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Hermanas de la Misericordia que sirven a su país: Una historia en el Día de los Veteranos y las Veteranas

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Por Catherine Walsh, Escritora de artículos

Las Hermanas de la Misericordia tienen una honorable historia de servir a nuestro país. En la Guerra Civil, Abraham Lincoln las llamó «las verdaderas ángeles de la misericordia». Las Hermanas de la Misericordia también sirvieron en la Guerra Hispano-Estadounidense a los soldados enfermos y heridos. Más recientemente, antes de entrar a la vida religiosa, las hermanas sirvieron en la Segunda Guerra Mundial, en Vietnam y en los tiempos que no hubo combates. En este Día de los Veteranos y las Veteranas estaremos compartiendo dos de sus historias: la de Hermana Patti Baca, el 10 de noviembre de 2022 y la de Hermana Libby Fernández el 11 de noviembre de 2022.

Hermana Libby Fernández: Veterana de las Fuerzas Aéreas

Creció en las bases de las Fuerzas Armadas en diferentes partes del mundo porque su padre era aviador. Hermana Lizabeth Marie «Libby» Fernández se sintió atraída a las  Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos cuando era adolescente. «Me uní a Junior ROTC en la secundaria y llegué a ser comandante de escuadrón en mi último año de estudios», nos dijo. En 1979 recibió un puesto muy deseado en la Academia de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos cerca de Colorado Springs, Colorado.

Disfrutando de los rigores físicos de la academia, la joven Libby ganó sus alas de paracaidista en las prácticas de caída libre, vuelo en planeador y un certificado de buceadora entre sus estudios. También se encontró yendo a las misas matutinas de la Capilla para Cadetes. Cuando Libby era cadete junior en 1983, presenció algo que fue impactante.

«Los jóvenes se encadenaban a las puertas de la capilla protestando pacíficamente en contra de la guerra y los militares», recordó. «Esos tiempos me dejaron perpleja y confusa. Cuando era una católica que oraba en la capilla todos los días, no entendía porque la gente protestaba. Al mismo tiempo me sentía llamada por Dios para servir y proteger a mi país».

El incidente le hizo comprender que Dios la llamaba para tomar un nuevo camino. «Empecé a explorar a dónde me llamaba Dios realmente», explicó Libby.

Cuando el llamado hacia la vida religiosa y el pacifismo se convirtió en algo demasiado fuerte para ignorarlo, Libby dejó la academia antes de su graduación. «Hubiese estado obligada a pasar seis años en las Fuerzas Aéreas si me graduaba versus dos años si las dejaba de antemano», indicó.

La joven terminó su educación en Sacramento, California, pasó un tiempo con las Hermanas de la Misericordia en aquel lugar y sirvió como voluntaria en Panes y Pescados ayudando a adultos y niños sin hogar. A la vez cumplió con su deber en la base de las Fuerzas Aéreas en Sacramento, en el cual, como Sargenta Fernández fue la primera directora del Programa de Aventura al Aire Libre de las Fuerzas Aéreas. «Tomé cursos de piragüismo, espeleología, esquí, buceo y campismo», nos relató. «¡Fueron actividades de aventuras de alto riesgo y me encantó!».

Después de servir siete años en las Fuerzas Aéreas, Libby ingresó a las Hermanas de la Misericordia el 1 de septiembre de 1990.

Durante su formación religiosa, Libby inició un grupo de aventura al aire libre para las hermanas. «Cada dos meses salía con las hermanas para hacer caminatas o excursiones en los senderos históricos de los parques estatales o nacionales y en otros lugares interesantes», indicó. También sirvió en las agencias de servicio social y fue la directora ejecutiva de Panes y Pescados del 2007 al 2017. Además, supervisó un evento anual en el Día de Veteranos y Veteranas para veteranos y veteranas sin hogar. Asistieron senadores, alcaldes y otros líderes para expresar su agradecimiento hacia los hombres y las mujeres que sirvieron a nuestro país», explicó.

Por años, Libby participó en el Movimiento de Trabajadores Católicos de Sacramento. Además, ha sido arrestada al menos en seis ocasiones por protestar en las Escuelas de las Américas, un lugar que entrenó a muchos militares latinoamericanos hallados responsables de atrocidades en tal región.

Mientras la crisis de viviendas en California continuó escalando, Libby fundó Mercy Pedalers en 2017 para «llevar Misericordia a las calles». Todos los días, sin importar cual fuera el clima, Libby y alrededor de 75 voluntarias y voluntarios pedalean alrededor de Sacramento en bicicletas o en triciclos extra grandes llevando café caliente, artículos de higiene personal y palabras amables a las personas que viven en las calles o en otros sitios sin refugio.

Hermana Libby Fernández comparte un café y dialoga con dos hombres en las calles de Sacramento, California durante su ministerio de Pedaleo de la Misericordia.

El compartir su status como veterana con veteranos y veteranas sin hogar «puede llevarnos a conversaciones muy emotivas», dijo Libby. «Les agradezco por sus servicios. Y entablo una conversación al respecto. Se alegran de saber que la gente quiere reconocer lo que hicieron ahora que viven miserablemente».

En cada Día de los Veteranos y las Veteranas, Hermana Libby equilibra su aprecio en ser veterana con su compromiso por lo pacífico. «Estoy orgullosa de ser estadounidense y orgullosa de haber servido a mi patria, aunque sufro por el uso de la violencia para resolver los conflictos», expresó. «Es un dilema. Como Hermana de la Misericordia estoy comprometida a trabajar por un mundo libre de violencia».