Por Olga Segura
2020 será recordado como un año de sufrimiento.
Este año, 34 personas transgénero han sido asesinadas en los Estados Unidos. Han muerto cerca de 900 personas a manos de las fuerzas del orden en los Estados Unidos, incluido recientemente, en Filadelfia, el padre de ocho hijos, Walter Wallace Jr. Al 11 de noviembre, más de un millón de personas han muerto por la pandemia mundial del COVID-19. Solo en los Estados Unidos han muerto más de 240.000. Y un número desproporcionado de estas víctimas eran personas negras.
El extremismo violento también está en aumento, durante un año electoral en el que el presidente Donald Trump ha polarizado no solo a nuestra nación, sino también a la Iglesia católica de los Estados Unidos.
Ante tanta violencia racial actual, ¿cómo puede la Iglesia católica convertirse en un lugar más unificado, seguro y acogedor, donde pueda comenzar la auténtica reconciliación racial?
Comenzaré con una primera propuesta, una que será familiar para muchas/os de mis lectoras y lectores, descrita más recientemente en mi último artículo para el National Catholic Reporter. Después de la reunión que tendrá lugar este mes la Conferencia del Episcopado de los Estados Unidos, nuestros obispos deberían considerar la publicación de un documento sobre la violencia racial en los Estados Unidos. A diferencia del documento pastoral de los obispos sobre el racismo, en 2018, este debería ser más breve y urgente. Un ejemplo que pueden seguir los obispos, puede tomarse de los temas que guían a las Hermanas de la Misericordia en sus Asuntos Críticos. Estos incluyen el cuidado de nuestra Tierra, los derechos de los inmigrantes, la no violencia, el antirracismo y la igualdad de las mujeres. Con respecto a su trabajo contra el racismo, el documento de dos páginas de la Congregación dice:
Creemos que el racismo es un mal que nos afecta a todos y todas. Trabajamos para organizar a hermanas y asociadas/os en el reconocimiento y desmantelamiento del racismo institucional con el propósito de convertirnos en una comunidad multicultural antirracista e inclusiva. Abogamos por la igualdad de derechos de todos/as y por un sistema penal justo, y por señalar el racismo y la discriminación donde sea que existan.
Después de su reunión de otoño, los obispos pueden seguir el modelo de las Hermanas de la Misericordia y comentar brevemente sobre temas como la brutalidad policial, el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras son importantes) y el extremismo violento. Esto demostraría a católicos de color que nuestros líderes religiosos sí están escuchando.
En segundo lugar, las escuelas católicas de todo el país, desde las escuelas primarias hasta las universidades, deberían incorporar en su plan de estudios, de manera más completa, el trabajo de los católicos negros, comenzando con el «Programa de estudios #BlackCatholics» de la Dra. Tia Noelle Pratt. En el programa de estudios, la Dra. Pratt, socióloga, profesora y escritora, presenta «las voces de los católicos negros en la elaboración de su propia narrativa», incluidos el reverendo Bryan Massingale, el Dr. M. Shawn Copeland e Ijeoma Oluo. Como escribe la Dra. Pratt, al incorporar el programa de estudios, las instituciones católicas —y todos los laicos católicos— pueden aprender a pensar de un modo más crítico sobre temas como el supremacismo blanco y el movimiento Black Lives Matter.
Una tercera y última propuesta para hacer de la Iglesia católica estadounidense un lugar más acogedor para los católicos negros es que los católicos aprendan y apoyen a los autores negros, desde animadores hasta escritores, y lo hagan fuera de los espacios católicos. A medida que se acerca la Navidad, consideren comprar velas de la escritora y fabricante de velas Tai Gooden, que vende su trabajo en Faith & Flames; el arte de la crítica social Zahira Kelly, conocida coloquialmente como «Bad Dominicana»; o Memorial, el último lanzamiento del autor y escritor Bryan Washington. Además, continúen, aprendan y apoyen siempre que sea posible el trabajo de organizadores como Tamika Middleton, Clarissa Brooks y Derecka Purnell.
Olga Marina Segura es la autora de Birth of A Movement: Black Lives Matter and the Catholic Church (Nace un Movimiento: Las vidas negras son importantes y la Iglesia católica), que se publicará el 17 de febrero de 2021.