva de los pueblos, comunidades y la Tierra, todos afectados por las industrias extractivas). La escucha profunda implica escuchar con el corazón. Al reflexionar sobre estas experiencias avanzamos más hacia lo profundo. La reflexión profunda implica dejar de lado las ideas y normas preconcebidas para poder abrirnos a las formas de interpretación de la realidad de los demás, lo que nos obliga a profundizar en la comprensión de las causas fundamentales y los efectos reales del extractivismo. Juntas basaremos nuestra mirada en la teología ecofeminista de la liberación en lugar de la mirada teológica dominante del Norte global. Esta mirada nos hace salir de los límites y dominaciones de los procesos analíticos occidentales para incluir sabiduría, experiencias y medios (por ejemplo, arte, poesía, cuentos y canciones) significativos para quienes viven en los márgenes de la sociedad. La perspectiva de una teología ecofeminista de liberación se ha levantado desde el seno del sur global en su lucha contra las intervenciones del norte global, y nos obligará a ver de maneras diferentes.

Escuchando y reflexionando profundamente, identificamos las maneras en que somos llamadas a responder. Nos comprometemos con los deseos de Dios para una comunión más profunda entre nosotras y Dios, una comunión más profunda con nuestro prójimo, especialmente con las personas que han sido empobrecidas por las industrias extractivas, y una comunión más profunda con la Tierra y toda la creación. A través de este proceso, continuamente somos llamadas a un cambio, personal, comunitario y corporativo, para ser solidarias y responder a las necesidades de los vulnerables y marginados. Trabajar verdaderamente para ser una institución antirracista requiere de una recentralización de las historias y experiencias que impulsan nuestra toma de decisiones, una transformaciónverdaderamente profunda.

Este triple proceso requiere escucha profunda, reflexión profunda, y transformación profunda y nos obliga tanto a nivel personal como comunitario a responder al llamado de Dios para una nueva conciencia. No es una progresión lineal, sino un movimiento circular que se profundiza escuchando y reflexionando, y volviendo a nuestras experiencias, y profundizando aún más a medida que el ciclo progresa a través de nuestra conversación juntas y llegamos a un lugar de transformación.

La resistencia al cambio y el poder de los hábitos

La resistencia al cambio, el poder de los hábitos y nuestro apoyo a los sistemas de explotación son algunos de los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos mientras intentamos transformarnos a nosotras mismas, nuestra comunidad y nuestro mundo. Para efectuar un cambio verdadero, necesitamos comprender e iniciar el cambio y la transformación dentro de nosotras mismas mientras buscamos también el cambio y la transformación en el mundo. No podemos desafiar al extractivismo si al mismo tiempo lo apoyamos con nuestros hábitos diarios. El miedo y la complejidad de la cuestión pueden paralizar nuestras respuestas, a menos que sigamos el ejemplo de los más afectados y sus respuestas creativas que ya están en marcha para abordar los problemas del extractivismo. En pocas palabras, hay esperanza y un camino a seguir.

Como Misericordia, renovamos continuamente el compromiso con nuestros Asuntos Críticos: La Tierra, la inmigración, la no violencia, el racismo y las mujeres. Diariamente nos desafiamos a nosotras mismas a reflexionar sobre nuestras formas habituales de pensar y actuar y, a veces, elegimos dejar de lado hábitos viejos y formar otros nuevos que sean beneficiosos para el bien común. Nos comprometemos en esta transformación personal cuando rezamos, elegimos lo que compramos y cómo vivimos nuestras vidas cotidianas y dónde decidimos invertir de manera colectiva; nos educamos a nosotras mismas y a los demás para abordar nuestros Asuntos Críticos; abogamos con legisladores y dirigentes; e invertimos nuestros recursos para lograr un cambio sistémico.

Profundizar nuestro compromiso para transformar el estilo de vida

En el 2019-2020 se revelaron dos crisis medioambientales graves de nuestros tiempos. En el 2019 los incendios en la selva amazónica, conocida como el pulmón del planeta, aumentaron. La tierra, impulsada por intereses económicos, fue y sigue siendo desmantelada para actividades ganaderas y extracción de minerales. La primera carretera construida en lo profundo del Amazonas ha preparado el terreno para la destrucción masiva de bosques antiguos y la intrusión sustancial en tierras de pueblos indígenas. Los horrores perpetrados a las comunidades indígenas condujeron al llamamiento del papa Francisco para el Sínodo del Amazonas (6-27 de octubre de 2019). Los obispos se reunieron para escuchar los ruegos de la gente que vivía y trabajaba en el Amazonas. La iglesia se vio llamada a nuevos caminos de transformación.

A principios de marzo 2020, nos enfrentamos a la crisis sin precedentes de una pandemia mundial. Un nuevo coronavirus (COVID-19) asechaba al mundo. Nuestros hábitos diarios fueron afectados y nos vimos forzados a desarrollar nuevos comportamientos. Mientras estábamos obligados a quedarnos en casa, la Tierra se recuperaba de a poco debido a nuestra falta de actividad en ella. La reducción de las emisiones de gases en todo el mundo dio lugar a un aire más limpio, devolviendo las vistas de nuestro mundo antes oscurecidas por la bruma. Pero los comportamientos que adoptamos hoy pueden no ser hábitos nuevos eco amigables con la Tierra una vez que desaparezca el COVID. Y de esa manera, el calentamiento global seguirá su curso.

La densidad de la población humana y su necesidad de alimentos y energía se intensificará a medida que la destrucción del mundo natural aumente. Los humanos y sus comunidades insistirán en sobrepasar los límites e invadirán los hábitats de la vida silvestre. Como resultado, veremos no sólo la destrucción de tierras naturales y bosques como vimos en el Amazonas, sino una amenaza continua y un aumento en la frecuencia de virus más mortíferos que se originan cuando los humanos y los animales domésticos «se reúnen» con la vida silvestre. Virus tales como el MERS y el SARS, y probablemente ahora el infame COVID-19, se han vinculado de alguna manera a encuentros entre humanos con murciélagos. Hoy en día, el COVID-19 amenaza a comunidades afroamericanas e indígenas con tasas alarmantes de infecciones y muertes.

Es probable que los virus cambien nuestro mundo más aún en los años venideros, mientras que el cambio climático y la actividad humana sigan alterando los ecosistemas.

Una tercera crisis, aunque no una realidad nueva, nos desafía. El movimiento Black Lives Matter ha puesto en tela de juicio el racismo sistémico que existe hace tanto tiempo en los Estados Unidos y, en particular, el racismo perpetrado contra las comunidades afroamericanas. La violencia racial, primero alimentada por la brutalidad histórica de la esclavitud, fue seguida por las leyes de Jim Crow y los multitudinarios linchamientos que dieron fuerza al racismo sistémico y a la segregación racial. El movimiento Black Lives Matter hace visibles las persistentes formas de racismo que aún están presentes en nuestros días, especialmente el racismo inherente a nuestros sistemas judicial y policial. El racismo medioambiental y el racismo incrustado en las estructuras financieras y en el modelo de desarrollo extractivo se ven reflejados en viviendas asequibles y escuelas que sirven a las comunidades afroamericanas generalmente ubicadas en antiguos vertederos de productos químicos y residuos. En una zona denominada Callejón del Cáncer, industrias de Louisiana siguen diezmando la salud de las comunidades afroamericanas a lo largo del río Mississippi. Las condiciones de salud subyacentes y la falta de acceso a una atención médica asequible suman a los efectos del racismo sistémico. Los afroamericanos han muerto en números desproporcionados a causa de COVID. Miles de personas se han unido al movimiento Black Lives Matter para desafiar estas formas de racismo estructural, sistémico y ambiental.

Al luchar contra la destrucción del Amazonas y el COVID, y al unirnos al desafío de abordar el racismo personal y sistémico, nos enfrentamos también a las fuerzas sin paliativos de las industrias extractivas. El extractivismo desenfrenado toma muchas formas, y afecta a toda la red de ecosistemas, incluyendo el nuestro. La extracción de minerales y energía, o de mano de obra humana (monocultivos), o de miembros de la comunidad de la vida perturba gravemente e incluso destruye ecosistemas. Derivan en el envenenamiento del agua, la tierra y el aire y el desplazamiento de comunidades enteras. Los más vulnerables (la tierra, los trabajadores, los desplazados, etc.) son considerados prescindibles, pero el mayor daño lo sufren los ya marginados por la raza, etnia y el dinero. La extracción de minerales y energía no se puede reponer. No hay un ciclo de vida, no hay plantación ni replantación del ciclo alimentario, sólo existe la explotación de los recursos limitados de la Tierra. Con el extractivismo, los ecosistemas seguirán cambiando radicalmente, incluso destruyéndose, acelerando la emergencia climática y sus efectos.

Mientras luchamos para hacer frente a nuestra emergencia climática, al COVID, al racismo y al extractivismo desenfrenado, debemos seguir comprometiéndonos con las conversaciones y decisiones difíciles y la reformulación de nuestro entendimiento. Es muy difícil cambiar valores y hábitos y sostener nuevos cuando lo hacemos sin apoyo y cuando escuchamos predominantemente a la voz más fuerte y a las industrias extractivas que siguen defendiendo el negocio de las extracciones. Es importante compartir el proceso por el que nos desafiamos y cambiamos, pero hacerlo de una manera que nos inspire. Es el cambio lo que nos inspira y nos mantendrá comprometidas y entusiasmadas, mientras que el cambio por miedo y ansiedad sólo servirá para paralizarnos.

Estamos en un nuevo tiempo de kairós. Debemos despertar o arriesgarnos a perder algo para siempre. Este rincón de esperanza nos impulsa a avanzar para no quedarnos estancadas en el miedo y la ansiedad. Nos regocija recordar que hemos estado aquí antes y podemos hacerlo de nuevo. Esta vez profundizamos en nuestras transformaciones; esta vez buscamos una transformación más profunda. Comenzamos explorando los valores e inspiraciones subyacentes que ya nos han hecho cambiar alguna manera habitual de pensar y actuar. Nos preguntamos: ¿De qué maneras hemos cambiado y profundizado nuestra conciencia a favor del bienestar de la Tierra? ¿De qué maneras nuestras acciones presentes han llevado a cambios más profundos?

Llamado a una Nueva Conciencia: El Camino de la Transformación

Como comunidad, continuamente nos hemos comprometido a profundizar nuestro compromiso con la transformación. Anhelamos vivir en una relación buena con todos los pueblos y con toda la creación y esto nos obliga a buscar una nueva manera de ver, una nueva conciencia. En este momento, somos parte de un sistema global que perpetúa los efectos destructivos de las industrias extractivas junto con su devastador impacto en las personas, comunidades y la Tierra. El negocio principal y el modelo de desarrollo extractivo de empresas de combustibles fósiles y empresas mineras son intrínsecamente peligrosos para las personas, comunidades y la Tierra. Tiene efectos devastadores en el agua, la tierra, el aire, la biodiversidad (80% de pérdida a nivel mundial), en la propia fuerza vital de la Madre Tierra. Es una de las causas principales de nuestra crisis climática. El respeto a nuestra interdependencia con toda la creación es destruido por las industrias extractivas.

Los pueblos indígenas, que han vivido durante miles de años en las tierras de la actual América Latina, son víctimas del extractivismo. Han sufrido amenazas de muerte, asesinatos de líderes y familiares queridos, junto con la destrucción y el envenenamiento de su tierra, aire y agua. Comunidades enteras han sido forzadas a abandonar sus hogares y tierras. Las comunidades afroamericanas, mestizas e indígenas de Estados Unidos deben elegir entre su propia salud física o tomar decisiones, a veces económicamente imposibles, de abandonar una zona cuando las empresas de combustibles fósiles toman decisiones sin tener en cuenta el impacto medioambiental.

El llamado a una nueva conciencia es desafiante. Implica salir de nuestras estructuras habituales de pensamiento y acción para muchas de nosotras impulsadas por el pensamiento y modelos económicos occidentales. Implica involucrarse en nuevas experiencias que nos inquieten y llamen a escuchar profundamente lo que provocan en nuestro interior. Y nos llama a examinar de manera crítica las ideologías, prejuicios y suposiciones que forman nuestra visión del mundo.

Las preguntas emanan de nuestros corazones: ¿Por qué es difícil salir de mi zona de confort? ¿Qué me mantiene allí? ¿Qué me atrae si me dejo llevar? ¿Qué me da alegría cuando elijo de manera diferente? ¿De quiénes son las historias que no escucho? ¿Qué me demanda un compromiso con la integridad climática en este momento? Nos llama a una solidaridad más comprometida, especialmente con los afroamericanos, indígenas y la gente de color, que se ven afectados desproporcionadamente por las industrias extractivas. Nos demanda reclamar la reivindicación de nuestra interdependencia y armonía con la Tierra y comprender profundamente el impacto devastador de las industrias extractivas en el florecimiento de toda la comunidad de la vida.

El camino hacia una nueva conciencia nos expone de maneras vulnerables para que podamos escuchar, centrar y responder a los gritos de los pobres y de la Tierra. En este camino de pequeñas transformaciones, nos encontraremos cambiando nuestras formas habituales de comprender, pensar y actuar. El cambio sistémico no comienza con una gran transformación; comienza con una nueva comprensión y estas pequeñas transformaciones. Mientras avanzamos para hacer oír nuestra voz profética y comunitaria junto con nuestras acciones proféticas, recordamos que una transformación más profunda debe ser sostenida por nuestra solidaridad con los más afectados por las industrias extractivas y por una comunidad comprometida y solidaria. Este tipo de transformación profunda nos llama a vivir juntas de una manera más consciente a nivel individual, comunitario y corporativo.

Entonces, ¿cómo comenzamos este camino hacia una nueva conciencia? ¿Y cómo potenciaremos nuestra nueva conciencia a través de actos de solidaridad con la Tierra y sus pueblos sufridos?

Bienvenidos a Despertar a una Nueva Conciencia — un proceso de reflexión teológica en todo el Instituto que ha sido cuidadosamente diseñado como una oportunidad única para unirse como una familia de Misericordia para:

  • Escuchamos el río contaminado que ya no puede respirar de las toxinas que se han filtrado desde una empresa extractiva.
  • Escuchamos a los padres y madres que han visto a sus hijos sufrir y morir ya que la única agua accesible está ahora contaminada más allá de su uso.
  • Somos la especie de aves que se han quedado sin hogar ya que los bosques se han nivelado debido a las industrias extractivas.

Sesión uno

haga clic aquí

Sesión dos

haga clic aquí

Sesión tres

haga clic aquí

Sesión cuatro

haga clic aquí

Sesión cinco

haga clic aquí

Participar más

haga clic aquí

Te damos la bienvenida a la Sesión Uno de Despertando a una nueva conciencia. A continuación encontrarás información que te servirá de guía para iniciar este proceso de reflexión teológica juntos.


Materiales de la Sesión Uno

Guía del Participante

haga clic aquí

Descripción del proceso

haga clic aquí

Llamadas a una Nueva Conciencia

haga clic aquí

Diálogo contemplativo

haga clic aquí

Oración para la Sesión Uno

haga clic aquí

Materiales para el facilitador

Haga clic aquí

Recursos adicionales

Haga clic aquí

Información de la reunión de Zoom de la primera sesión

  • Sábado 11 de septiembre
    • 10:00 a.m. — 11:30 a.m. ET
  • Lunes 13 de septiembre
    • 10:00 a.m. — 11:30 a.m. ET
    • 4:00 p.m. — 5:30 p.m. ET
    • 7:00 p.m. — 8:30 p.m. ET

Por favor, deja unos 60-90 minutos para leer la Guía del Participante y otros materiales seleccionados antes de tu reunión ZOOM. Recibirás el enlace directo para tu reunión ZOOM por correo electrónico.

Contacta con extractivism@sistersofmercy.org con cualquier pregunta sobre este proceso.

Iniciativas

  • Plan de acción Laudato Si’

    Las Hermanas de la Misericordia de las Américas se han inscrito en la Plataforma de Acción Laudato Si’, uniéndose a la comunidad católica mundial en un recorrido de siete años hacia una vivencia más plena de la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco.

    Explore nuestros esfuerzos

    Explore nuestros esfuerzos
  • Misericordia: Cómo cuidar de nuestra Tierra

    El Equipo de Justicia y la directora de Clima y Sostenibilidad ofrecen sugerencias sobre cómo las hermanas, asociados/as, compañeras, colaboradores, voluntarias/os y amigas/os pueden limitar su huella medioambiental y de carbono en la Tierra, nuestra casa común.

    Explore Cómo cuidar de nuestra Tierra

    Explore Cómo cuidar de nuestra Tierra
  • Extractivismo

    El extractivismo supone un modelo de desarrollo con una limitada visión del futuro que explota los recursos naturales, a menudo a expensas de las comunidades locales. Únete a nosotras en el camino hacia una nueva conciencia enfocada en el extractivismo.

    DESPERTAR A UNA NUEVA CONCIENCIA

    DESPERTAR A UNA NUEVA CONCIENCIA
  • Reto: Tierra y Misericordia

    Creado para celebrar el 5º aniversario de la carta del Papa Francisco, Laudato Si, el «Reto: Misericordia y Tierra» ofrece seis recursos que invitan a los usuarios a tomar medidas para el bien de la Tierra y el de todos.

    Más información sobre el reto

    Más información sobre el reto
  • Rosario de la Creación

    Tres videos exploran los misterios gozosos, dolorosos y de la plenitud del Universo combinando imágenes con citas de Laudato Si. Diseñado para una reflexión individual o grupal.

    EXPLOREN EL ROSARIO DE LA CREACIÓN

    EXPLOREN EL ROSARIO DE LA CREACIÓN