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Edad 97

Educada en la Escuela Nacional de Irlanda y en la escuela secundaria de la Presentación, Hermana Mary Loretta tenía un buen sentido para lo práctico.  Cuando supo de la vida de Catalina McAuley, quería seguir las huellas de Catalina y entró a la vida consagrada.  Hermana Mary Loretta dijo, «También me influenciaron las obras de Catalina, de cuidar a las personas necesitadas de su tiempo». Cuando entró a la Misericordia en 1952, Hermana Mary Loretta tenía 10 años más que sus compañeras. Su sentido de «cuidar a las demás personas» en combinación con su sentido de hospitalidad garantizó una cálida bienvenida para los invitados en Auburn durante su tiempo de servicio como encargada de hospitalidad.

Hospitalidad y cuidar a las demás personas no fueron sus únicas características.  Hermana Mary Loretta tenía el don de perspicacia para los negocios.  Trabajó en el departamento de negocios de hospitales de la Misericordia por muchos años, primero como contable asistente, luego contable y finalmente como contadora.  Los auditores siempre consideraron que su trabajo fue ejemplar.  Al principio, Hermana Mary Loretta no pensó que las computadoras fueron fáciles de usar, por eso dejó su trabajo en contabilidad y se cambió a servir en registración de pacientes.  Allí, tuvo más contacto directo con personas necesitadas.

Hermana Mary Loretta fue considerada una persona enfocada en la comunidad.  Estaba dispuesta a ir a donde la necesitaban. También tenía el don de oración de intercesión.  En sus últimos años, pasó horas en oración de intercesión.  Llevaba las intenciones de la lista de oración a la oración comunitaria y presentaba las tristezas de amistades y personas desconocidas ante Dios.

En su 60º jubileo, dijo, «Mi vida ha sido al servicio del Evangelio.  Dios siempre me ha dado el don de Su gracia».