Nuestra Historia

Catalina reconoció las muchas necesidades de la gente empobrecida en el siglo diecinueve en Irlanda y decidió que ella y mujeres como ella podían hacer una diferencia. 

Utilizando su herencia abrió la primera Casa de la Misericordia en Lower Baggott Street en Dublín, Irlanda el 24 de septiembre de 1827, como un lugar para hospedar y educar a mujeres y niñas. 

La intención original de Catalina era reunir un grupo laico de trabajadoras sociales católicas.  Impresionado con sus buenas obras y con la importancia de la continuidad del ministerio, el Arzobispo de Dublín le recomendó a Catalina que estableciera una congregación religiosa. Tres años más tarde, el 12 de diciembre de 1831, Catalina y dos compañeras llegaron a ser las primeras Hermanas de la Misericordia.

En los diez años entre la fundación y su muerte, Catalina estableció 14 fundaciones independientes en Irlanda e Inglaterra.

Visita el sitio web de la Asociación Internacional de la Misericordia para leer más en inglés sobre la vida de Catalina y el movimiento por su canonización.

Hermanas de la Misericordia en América

Las primeras Hermanas de la Misericordia llegaron de Irlanda a los Estados Unidos en 1843 por invitación del obispo de Pittsburgh, Pensilvania. Su energía al servir a enfermos y económicamente pobres atrajo a tantas nuevas hermanas que, en 1854, las hermanas habían llegado de Irlanda para establecerse en la ciudad de Nueva York; Chicago, Illinois; Little Rock, Arkansas; y San Francisco, California, extendiéndose por todo el país y estableciendo escuelas y hospitales. Desde entonces y hasta hoy, las obras de la Misericordia se han expandido para abarcar la educación, la atención a la salud, los servicios pastorales y sociales en cientos de lugares.