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Edad 82

Hermana Mary Lourdes nació el 4 de julio y recibió el nombre Janet Marie. Su hermana mayor, Carol ingresó a las Hermanas de la Misericordia en 1955 y Janet la siguió en 1957. En su recepción, Janet recibió el nombre de Hermana Mary Lourdes, un nombre que atesoraba por su especial devoción a María. Cuando hizo votos perpetuos en 1965, ella eligió «Déjame sembrar amor» como lema. De innumerables formas, su vida realmente lo reflejó.    

Hermana Mary Lourdes obtuvo tí­tulos en historia de Mercy College of Detroit y de Eastern Michigan University y disfrutó del ministerio de educación como maestra y directora. Sirvió en escuelas católicas de Michigan durante más de 40 años y fue directora de la escuela Sta. María Goretti en Columbia Británica, Canadá, una experiencia especial que le encantaba compartir.

En medio de esos 43 años, ella disfrutó de dos años coordinando la casa de vacaciones comunitaria en Battle Creek. Allá­, sus dones de hospitalidad y su amor por la naturaleza la revitalizaron, a ella y a sus invitadas e invitados.  

Cuando llegó el momento de reducir la velocidad, ella y Hermana Jeanette Schneider disfrutaron de tres años de semiretiro en Midland. Ellas visitaron a feligreses confinados en sus hogares y les llevaron la Comunión. Ellas disfrutaron de momentos para viajes cortos, pesca, lectura y oración. Muchos años después, ella compartió lo difícil que fue regalar su caña de pescar y su equipo.

Luego, se convirtió en cuidadora asistente en McAuley Life. Pronto ella requirió el uso de un andador y, con el tiempo, una silla motorizada, lo que no limitó su espíritu enérgico, y a menudo conducía a sus invitadas e invitados por los pasillos con su banderín de los Tigres colgando permanentemente unido a su vehículo motorizado.

Los preciados recuerdos de Hermana Mary Lourdes incluyen su excelente cocina y su abundante amor por toda la creación, que se puede ver en sus pinturas originales, cada una de las cuales refleja su espíritu libre.

A veces se levantaba temprano, compraba sándwiches para el desayuno y café en McDonalds, regresaba al Centro McAuley Life y compartí­a las comidas en la glorieta, todo el tiempo observando el paso de los ciervos o una manada de gansos canadienses. Las hermanas visitantes a menudo preguntaban: «¿Dónde está Lourdes?». La respuesta podrí­a ser: «Está en el jardí­n o en el puente alimentando a los peces», «Está en la capilla» o «Está visitando a una hermana enferma».