Por la Hermana Karen Donahue
Esta es parte de una serie de blogs ocasionales que se presenta cada nueva temporada durante todo el año de Reto: Tierra y Misericordia.
El agua es absolutamente esencial para toda la vida. En las primeras líneas de Génesis, leemos que el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas. (Génesis 1, 2) El agua es sacramental. Sin embargo, es algo que tendemos a no valorar.
Hoy, sin embargo, el agua está bajo asalto. Millones de personas carecen de acceso a agua potable y agua limpia para lavarse las manos en medio de una pandemia. El cambio climático está provocando sequías en muchas áreas, interrumpiendo la agricultura y la producción de alimentos, mientras que otras regiones experimentan graves inundaciones. Las presas construidas para generar electricidad a menudo desvían el agua y privan a las poblaciones locales del agua que necesitan para sus cultivos. Las compañías de bebidas extraen grandes cantidades de agua de manantiales y acuíferos subterráneos, dejando poco o nada para los agricultores locales. El agua también se ha convertido en una mercancía vendida con fines de lucro en lugar de ser reconocida como una necesidad humana básica.
Consideren unirse a las Hermanas de la Misericordia para explorar el agua como un don sagrado, en esta segunda parte de nuestro Reto: Tierra y Misericordia de un año. El reto comenzó con el Día de la Tierra, seguido de cinco semanas de profundización en nuestra comprensión de la encíclica del Papa Francisco Laudato Si’.
Este mes, estamos explorando varios aspectos del agua:
- ¿Reconozco el agua como un don?
- ¿Cuán consciente soy de mi consumo de agua, no solo directamente sino también la cantidad de agua usada en la producción de las cosas que compro?
- ¿Cuál es la situación del agua en mi área?
- ¿Qué estoy haciendo para conservar el agua?
- ¿Qué estoy haciendo para enfrentar la privatización del agua?
Al resumir la situación mundial del agua, el Papa Francisco escribe:
«Una mayor escasez de agua provocará el aumento del costo de los alimentos y de distintos productos que dependen de su uso. Algunos estudios han alertado sobre la posibilidad de sufrir una escasez aguda de agua dentro de pocas décadas si no se actúa con urgencia. Los impactos ambientales podrían afectar a miles de millones de personas, pero es previsible que el control del agua por parte de grandes empresas mundiales se convierta en una de las principales fuentes de conflictos de este siglo». (Laudato Si’ #31)