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Las Posadas Navideñas en Panamá

Las Posadas, image from www.mcofgi.org
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Por la Hermana Angelina Mitre

Las Posadas son una celebración de nueve días que se origina en España y que se extendió a muchos países de América Latina y algunas partes del suroeste de Estados Unidos.  Se inician el 16 de diciembre y culminan el 24 de diciembre.

En México, existe constancia de que en 1587 el religioso agustino fray Diego de San Soria, prior del convento de San Agustín Acolman, en el actual Estado de México, solicitó (y obtuvo) una bula del entonces Papa Sixto V para celebrar anualmente, en esa sede y otras del Virreinato, misas de aguinaldo que recordaran aquel suceso desde el día 16 y hasta el 24 de diciembre.

En Panamá, Las Posadas constituyen  una preparación para la fiesta de la Navidad.  Son  nueve noches en las que se sale de la iglesia parroquial cantando canciones de adviento en los que se pide que venga el Salvador.

“¡Que se abra la tierra y brote el Salvador!”

Se camina cantando con panderetas y guitarras hacia la casa de la familia que ha ofrecido su casa para recibir a los que buscan posada.  Los niños se visten de pastores, una niña de Virgen María, un niño de San José y se selecciona a un recién nacido como el Niño Jesús.  María y José caminan acompañados de los fieles, pidiendo posada.  Al llegar a la casa se dividen en dos grupos.  Un grupo afuera cantando solicita la posada, y un grupo adentro que responde a la petición de los peregrinos.

El Niño Jesús reposa en el nacimiento que tiene la familia en la casa visitada.   Se cantan las canciones de navidad, se lee un texto bíblico,  se hace una reflexión, peticiones y una oración final.  Después la familia visitada ofrece una recepción que consiste en un refresco y  golosinas.  Se despiden con canciones.  Al siguiente día otra familia recibirá la posada.

La Hermana Elizabeth Davis, una Hermana de la Misericordia en Terranova, escribió:  “En nuestra historia como  mujeres de la Misericordia, fieles a nuestras raíces judías e irlandesas, hemos seguido fielmente a Jesús y a Catalina [McAuley, fundadora de las Hermanas de la Misericordia] al crear lugares de ministerio – hospitales, orfanatos, hospicios, hogares para chicos, refugios para mujeres, centros de acogida para los refugiados, las unidades de vivienda asequible – todos son lugares de hospitalidad”.

La hospitalidad es un valor de nuestra herencia de Misericordia.  Acogemos a diversas personas en nuestras casas que vienen a solicitar hospedaje.  Oramos también por los que tienen que dejar su lugar de origen y piden un lugar donde vivir en paz y seguridad.  En esta estación de Adviento, ¿cómo podemos encarnar el espíritu de Las Posadas, el espíritu de hospitalidad de la Misericordia? ¿A quién podemos acoger en nuestras vidas?