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Graduadas y graduados de la Misericordia #Encarnan la misericordia a pesar de que se acortó su año escolar – Parte 1

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Al igual que todo el mundo, en marzo, estudiantes de secundaria de la Misericordia vieron sus vidas interrumpidas cuando la pandemia de Coronavirus obligó a las escuelas, comunidades y países a cerrar y entrar en cuarentena. Las/os estudiantes de la Misericordia siguieron virtualmente su educación y también encontraron formas de apoyar a sus comunidades espiritual y materialmente. MESA (Sistema de Educación de la Misericordia de las Américas) preguntó a un grupo de graduadas y graduados de este año cómo siguen «encarnando la misericordia» durante la pandemia, y cómo seguirán, después de la secundaria, en este tiempo tan extraño. Ya sea en Jamaica, el Bronx u Omaha, sus respuestas transmitieron duelo por lo perdido y esperanzas para el futuro. He aquí están sus historias.


Perseverando a pesar de esta difícil situación

Por Angelena Antenuci, Promoción 2020 de la Escuela Secundaria Gwynedd Mercy Academy en Gwynedd Valley, Pensilvania

El 10 de marzo, caminé por los pasillos rojos y dorados de la Secundaria Gwynedd Mercy Academy, sin saber que sería la última vez. Con un apuro incierto, mis compañeras de clase y yo nos despedimos rápidamente después de limpiar nuestros casilleros de prisa y caminar con ansia hacia nuestros autos. En ese momento, dijimos adiós a un lugar que había sido nuestro hogar durante los últimos cuatro años. Se suponía que los siguientes tres meses serían la cima de nuestra experiencia en la escuela secundaria: nuestra inducción a la hermandad de ex alumnas del Gwynedd Mercy; la coronación de María, Madre Santísima, con nuestra procesión de mayo; nuestra querida ceremonia de graduación llena de tradición. En cambio, recibimos directivas de distanciamiento social y repetidas órdenes de quedarnos en casa.

A pesar de mi incapacidad para participar en las divertidas tradiciones de último año—como atar y teñir la camisa Oxford del uniforme o pintar mi falda azul claro con el logotipo de mi universidad— mi corazón estará por siempre henchido con los recuerdos de los últimos cuatro años con mis 86 hermanas. Con mis compañeras de último año, he experimentado cuatro vibrantes celebraciones del Día de la Misericordia, un colorido baile de graduación, numerosos retiros llenos de fe y mucho más.

Uno de mis recuerdos favoritos junto con mis compañeras fue planificar y liderar el primer retiro de Emaús de Gwynedd Mercy donde la promoción 2020 pasó varios días creciendo en nuestras relaciones con Dios y entre nosotras. Es en las amistades y en los recuerdos que encuentro la fortaleza para perseverar a pesar de esta difícil situación.

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Este iba a ser uno de los mejores años de mi vida

Por Madeleine Wirth, Promoción 2020 de la Secundaria Notre Dame en Elmira, Nueva York.

Desde el momento en que entré a Notre Dame, en mi primer día escolar de séptimo grado, no podía esperar para llegar al último año de secundaria. ¡Me emocionaba mucho ver toda la diversión que tenían los del último año, especialmente en los últimos tres meses de la escuela!

Vayamos al primer día de mi último año, el 5 de septiembre de 2019. Llegué a la escuela muy temprano junto con mis compañeras para ver el amanecer. Teníamos un plan: el primer día de clases, veríamos juntas el amanecer, y el último día veríamos el atardecer. Recuerdo haber pensado que este sería uno de los mejores años de mi vida y no podía esperar para tener tantos recuerdos como fuera posible junto con mis amigas. Poco sabía lo que nos esperaba.

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La tormenta no durará para siempre – El sol brillará de nuevo

Por Shawna-kay Spence, Promoción 2020 en Convent of Mercy Academy – Alpha, en Kingston, Jamaica

Pensé que mi último año de secundaria iba a ser el mejor: ser líder estudiantil en Convent of Mercy Academy – Alpha, realizar tareas y tener responsabilidades, aprender todos los días nuevos contenidos de las/los mejores docentes, pasarla bien con amigas, yendo a clubes después de la escuela e inspirando a las estudiantes. Disfruté cada día como si fuera el último, pero quién iba a saber que esos últimos meses en la academia realmente serían mis últimos allí. La vida escolar iba muy bien hasta que el coronavirus llegó a nuestras costas. Por la pandemia, no pude ir a uno de mis lugares favoritos por el cierre de las escuelas. Por supuesto que estaba devastada, pero es más importante mi salud.

No estoy acostumbrada a estar en casa durante todo el día, todos los días. Estoy acostumbrada a levantarme temprano cinco días a la semana para ir la escuela, tomar el autobús, llegar a tiempo, vivir el resto del día, etc. Me costó mucho mentalmente. No es fácil ser estudiante en un momento como este, especialmente por no poder ver a mis amigas, compañeras de clase y al resto de mi familia Alpha. Pero estoy logrando salir adelante ya que la comunicación sigue siendo viable con mis amigas.

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