Las Hermanas de la Misericordia se unen a las urgentes llamadas de oración por el pueblo de Ucrania, por la paz y el cese de la violencia resultado de la invasión de Rusia. Lamentamos profundamente por todas las personas que sufren debido a la crisis humanitaria que se desarrolla y hacemos eco de la repetida llamada de los líderes de nuestra Iglesia de que la guerra es «siempre una derrota para la humanidad».
Dado el peligro extremo y las consecuencias devastadoras que resultarían de una intensificación de la guerra, incluida la muerte en todos los bandos, la migración forzada, la destrucción medioambiental y el uso potencial de armas nucleares, instamos a los líderes políticos a trabajar para poner fin a las hostilidades y priorizar actos diplomáticos multilaterales.
Durante demasiado tiempo, los líderes políticos se han basado en respuestas militarizadas a los conflictos; es hora de comprometerse con la búsqueda seria de nuevos modelos que den prioridad a la diplomacia, al diálogo y a la cooperación global. Ya no debemos responder con la fuerza militar y centrarnos en cambio en las causas subyacentes de estas crisis.
Animamos a todos a sumarse a la invitación del Papa Francisco para hacer del 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, un día de ayuno y de oración por la paz.