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Cómo encontrar el gozo pascual durante todo el año

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Por Hermana Jenny Wilson 

A veces, en los momentos más inesperados, me viene a la cabeza la letra de una canción juvenil de Heritage Kids que dice: «Yo tengo gozo en el alma, gozo en el alma, gozo en el alma y en mi ser. ¿Dónde? En el alma y en mi ser. ¿Dónde? En el corazón, aquí». 

Aprendí esta canción hace años en un campamento de verano en el que serví y hace poco presionó el botón de reproducción en mi cabeza, en un día en que no veía ni sentía gozo alguno. Había cometido un error en mi ministerio que requería atención inmediata, tenía varias otras tareas que completar y debía hacer maletas para salir de la ciudad al día siguiente. Y esa canción estaba dando vueltas en mi cabeza tal como se canta: con mucho entusiasmo. ¡Pero lo único que hacía era molestarme! 

Hermana Jenny (centro) celebrando un momento de alegría con Alex Fiefie, Hermana Renée Kettering, la candidata Mara Rutten y Hermana Clare Bass, CSJ 

Esas palabras me venían a la cabeza y empecé a pensar que tal vez, sólo tal vez, me estaba volviendo loca. Para evitarlo, suspendí lo que estaba haciendo y me quedé completamente inmóvil. Por lo visto, la canción quería decirme algo, así que decidí probar que estaba equivocada intentando identificar cinco momentos en los que había sentido gozo ese día. Estaba de mal humor y absolutamente segura de que no podría encontrar tantos. Sin embargo, se me ocurrieron más de cinco. Tomarme este tiempo para reflexionar me permitió sentir el gozo que estaba segura de que no existía. Di gracias a Dios por el instante. 

Esto me lleva a pensar en el gozo pascual. Cuando pienso en años anteriores, no puedo recordar exactamente todo lo que he sentido, pero normalmente hay algo en mi camino cuaresmal que me lleva a experimentar el gozo del Domingo de Pascua de alguna manera. Pero, el Gozo Pascual que acompaña la Cuaresma no sólo ocurre durante esta época del año. La vida puede traerlo cuando menos se espera. Al igual que la vida también trae dolor y sufrimiento en cualquier momento. Es posible que durante la Pascua hayamos llegado a la iglesia listas para celebrar este gozo. Pero también es posible que no estuviésemos preparadas para experimentarlo. No hay un camino fácil hacia esos sentimientos de gozo cuando se presentan las adversidades. 

Sin embargo, la Pascua nos recuerda que la resurrección sucederá y de hecho, sucede. Por suerte para nosotras, la Pascua no es sólo un día: el tiempo de Pascua dura 50 días. Tenemos tiempo para vivir y ver a Dios en la resurrección. Tomarnos este tiempo nos ayudará a vivir el gozo pascual incluso después de que haya pasado la época. Podemos celebrarlo de muchas formas a lo largo del año. Podemos reflexionar sobre el gozo que llega a nuestras vidas de pequeñas maneras. 

Hace poco, cuando me sentía abrumada y cansada, dejé que Dios me recordara que a menudo el gozo está presente. La Pascua es el recordatorio que nos ayuda a reflexionar y a recordar que el gozo profundo que tenemos proviene de saber que Jesús hizo el sacrificio definitivo por nosotras para que tengamos vida eterna.