Edad 100
Hermana Maureen Dees dedicó su vida a la fe, la educación y el servicio, tocando un sinnúmero de vidas con su bondad, humor y compromiso firme a las demás personas.
Nacida en Francia, tuvo una niñez con dificultades y gracia. Fue adoptada, pero su madre murió cinco años después y su padre no pudo cuidarla. La colocó en el Orfanato Nazaret en Raleigh, Carolina del Norte.
Obtuvo licenciatura en educación primaria de la Universidad Belmont Abbey en Belmont, Carolina del Norte. En 1945, respondió al llamado a la vida religiosa y entró a las Hermanas de la Misericordia, iniciando una vida de servicio arraigado en compasión y fe.
Su vocación como educadora abarcó varias comunidades. Enseñó en muchas primarias católicas en las diócesis de Charlotte y Raleigh, en particular, la Primaria del Sagrado Corazón en Salisbury, Carolina del Norte. Su dedicación a sus estudiantes se extendió más allá de lo académico, porque inspiró esperanza, curiosidad y crecimiento espiritual en cada salón de clase que entró.
Más tarde en su ministerio, Hermana Maureen llevó su espíritu bondadoso a Guam, donde sirvió como voluntaria por dos años en trabajo social y en la guardería, elevando a niños y niñas y familias con su presencia cariñosa y apoyo práctico.
Cuando se jubiló, Hermana Maureen siguió activa en servicio. Sirvió como voluntaria en la Casa de Catalina. Su compromiso para ayudar a los demás nunca disminuyó, encarnando el lema de su vida: «Todo por Jesús por María».