Por la Hermana Sarita Vásquez
Las Hermanas de la Misericordia trabajan para sustentar toda la vida mediante el cuidado de la Tierra. En nuestra dedicación a descubrir a Dios en todas las cosas, reconocemos la espiritualidad ecológica que nos vincula a la belleza de la creación.
Mientras celebramos el octavo aniversario de la encíclica del Papa Francisco Laudato Si’, me acuerdo de un libro que leí en el momento álgido de la pandemia, An Astonishing Secret [Un secreto sorprendente] de Daniel O’Learly.
En la introducción dice:
«De los muchos temas espirituales, ecológicos y teológicos urgentes, este libro se centra en uno en particular: la Creación y la Encarnación: una comprensión más profunda de la cercanía de un Dios que nos modeló cuidadosamente… El Papa está profundamente preocupado porque comprendamos algo del nuevo significado de la historia de la Encarnación. También sabe que cuanto más crezcamos en el amor a nuestra bondadosa Tierra, más preocupados estaremos por reverenciar y proteger nuestro entorno natural y por llevar la compasión, la paz, la libertad y la justicia a todos los que viven aquí. Este es un tema central de su encíclica «Laudato Si’».
A medida que leía el libro, me hacía más consciente de la Encarnación que sucedía a mi alrededor. En todas partes se revelaba el rostro de Dios: la persona con la que hablaba, mi perra cuando ella me daba la bienvenida a casa, la mariquita que se arrastraba por el arbusto, la nube que surcaba el cielo, la luz del día, la oscuridad de la noche, la inmensidad del mar, la hoja silenciosa.
Busqué la Palabra hecha carne en las noticias de la guerra de Ucrania, el allanamiento de la morada, la búsqueda del ser querido desaparecido. Llegué a comprender más profundamente que «Adondequiera que os volváis, allí está la faz de Dios» (Corán, 2:115). Con qué ligereza debo hollar esta tierra donde en todas partes el Verbo se ha hecho carne. Con qué respeto debo encontrar al otro que trae a Dios cerca.
Debido al impacto del libro, decidí crear un fin de semana de oración al que llamé «Adondequiera que se vuelvan, allí está la faz de Dios». Este retiro ecológico se celebró del 17 al 19 de marzo de 2023 en el Centro de la Misericordia «Nuestra Señora de Guadalupe», en la ciudad de Belice. El objetivo era captar la cercanía, la unidad y la intimidad entre el Creador y toda la Creación.
Durante el fin de semana hice pocas presentaciones, dejando que las oraciones hablaran del tema. Algunas ideas proceden del libro de Michael Morwood, Praying A New Story [Orando una nueva historia], donde escribe: «Debemos tener en cuenta toda la creación y a todos los seres humanos cuando hablamos de que Dios está presente y actúa. Tal comprensión inclusiva tiene la capacidad de curar, educar y transformar la comunidad humana».
Elegimos tarjetas de Navidad con escenas de la Natividad de la mesa de oración y proclamamos: «El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros». Luego cruzamos los brazos sobre el pecho y dijimos en voz alta: «El Verbo se hizo carne y vive en mí y a través de mí». Nos sentamos en las verandas y contemplamos los árboles, la hierba, las iguanas, el cielo, los pájaros, el mar, los vehículos y las personas que pasaban, y recordamos: «Adondequiera que se vuelvan, allí está la faz de Dios».
Escuchamos el Prólogo del Evangelio de Juan y pedimos que Cristo, nuestro fuego santo, permanezca entre nosotros. Dejamos que el canto de John Philip Newell, «No importa hacia donde te vuelvas», cantara en nuestros corazones. Con la música y las palabras de Jan Novotka alabamos «al Santo oculto en todas las cosas, y pedimos misericordia por el agua estropeada, los hábitats destruidos, el aire inseguro para respirar y un mundo envenenado».
Cerramos el fin de semana prometiendo que «En este lugar sagrado en el que estamos, proclamamos vivir para todos: amar la vida, sanar la Tierra, soñar sueños, abrazar a todos en nuestros corazones y manos».
Concluyo con los comentarios de una de las personas, participante en el retiro: «Lo más útil fueron las oraciones del folleto. Abrieron mi corazón y mi mente a la presencia de Dios en toda la Creación y a zonas a las que nunca había pensado ir».