Nosotras estamos acongojadas por el homicidio de Juan López quien fue asesinado el 15 de septiembre en Tocoa, Colon, Honduras mientras salía de la iglesia. Él es otro mártir de la causa para defender la Tierra y su comunidad de la destrucción de las industrias extractivas.
Por mucho tiempo él había tenido un prominente rol enfrentándose a las compañías mineras, especialmente en la reserva natural Carlos Escaleras donde las actividades amenazaban con envenenar los ríos del área, el Guapinol y San Pedro, vitales para el pueblo allí.
Otros seis defensores del agua de la comunidad han sido asesinados en años recientes y otros han huido por miedo a la violencia y debido a la amenaza a sus ríos. Juan y otros permanecieron aun en medio de las amenazas, para luchar por «el derecho a NO migrar».
Esta última pérdida es especialmente dolorosa ya que las Hermanas de la Misericordia han caminado por mucho tiempo con Juan y su Comité Municipal de Defensa de los Bienes Comunes y Públicos de Tocoa (CMDBCP).
Nosotras unimos nuestras voces a las de todas aquellas personas que claman por justicia para Juan, su familia y el pueblo de Honduras que luchan por proteger sus derechos, sus ríos y su tierra.
Nosotras debemos también desafiar y reflexionar en las políticas de EUA que han contribuido a permitir la violencia y la corrupción que condujeron al asesinato de Juan.
Juan sabía muy bien los riesgos, en especial, después de que él retó a las autoridades recientemente, haciendo un llamado a la renuncia de funcionarios locales del partido actual en el poder del país.
Nosotras denunciamos este asesinato y continuaremos trabajando y orando por un mundo libre de la violencia y para proteger nuestra casa común de modo que todos los pueblos puedan vivir en paz y tengan agua limpia.
Nosotras invitamos al pueblo de fe y misericordia a unirse a nosotras en nuestra oración y trabajo hacia un mundo no violento y de paz.