Por la Hermana Mary C. Sullivan
Lilly Ansley-Purpura es una buena muestra de lo que puede ocurrir cuando la escuela de la Misericordia brinda a sus estudiantes oportunidades para aprender sobre las necesidades humanas de nuestros/as hermanos y hermanas en el mundo, incluidas las necesidades en Haití, el país más pobre del hemisferio occidental. La Escuela de Mujeres Nuestra de la Señora de la Misericordia (Our Lady of Mercy School for Young Women) en Rochester, Nueva York hace precisamente eso a través de su proyecto de lema personal requerido y altamente personalizado.
Una feria anual de voluntariado organizada por las maestras de la escuela les provee a futuras estudiantes del último año información sobre docenas de organizaciones sin fines de lucro de voluntariado que pueden investigar y ayudar en sus proyectos. Los proyectos de este año comprendieron desde el voluntariado y la recaudación de fondos para organizaciones locales y nacionales, como Centro Betania, Cruz Roja Americana y Reasentamiento de Refugiados Rochester (Rochester Refugee Resettlement) hasta la participación en proyectos de investigación y prácticas, a una iniciativa global de promoción en países como Haití y Guyana.
En la feria, un miembro de Enfoque de la Misericordia en Haití (EMEH) (MFOH) proporciona información sobre las necesidades en el norte de Haití. Cada año, algunas estudiantes se sienten atraídas a la misión de EMEH y eligen centrarse en uno de sus proyectos en el norte de Haití, investigan las necesidades humanas subyacentes al proyecto y, con la ayuda de su mentor/a de EMEH, se asocian con las iniciativas de EMEH en cierto modo.
Este año, Lilly Ansley-Purpura optó por investigar la importancia de una buena educación primaria, en especial para niños de países muy pobres, y las consecuencias negativas de la desnutrición y la inseguridad alimentaria en esos niños. Se sintió atraída por aprender más sobre Lekòl Jezi-Mari (Escuela Primaria Jesús y María), patrocinada por las Religiosas de Jesús y María en Fon Ibo. Enfoque de la Misericordia en Haití se asocia con esa escuela y apoya económicamente su programa de almuerzos escolares (a menudo el único alimento diario que un niño recibe) y además brinda ayuda para las matrículas de los niños de familias haitianas ultra pobres. Escuchar hablar de las necesidades humanas y de la alegre resistencia de estos maravillosos niños haitianos llevó a Lilly a una acción misericordiosa.
Empezó a hacer pulseras de cuentas brillantes para vender a sus compañeras de clase, familiares, amigas y vecinas con el fin de recaudar fondos para los almuerzos escolares y ayudar para las matrículas de estos niños en Haití. A cada pulsera le adjuntó una nota dirigida a la portadora de la pulsera expresando que «con la compra de esta pulsera biodegradable y ecológica estás ayudando a alimentar a un niño» y a dar a los niños haitianos «una de las enseñanzas más valiosas que uno puede ofrecer».
Lilly ya ha recaudado $411 para ayudar a niños haitianos a quienes ha llegado a acoger. Los numerosos pedidos de pulseras que aun recibe no sólo ocupan el tiempo libre durante sus fines de semana, sino que le brindan la esperanza de que pronto pueda dar otra gran contribución monetaria a Enfoque de la Misericordia en Haití para los niños en Lekòl Jezi-Mari.
La iniciativa personal y misericordiosa de Lilly a los niños del norte de Haiti se debe, en parte, a su corazón misericordioso, pero también a que la Escuela para Mujeres Nuestra Señora de la Misericordia ha incentivado a las estudiantes, incluyendo a Lilly, a crear una conciencia global y brindar su tiempo, talento y energía en su amor al prójimo por sus hermanas y hermanos necesitados en el mundo.
Ojalá Lilly Ansley-Purpura pueda visitar algún día el norte de Haití y abrazar a los hermosos niños cuyas necesidades humanas básicas actualmente apoya con tanta generosidad. ¡Es indudable que en esto consiste la educación de la Misericordia!