El mes de noviembre es tradicionalmente un tiempo en el que la comunidad católica recuerda a aquellas personas que han muerto. El Día de los Muertos, que está profundamente arraigado en las tradiciones católicas y en las diferentes culturas de los países modernos del centro y sur de México, el norte de Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice celebra la vida de los difuntos entrelazando lo sagrado con lo festivo.




Coincidiendo con el Día de Todos los Santos y Santas (1 de noviembre) y el Día de Fieles Difuntos (2 de noviembre), la primera fecha, Día de los Angelitos, conmemora a niños y niñas que han fallecido y la segunda fecha Día de Muertos, reconoce a adultos que han muerto. Durante estas celebraciones, la gente suele construir altares conocidos como ofrendas en memoria de sus seres queridos y exponen fotografías, objetos personales, flores y la comida favorita del difunto o la difunta.

Las Hermanas de la Misericordia también se unen a esta tradición de honrar a difuntas y difuntos creando el altar virtual que se muestra arriba y aceptando las intenciones de oración de ustedes por cada difunta o difunto.