edad 76
A lo largo de sus 50 años en la educación de la Misericordia, fuera en las escuelas primarias parroquiales o en las escuelas auspiciadas por las Hermanas de la Misericordia, Hermana Rosemary dio testimonio de los valores fundamentales de la Misericordia. Su liderazgo, así como su empoderamiento de colegas laicos, personal, estudiantes y familias, fueron características de su ministerio.
Con un salto de fe, Hermana Rosemary pasó de directora de la Escuela Primaria Gwynedd Mercy Academy a la Escuela Secundaria Técnica y Profesional Misericordia (entonces Escuela Secundaria Vocacional Misericordia), yendo de una escuela bien dotada a una que tenía recursos mínimos, o unos cuantos. Con valentía y tenacidad, aceptó los muchos desafíos que tenía ante sí. Fue capaz de ampliar el círculo de la misericordia, invitando a donantes, líderes empresariales y otras personas a abrazar el sueño de la Escuela Secundaria Técnica y Profesional Misericordia.
Recientemente fue galardonada con el Premio Hermana Corinne Raven para Liderazgo en la Educación de la Misericordia.
Hermana Rosemary irradiaba bondad a todas las personas; pero, era más evidente cuando estaba con su familia, amigas y amigos, y comunidad. Le encantaba contar historias sobre ellos y pasar tiempo con ellos. Le encantaba la costa y viajar incluso con un «presupuesto muy modesto». Su vida dio testimonio de su lema: «Laborar para amarlo».