Edad 94
Hermana Mary era buscadora, aventurera, contemplativa, misionera y mujer valiente de Dios. Ella anduvo por un camino único y lleno de misericordia. Tenía una fe profunda, un corazón tierno y anhelo de Dios.
Su corazón de compasión y amor inspiró e invitó a otras personas a desarrollar una perspectiva global sobre las obras de misericordia. Su sentido de humor llevó diversión, risas y verdadera alegría en la vida a todos. Tenía una fe profunda, un corazón tierno y anhelo de Dios.
Después de graduarse de la Preparatoria Gwynedd Misericordia en Valle Gwynedd, Pensilvania, Mary entró a las Hermanas de la Misericordia a los dieciocho años en Merion, Pensilvania. Obtuvo licenciatura en humanidades de la Universidad Villanova en Villanova, Pensilvania. Mary enseñó a estudiantes de primaria por diez años en las diócesis de Filadelfia, Pensilvania y Raleigh, Carolina del Norte.
Buscando responder al llamado de servir a las personas necesitadas de nuestros tiempos, Mary empezó su camino como misionera en Jamshedpur, India donde sirvió como directora de la Preparatoria de la Pequeña Flor por siete años. Ella volvió a Estados Unidos como directora suplente de novicias en Merion, Pensilvania, y luego fue al Instituto de Formación en Irlanda por un año. Mary también sirvió en Chulucanas, Perú, por dos años.
De vuelta en Estados Unidos, invitó a otras personas a unirse a ella en el cuidado de mujeres y niños y en edificar el «Pueblo de Dios» en hospicios, albergues y fundaciones de la misericordia en las calles de Filadelfia. El legado de Mary sigue vivo en las personas a quienes influyó, animó y capacitó a vivir en Dios y por Dios.