Edad 91
Como maestra Hermana Claude animaba a sus estudiantes a alcanzar su potencial; como voluntaria llegó a ser una presencia conocida y amada en el cuarto piso del Hospital de San Pedro en Albany, Nueva York.
Después de obtener licenciatura y maestría de la Universidad de Santa Rosa, Albany, Nueva York, sus primeros ministerios fueron como maestra en Santa Inés en Cohoes, Santa María en Clinton Heights, San Patricio en Johnstown, San Pablo en Troy, Sagrado Corazón de María en Watervliet y San Juan en Rensselaer (todos en Nueva York) donde sirvió como directora por tres años.
Después de trabajar en la enfermería del Convento de la Misericordia en Albany, Nueva York por unos años, sirvió como la secretaria médica en Servicios de Cuidado de Salud de San Pedro, una integrante importante del equipo de cuidado y la primera persona que los familiares conocen cuando entran. Cuando se oía mucha risa en los pasillos de la unidad de rehabilitación, muchas veces fue por Hermana Claude. Cuando pacientes o visitantes necesitaban una presencia de apoyo, contaban con Hermana Claude. Era la «presencia de la Misericordia» para pacientes, familias y personal. Ella mantenía la calma durante emergencias. Aun llegó a entender la letra de los doctores, aunque de vez en cuando, para ser precisa, tenía que buscar ayuda.
Aficionada a la historia, con interés particular en la Guerra Civil de Estados Unidos, siempre estaba devorando algún libro sobre el tema en su tiempo libre. Nunca dejó de encantarle la nieve ni de amar a los animales, especialmente los tigres. Le dedicó mucha atención a su felino favorito, Tigger.