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Jacqueline D’Alessio: Integrante de la Sociedad de Legado que camina con la Misericordia

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Por Cathy Walsh, Redactora de Reportajes de Comunicaciones

El primer día de colegio, hace 75 años, Jacqueline Ann «Jackie» Compton D’Alessio, que entonces tenía cuatro años y medio, tomó la mano de Hermana Madonna Vona (fallecida en 2015), su maestra de preescolar de las Hermanas de la Misericordia. Las dos entraron juntas en la anterior escuela San José de North Plainfield, Nueva Jersey.

«Me gusta decir que nunca he vuelto a un mundo sin las Hermanas de la Misericordia», dice Jackie riendo.

Hoy Jackie y su esposo Harold disfrutan siendo integrantes de la Sociedad de Legado y donantes mensuales de la Misericordia. El amor de Jackie por las Hermanas comenzó en los años 40, cuando su madre, Helen Compton, hacía algo raro para la época: era una madre trabajadora. La Sra. Compton estaba segura de que las Hermanas de la Misericordia cuidaban bien de la joven Jackie dentro y fuera de las aulas.

Sus recuerdos favoritos de la escuela primaria incluyen las clases de piano con Hermana Fátima (Grace) Gallimore, que también animó a Jackie a que fuera profesora, y acompañar a Hermana Norine Howarth (fallecida en 2002), la directora de la escuela, a un encargo de la iglesia en Manhattan. «¡Que me invitara a ser su compañera de viaje a Nueva York fue emocionante!», dice Jackie.

Nunca se dudó de que Jackie continuaría su educación en la Academia Mount Saint Mary de Watchung, Nueva Jersey. En «The Mount» creó lazos con tres hermanas que desempeñarían un papel importante en su vida: Hermana M. Alphonsus Kennedy (fallecida en 2009), que le enseñó inglés, Hermana M. Mercedes Eisenman (fallecida en 2010), que le enseñó latín, y Hermana M. Blaise Miller (fallecida en 2020), que fue confidente y consejera suya y de otros estudiantes. «Todas estas hermanas asistieron a la fiesta de mi 25° aniversario de boda, y estuvieron en mis oraciones y en las de Harold cuando celebramos nuestro 50° aniversario de boda», dice Jackie con cariño.

Jackie conoció a Harold en una cita a ciegas organizada por una de sus amistades de Mount; la pareja se casó en 1967. Tras licenciarse en la Universidad de New Rochelle (Nueva York), Jackie se embarcó en una carrera de 43 años como profesora de arte e idiomas de enseñanza media, y supervisó las producciones teatrales de sus estudiantes. Inculcó a sus estudiantes — especialmente a las niñas — las habilidades de liderazgo que aprendió de las hermanas. También fomentó un sentido de comunidad entre docentes y personal administrativo basado en el modelo que le dieron las hermanas de la Misericordia.

«Ese concepto de comunidad [de la Misericordia] me acompañó cuando enseñé en un sistema de enseñanza pública», reflexiona Jackie, que organizaba cafés matinales y almuerzos semanales con sus colegas. «Aunque la mayoría nos jubilamos hace 15 o 20 años, seguimos estrechando lazos».

Una vez jubilada, Jackie es archivista voluntaria de la Academia Mount Saint Mary, función que asumió cuando falleció Hermana M. Alphonsus, su querida mentora y amiga. También participa en la organización de egresadas de la escuela. Harold y ella se alegran de ser donantes activos de la Misericordia.

Hace unos 10 años, la pareja, que no tiene hijos, se dio cuenta de que quería que su patrimonio reflejara mejor sus valores. «Decidimos donar lo que nos quedara de nuestros recursos a las organizaciones que hemos apoyado durante la mayor parte de nuestras vidas y que han sido significativas para nosotros», dice Jackie.

«Es inmensamente satisfactorio saber que las organizaciones que más nos importan están en nuestro testamento», dice Jackie reflexionando. «Nos entusiasma que las Hermanas de la Misericordia sean una parte importante de ello».