Edad 83
Como mujer de profunda fe, Hermana Carolyn fue muy querida por muchos y amante de la familia y de la comunidad. Encarnaba una presencia alegre y una sonrisa que conmovía a todas las personas que la conocían.
Nació en Cincinnati, Ohio, y fue la mayor de una familia de siete hijos e hijas. Debido a su posición como hermana mayor, siempre fue la impulsora, la organizadora y la maestra de la familia. Conoció a las Hermanas de la Misericordia en Our Lady of Cincinnati College, donde había recibido una beca. A los dieciocho años, Carolyn ingresó a la comunidad en Cincinnati. Obtuvo una licenciatura en francés, inglés y filosofía en Our Lady of Cincinnati College y una maestría en filosofía en Middlebury College de Vermont.
En su estado natal, enseñó francés en la Escuela Secundaria McAuley de Piqua, en la Escuela Secundaria McAuley de Toledo, Ohio y en Edgecliff College de Cincinnati. Para profundizar en sus conocimientos del idioma, vivió un año en París, Francia.
Más adelante se trasladó al territorio apalache de Richlands, Virginia, donde permaneció durante diecisiete años dedicándose al trabajo social con mineros del carbón y sus familias. Se involucró especialmente en cuestiones relacionadas con la enfermedad del pulmón negro. Sirvió a empobrecidos, trabajó por la justicia y luchó por los derechos de los mineros que trabajaban con el carbón. Para su sorpresa, acabó siendo nombrada secretaria de la ahora revitalizada Asociación del Pulmón Negro, que contaba con miles de mineros entre sus miembros. Finalmente, tras años de preparación y arduo trabajo, se envió un proyecto de ley sobre los derechos de los trabajadores al Congreso de los Estados Unidos. La propia Carolyn organizó a más de 200 mineros que viajaron a Washington D. C. y estuvieron presentes en la votación final que aprobó el proyecto de ley.
Tras su regreso de Richlands, Hermana Carolyn formó parte del Equipo del Instituto para Nueva Pertenencia durante diez años, acompañando a mujeres interesadas en convertirse en Hermanas de la Misericordia y se retiró de ese ministerio cuando la enfermedad de Parkinson le dificultó demasiado los desplazamientos. Durante más de quince años sobrellevó con valentía su enfermedad.
Carolyn tenía talento para la música, el canto, la enseñanza y la organización comunitaria y la pintura de hermosos de paisajes en acuarela. Le gustaba el square dance (baile folklórico estadounidense), hacer crucigramas y «cualquier actividad al aire libre». Carolyn era paciente, amable, juguetona, devota y tenía una hermosa y suave voz.