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Empecemos el día con una canción: El clamor del ciervo

Dios amoroso, ayúdame a ser consciente de ti en cada momento. Invito a Jesús, mi hermano y amigo, a caminar conmigo a lo largo de este día. Abre mis ojos y mi corazón para verte a ti y tu belleza en todo lo que rodea y llena mi día.

Le invitamos a reflexionar sobre estos versículos del Salmo 63 de Salmos para orar, de Nan Merrill:

¡Oh Dios, tú eres mi Dios,
por ti madrugo:
mi garganta está sedienta de ti,
mi carne desfallece por ti
como tierra seca,
reseca sin agua!
Que así te contemple
en el santuario,
viendo tu poder y tu gloria.
Porque tu amor
vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Que así te bendiga mientras
viva, alzando las manos
en tu nombre.

En agradecimiento, le invitamos a sentarse con la petición de los discípulos de Jesús cuando le piden algo.

Lucas 11,1-4, 9-10

Una vez estaba en un lugar orando. Cuando terminó, uno de los discípulos le pidió: «Señor, enséñanos a orar como Juan enseñó a sus discípulos». Jesús les contestó: «Cuando oren, digan:

Padre, santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
el pan nuestro de cada día danos hoy;
perdona nuestros pecados
como también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación».

«Y yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá, porque quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama se le abre».

Las palabras nos ayudan a rezar. La Escritura es una forma de profundizar en nuestra relación con Dios. Pero el espíritu creador de Dios nos invita a abrirnos a todo: a la belleza, a las imágenes, a las palabras y al silencio. Les invitamos a descansar unos minutos en estas palabras de Mary Oliver:

Orar

No tiene por qué ser
el lirio azul, pueden ser
maleza de un descampado, o unas cuantas
pequeñas piedras; sólo
presta atención, luego junta
algunas palabras y no intentes
elaborarlas, esto no es
un concurso, sino la puerta
al agradecimiento, y un silencio en el que
otra voz puede hablar.
-Mary Oliver

¿A qué se le invita hoy?

¿Cómo pueden las palabras y la belleza abrir la puerta a una relación de amor con Dios?
¿Cómo va a pasar este día en unión con Dios?

Oremos…

Buen Jesús, tú enseñaste a tus discípulos a orar. Tú me has invitado a este camino contigo. Conoces mi anhelo de conocerte, amarte y servirte más profundamente. Ayúdame a ver todo lo que tú, Dios Creador, y el Espíritu han hecho sólo para MÍ. Me amas más profundamente de lo que puedo imaginar.  Como dijo San Agustín: «Dios nos ama como si sólo hubiera uno de nosotros». Descansemos en esa verdad este día.

Le invitamos a cerrar su oración con esta canción de Carrie Newcomer mientras descansa en Dios este día.

Lean In Toward The Light—Carrie Newcomer