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Hermana Mary Anita Iddings

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Edad 97

Hermana Mary Anita nació en Pittsburgh, Pennsylvania y se mudó a San Diego, California cuando era una niña. Después de la secundaria, ella comenzó sus estudios en la Escuela de Enfermería del Hospital de la Misericordia en San Diego donde ella conoció a las hermanas y entró a la comunidad en 1944, profesando sus votos en 1946. Ella continuó sus estudios en el Hospital de Santa María en San Francisco, California. Llegó a ser enfermera titulada en 1948 y obtuvo su licenciatura en 1954 de la Universidad de San Francisco.

Hermana Mary Anita sirvió después como directora de departamento de enfermería y en el Programa vocacional de enfermería de Santa María. Durante este tiempo, ella trabajó también para obtener acreditación para el programa vocacional de enfermería con licencia en la Penitenciaria Estatal San Quentin donde los estudiantes cumplían la mayoría de los requisitos para licenciatura en el hospital de la prisión y luego completaban los requisitos clínicos mientras estaban en libertad condicional. A través de los años, ella mantuvo contacto con algunos de los varones que ella enseñó durante este tiempo.

Hermana Mary Anita continuó su ministerio al cuidado de la salud en Bakersfield y en el Centro de Jubilación de la Misericordia en Oakland y luego sirvió a la comunidad como coordinadora de salud. Ella obtuvo un título en consejería en la Universidad de California Santa Cruz en 1983 y llegó a ser consejera certificada. Trabajó para la Asociación de Mujeres en Recuperación del alcohol y drogas, y en la práctica privada. Durante este periodo, ella sirvió también como enlace para las hermanas, en especial en sus transiciones de vida.

Al envejecer, Hermana Mary Anita se hizo mucho más consciente del don de la contemplación en su vida y abrazó el don de la gracia de la ancianidad como una llamada especial a una espiritualidad más profunda y a ser una presencia de apoyo para los demás. Su conducta gentil, sentido común y sabiduría eran siempre un don acogedor a todas las personas que venían a su puerta.