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Recuerdo de la muerte de Catalina McAuley

porRoz Parr

Por la Hermana Sheila Carney — Las palabras de Catalina nos revelan que, en este último día de su vida en la tierra, el enfoque de su corazón permaneció constante: descansando en su inquebrantable confianza en un Dios Providente y abrazando con amor y compasión a su familia, sus hermanas y sus asociadas y asociados.

Escuchar al Espíritu en su interior

porRoz Parr

Aprendí a escuchar mis deseos y emociones, sobre todo, la sensación sutil dentro de mi cuerpo (el templo del Espíritu Santo) que eventualmente reconocí como una señal confiable de la dirección correcta.

Una canción sagrada, recordada

porRoz Parr

Jesús dijo, «Yo soy el Pan de Vida», y se nos llama a venir y comer, como también a compartir. Nuestras vidas están al servicio del Evangelio. Dios nos ha dado este don de la gracia.

Creando un lugar para todas las personas

porRoz Parr

Esta semana, celebramos la fiesta de Nuestra Señora de la Merced y una puerta que se abrió en Dublín en 1827, una puerta en la Misericordia, una puerta que estamos llamadas a abrir y a crear un lugar para todas las personas.

Abriendo puertas, creando espacios de acogida y el misterio del amor

porRoz Parr

Creo que lo fundamental del legado de Catalina McAuley es la confianza en el amor como el mayor misterio de todos. Y creo que es NUESTRO trabajo explorar intencionadamente ese misterio y seguir insistiendo en las puertas abiertas, y SER una presencia acogedora en nuestro problemático mundo.

¿Qué es la verdad?

porRoz Parr

Si la verdad es realmente importante para mí, me debo a mí misma el reconocer las implicaciones de mis respuestas.