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Encontrar maneras de Encarnar la Misericordia

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Este blog es el primer segmento de una serie de un año que explora las maneras en que las personas de nuestra familia de la Misericordia y más allá encuentran a diario la manera de #EncarnarLaMisericordia para sí mismas y para los demás.

Cada año, el 24 de septiembre, mientras los católicos de todo el mundo celebran la fiesta de Nuestra Señora de la Misericordia, las Hermanas de la Misericordia igualmente celebran un día muy especial, el día que Catalina McAuley, la fundadora de las Hermanas de la Misericordia inauguró la primera Casa de la Misericordia en Dublín, Irlanda.

En aquel tiempo cuando a los pobres se les dejaba muy a menudo a arreglárselas solos en las calles de Dublín y los ricos sentían poca o ninguna obligación de compartir su abundancia, Catalina encarnó la Misericordia para su comunidad brindando su compasión y hospitalidad a los más necesitados.

Con la ayuda de algunas compañeras, Catalina cuidó a enfermos, educó a pobres y abrió las puertas de su placentero hogar a las madres solteras que no tenían dónde ir. Al hacerlo, Catalina y estas mujeres de la Misericordia mostraron un poderoso ejemplo de caridad cristiana en un mundo sufriente.

La Casa de la Misericordia permanece como un símbolo del legado de misericordia de Catalina después de más de ciento noventa años y aún se muestra con orgullo en Baggot Street en Dublín.

Es en este mismo espíritu que nos retamos a nosotras mismas y a los demás en la familia de la Misericordia y más allá para continuar difundiendo la misericordia en el mundo que cada vez la necesita más hoy en día.

Desde la fealdad de nuestro discurso político hasta el sufrimiento de nuestras hermanas y hermanos migrantes que viven en la frontera y en los campamentos de refugiados en todo el mundo y a la devastación de comunidades enteras debido a la furia de la naturaleza, nuestros corazones y mentes están abrumadas.

En este mundo cada vez más digital, corremos el riesgo de volvernos insensibles ante el mismo dolor al que somos llamadas a responder con compasión y misericordia. Ya que dedicamos tanto tiempo a los medios de comunicación social, ¡ese es el lugar dónde las animamos a empezar!

Del Día de la Misericordia de 2019 al Día de la Misericordia de 2020, las instamos a compartir cómo Encarnar la Misericordia para ustedes y para los demás. Durante este año, encuentren una manera a diario de Encarnar la Misericordia y compártanla con nosotras. Les indicamos cómo:

Paso 1. Encuentren cómo compartir la misericordia: den de comer al hambriento. Visiten al enfermo. O simplemente, compartan una sonrisa con alguien que la necesite.

Paso 2. Compartan el momento: Tomen una foto o escriban unas frases de reflexión y compártanlas en los medios sociales utilizando el hashtag #EncarnarLaMisericordia.

Ser parte de este movimiento es sencillo. No existe una manera «correcta» para Encarnar la Misericordia, pero a continuación les damos unos ejemplos.

  • ¡Elogien a un extraño! Pongan atención a su reacción.
  • Observen su vecindario. ¿Necesita alguien ayuda? Tiendan la mano a alguien o únicamente sonrían y digan ¡hola!
  • ¡Eviten comer carne hoy! Sean amables con nuestra Tierra y observen un «Lunes sin carne».
  • Expresen su amor a alguien. Comiencen con ustedes mismas/os.
  • Oren un poco más. Quédense tranquilas por cinco, diez, quince minutos. Escuchen lo que Dios les dice.

Cuando Catalina inauguró la primera Casa de la Misericordia y comenzó su caminar al servicio de los demás, ella no tenía idea de cuán lejos se difundiría su misión. Catalina dijo, «Debemos ser lámparas brillantes, dando luz a todos a nuestro alrededor». Al animarles a ustedes a compartir más compasión y misericordia, nosotras esperamos también que este movimiento vaya a lugares que nunca podríamos imaginar y que ilumine los rincones oscuros de nuestro mundo que lo necesita desesperadamente.

El desafío #EncarnarLaMisericordia es sencillo, pero el impacto es inmenso. ¡Estamos ansiosas por ver cómo encuentran ustedes una manera!