Por la Hermana Mary-Paula Cancienne y Jason Giovannettone
Tomarse el tiempo para informarse lo más posible sobre las preocupaciones relacionadas con la sostenibilidad, especialmente las que afectan nuestro estilo de vida, es una práctica sabia; muchas acciones que inicialmente parecen tener un efecto positivo en el planeta pueden causar daño y/o tener implicaciones sociales perjudiciales.
Por ejemplo, la instalación de paneles solares en tu techo es excelente para el planeta porque la energía solar es una de las fuentes de energía más limpias disponibles. Pero también sabemos que muchas empresas obtienen los materiales de los paneles de países o regiones del mundo que se consideran zonas de conflicto, donde son habituales las prácticas laborales injustas y/o donde las comunidades locales sufren el impacto negativo de la extracción de materias primas.
Como segundo ejemplo, los vehículos eléctricos (VE) pueden parecer una forma estupenda de reducir nuestra huella de carbono, pero el grado en que eso sea cierto depende de dónde vivas y de cuánta de tu electricidad proceda de combustibles fósiles. Muchos de los metales utilizados para crear las baterías de los vehículos eléctricos proceden de regiones donde abunda el trabajo infantil, donde hay deforestación debido a la minería, o donde la calidad y cantidad de las aguas subterráneas se agotan hasta un nivel que no puede sostener la vida humana o animal.
Comprar cepillos de dientes o utensilios hechos de bambú puede parecer una opción más respetuosa con el medio ambiente en comparación con el plástico, pero pueden estar causando un daño importante a hábitats críticos si no se certifica que el bambú se ha cultivado y cosechado de forma sostenible (certificado por el FSC o Consejo de Administración Forestal).
Siempre hay compensaciones, pero algunas son más sabias que otras; La información y la concienciación son importantes. Al considerar la sostenibilidad en tu vida, haz las siguientes preguntas:
¿Cuáles son las prácticas que dan forma a mi propia formación en torno al amor y al cuidado de la Tierra? ¿Qué necesitamos para formarnos como personas que sientan una preocupación sincera por el medio ambiente, que estén dispuestas a emprender acciones informadas para conservar el entorno de la Tierra y que tengan la pasión de difundir un mensaje de un modo que no sea conflictivo ni justiciero, sino que su actitud y sus prácticas se inclinen más hacia la invitación a abordar los problemas como miembros iguales de una comunidad? No necesariamente es fácil, y el riesgo y el sacrificio siempre son posibilidades.
Considera la posibilidad de aplicar estas prácticas sostenibles:
- Compra un cepillo de dientes de bambú.
- Compra una planta autóctona (mejor hacerlo en primavera).
- Prueba una barra de champú.
- Selecciona «no» cada vez que te pregunten si quieres un recibo en el surtidor de gasolina.
- Identifica los árboles y plantas que crecen en tu jardín utilizando una aplicación como «Picture This».
- Elimina las enredaderas de uno de tus árboles. (Esto me ayudó mucho a darme cuenta del impacto negativo que tienen las enredaderas invasoras en el crecimiento de los árboles).
- Usа pastillas para lavar la ropa y/o lavavajillas.
- Abstente de utilizar pajitas con tus bebidas cuando cenes fuera.
- Compra huevos ecológicos «criados en pastos» o «camperos» que vengan en una caja de cartón.
- Piensa con tus amigos otras ideas e investiga sus pros y sus contras.
- Con un amigo o en familia/grupo, elige una idea para poner en práctica y apóyense mutuamente.