Edad 79
Una característica de la espiritualidad de Hermana Cabrini fue su don de encontrar a Dios en la naturaleza y guiar a otras personas a encontrarlo también. Estar al aire libre le encantaba y la animaba.
Nacida en Johnstown, Nueva York, la mayor de siete hermanos, Hermana Mary Cabrini creció en la finca pequeña de su familia, donde ordeñaba las vacas y daba de comer a las gallinas. Su carácter bondadoso fue inspirado por su padre, quien recibía a hombres sin vivienda y les permitía compartir la atestada granja de la familia.
Ella vivía a la vuelta de la esquina de un convento de las Hermanas de la Misericordia. Cuando su padre murió de intoxicación sanguínea al tener ella quince años, visitaba el convento y todo cambió. A los diecinueve años, entró a las Hermanas de la Misericordia en Albany, Nueva York.
Hermana Cabrini obtuvo licenciatura en educación de la Universidad de Santa Rosa en Albany, Nueva York, como también maestría en educación de la Universidad de Boston en Boston, Massachusetts. Enfocada en ser «especialista de lectura», por cincuenta años Hermana Cabrini dio vida a la lectura para estudiantes de primaria en la Diócesis de Albany. Ella también sirvió como directora en la Primaria Cristo Rey en Westmere, Nueva York.
Ella compartía su extraordinario conocimiento sobre pájaros, insectos, plantas y el ritmo de las estaciones con toda persona que la escuchaba. A través de los años, algunas personas que querían ser jardineras buscaron su consejo para cuidar sus plantas que no crecían. Ella les aconsejaba con gusto y a veces adoptaba las plantas, las curaba y las devolvía a sus dueños con instrucciones para su cuidado.
A los noventa y tantos años, Hermana Cabrini siguió conectada en un misterio de oración y presencia a otras personas por medio del teléfono y visitas a casa, mientras pudo. Su alegría era contagiosa. A Hermana Cabrini le encantaba trazar la ascendencia de su familia y era integrante orgullosa de las Hijas de la Revolución Americana.