Falta menos de una semana para las elecciones presidenciales de EUA, una de las más trascendentales de la historia reciente. Es de esperar que candidatas y candidatos tengan diferencias, a veces desacuerdos enérgicos, sobre cuestiones importantes para nuestra nación. Pero debemos denunciar el lenguaje que fomente el odio e incite a la violencia.
Las declaraciones indignantes y racistas realizadas en un reciente mitin político por un cómico y otras personas, especialmente las que menospreciaban al pueblo de Puerto Rico, forman parte de un patrón de lenguaje deshumanizador sobre las personas de color, inmigrantes y mujeres.
Desestimar el lenguaje como «sólo una broma» no deshace el daño causado a esos grupos y a todo el país. Los insultos son maldad disfrazada de humor.
Este comportamiento está por debajo de la dignidad del alto cargo que está en juego en estas elecciones. Es especialmente preocupante porque históricamente las mujeres latinas y las mujeres de color se han visto perjudicadas y oprimidas por un sistema que está profundamente arraigado en la raza, el género y la clase.
La historia demuestra que este tipo de retórica de odio se ha utilizado intencionadamente para fracturar sociedades y enfrentar a grupos entre sí a fin de provocar guerras, genocidios, disturbios raciales y escaladas violentas. Rechazamos esta incitación a la división.
En este momento crítico, les pedimos que recen por la sabiduría de nuestras/os líderes y votantes. Animamos a toda la ciudadanía, independientemente de su afiliación política, a votar y a hacer oír su voz por el bien común.
En los próximos días les invitamos a reflexionar sobre nuestros valores de Misericordia que respetan la humanidad de todas las personas. Nos comprometemos con el Evangelio que acoge la persona extranjera, defiende al débil, protege a la mujer y, sobre todo, rechaza la violencia en todas sus formas.