El Equipo de Liderazgo del Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas condena enérgicamente la ejecución extrajudicial de Tyre Nichols.
Tyre Nichols era padre, hijo, amigo que amaba la fotografía y el monopatín. La policía lo sacó de su coche durante una parada de tráfico de rutina y lo golpeó. Él no se resistió a los golpes que le llovieron en el cuerpo ejecutados por muchos agentes policiales, varios eran casi el doble de su tamaño. Y luego, cuando su cuerpo no pudo soportarlo más, usó sus últimas palabras para llamar a su madre.
Después de cada asesinato de una persona negra a cargo de la policía o de grupos de vigilancia, comienza un ciclo predecible: hashtags, una inundación de expertos en noticias y personas mal informadas que preguntan: «¿qué hizo él/ella para provocar esto?» y multitudes de aliados que protestan pacíficamente pidiendo justicia y afirmando «nunca más».
Hemos presenciado este ciclo de asesinatos de una persona negra en manos de la policía o de grupos de vigilancia desde que cuatro agentes policiales de Los Ángeles golpearan a Rodney King el 3 de marzo de 1991; de nuevo, cuando George Perry Floyd, Jr. fue asesinado por un oficial de policía de Minneapolis que se arrodilló sobre su cuello y espalda durante nueve minutos y veintinueve segundos el 25 de mayo de 2020. Estamos en este ciclo ahora con la golpiza de Tyre Nichols por cinco policías de Memphis el 7 de enero quien más tarde sucumbió a las lesiones de la golpiza el 10 de enero de 2023.
…y debemos reconocer todos los incidentes de brutalidad policial, asesinatos y matanzas a cargo de policías y de grupos de vigilancia que ocurren entre uno y otro, vistos y no vistos.
Tan predecible como los ciclos, es la secuela de los ciclos. A medida que pasa el tiempo, los hashtags aparecen menos, las protestas se detienen y los medios de comunicación pasan a la siguiente historia.
Los miembros de la comunidad negra viven con una aguda conciencia: sabiendo que habrá otro asesinato, rezando que no sean ellos o un ser querido, esperando «simplemente llegar a casa» con vida y luchando con la realidad, que la casa no mantiene a una persona negra a salvo de ser asesinada por la policía, aun mientras duerme.
Mas la justicia no ha llegado.
¡Los arrestos y las condenas no son justicia, éstas son formas de rendir cuentas!
Los negros son asesinados por la policía a un ritmo más alto que cualquier otro grupo.
Es indiscutible que la supremacía blanca y lo antinegro moldean la forma en que los agentes de policía tratan a las personas negras. Y, está claro que el uniforme, la cultura y el sistema del mantenimiento del orden que deshumaniza a las personas negras y toma el control de los cuerpos negros rebasa la identidad racial, étnica y de género de un oficial individual.
Para vislumbrar un camino hacia la Justicia, las Hermanas de la Misericordia instan a todos a comenzar contactando a sus líderes locales y presionarles para que adopten el plan de la campaña # 8cantwait que nombra ocho políticas para un uso más restrictivo de la fuerza, con base en la investigación. Y, luego abogar ante sus representantes federales para aprobar el proyecto de Ley George Floyd sobre justicia y mantenimiento del orden.
Y esto es sólo el principio.
«Felices quienes tienen hambre y sed de justicia…» (Mateo 5:6).
En misericordia,
Equipo de Liderazgo del Instituto