donar

Edad 89

Inspirada por su lema, «Pasión de Cristo, fortaléceme», la Hermana Patricia atesoraba su relación con Jesús y veía el rostro de Cristo en aquellos a quienes atendía.

La Hermana Pat nació en Albany, Nueva York e ingresó a la Comunidad de las Hermanas de la Misericordia en la misma ciudad, a los 18 años. Realizó todos sus estudios en el estado de Nueva York, obteniendo la licenciatura en educación en el College of St. Rose; el máster en Ciencias de la tierra en el Union College de Schenectady; la diplomatura en el Maria College de Albany;  y finalmente la especialización en enfermería y el título de enfermera practicante en el Syracuse Upstate Medical Center.

Fue maestra durante muchos años en la diócesis de Albany donde logró que las ciencias de la tierra y las ciencias físicas cobraran vida. Sus alumnos vivían encantados de que, además de ser una excelente profesora, la Hermana Patricia hiciera ameno el aprendizaje y se interesara por sus cosas.

Conocida y respetada en la comunidad sanitaria, la Hermana Pat compartió sus conocimientos como enfermera practicante en varios entornos, todos ellos en el estado de Nueva York: la Clínica South End de San Pedro y el Centro de Salud Comunitario de Albany; la Enfermería de las Hermanas de la Misericordia de Albany y el Sistema de Salud Seton; la Residencia de Ancianos Eden Park de East Greenbush, el Mary’s Hospital y el Leonard Hospital, ambos en la ciudad de Troy, y el Centro de Rehabilitación de Alcohólicos St. Peter’s, SPARC en Guilderland.

Con un profundo compromiso con los pobres, la Hermana Pat logró convertirse en una figura especial para las personas que luchaban contra las adicciones. Experta en desafiar con amor, respetando al mismo tiempo la disposición de cada persona a reconocer y afrontar sus comportamientos adictivos, ella estaba presente para comprometerse, apoyar, retar y animar, a quienes estuvieran dispuestos a aceptar ayuda.

La hermana Patricia podía arreglar casi cualquier cosa, y cuando no podía, sabía a quién consultar. Asumió la responsabilidad del buen funcionamiento y mantenimiento de Mercy Villa, el campamento de las Hermanas de la Misericordia en Crooked Lake, cerca de Tully, Nueva York. Gran nadadora, le gustaba hacer ejercicio, aunque a menudo se la veía flotando perezosamente en el agua, imitando el sueño. La hermana Patricia estaba dotada de una hermosa voz para cantar, rica y melodiosa. Disfrutaba compartiendo este don en las liturgias comunitarias, y la congregación se volvía un poco más atenta cuando la veían acercarse a un micrófono con su guitarra.