Hermana Mary Albert será recordada como fiel Hermana de la Misericordia, entregada a la oración, maestra maravillosa, y pariente y amiga cariñosa.
A los dieciocho años, ella entró a las Hermanas de la Misericordia en Syosset, Nueva York. Por cuarenta y cinco años, ella sirvió como maestra de primaria en las Diócesis de Brooklyn y Rockville Centre. Durante décadas ella sirvió en la Parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia en Hicksville, Nueva York donde generaciones de estudiantes y feligreses la querían. Después de jubilarse como maestra, ella sirvió como asistenta administrativa en la escuela.
Más tarde, Albert pasó su tiempo profundizando su vida de oración, visitando a su familia y amistades por teléfono y en persona, leyendo y resolviendo rompecabezas.