Edad 83
Recordamos a Hermana Lorita por sus dones de escucha sensible, por ser buena amiga y entender intuitivamente la oración y la espiritualidad. El brillo de sus ojos fue testimonio a su arraigo en Dios y su sentido de humor.
Ella encontró a las Hermanas de la Misericordia por primera vez en la Parroquia de San Gabriel y luego en la Preparatoria de la Misericordia, las dos en San Francisco. Entró a la comunidad allí en 1958 y profesó votos perpetuos ocho años después. Ella obtuvo licenciatura en estudios interdisciplinarios en la Universidad Russell y maestrías en inglés de la Universidad de Mujeres de San Francisco y en espiritualidad de la Universidad de San Francisco.
Al principio, ella fue maestra de primaria por cuatro años en San Francisco y luego enseñó inglés y religión en la Preparatoria de la Misericordia, donde ella había asistido y también en la Preparatoria Mariana en Imperial Beach, California por seis años.
Mientras estaba en el sur de California, ella empezó su participación en el trabajo pastoral y espiritual que más tarde llegó a ser el enfoque principal de su ministerio. Ella sirvió como directora de la Casa de Oración en Chatsworth, California por tres años; como coordinadora de educación religiosa por tres años en la Escuela de Santo Tomás en Los Ángeles, California y como agente pastoral en la Parroquia de San Esteban en San Francisco, California por siete años.
Durante veinticuatro años, Hermana Lorita sirvió como directora de programas en el Centro de la Misericordia en Burlingame, California. Ella dirigió al personal en el desarrollo y dirección de retiros y programas para responder a necesidades espirituales en muchos niveles. Educó también a nuevas directoras, y muchas de ellas llevaron lo que aprendieron a otros centros de espiritualidad. Durante ese tiempo, sirvió también ocho años como co-coordinadora de asociadas/os de la Misericordia. Hace siete años, ella se jubiló a Marion Oaks en Burlingame, California.