Edad 82
Nacida en Portland, Maine, Hermana Jean asistió a la Primaria de San Patricio y se graduó de la Preparatoria de la Catedral. Hermana Jean entró a las Hermanas de la Misericordia en 1957 y obtuvo licenciatura en educación de la Universidad de San José, Standish y maestría de la Universidad de Boston.
Hermana Jean inició su carrera en educación parroquial, pero en 1968, el camino de su carrera cambió; empezó su ministerio en la Agencia Diocesana de Relaciones Humanas (ahora Caridades Católicas de Maine), Portland. Asumió el nuevo puesto como directora del Centro de Desarrollo Infantil de Santa Isabel y administradora de Cuidado en Hogar Santos Inocentes, Portland. Este programa se enfocó en proveer cuidado en el hogar para niños y niñas, personas ancianas y familias de bajos recursos, un ministerio que reveló su amor y compasión por cada persona.
En 1978, Hermana Jean fue elegida por su comunidad a ser integrante del Equipo de Renovación, donde generosamente compartió sus dones de una fe profunda en Dios y en su vocación religiosa. Después de ese trabajo de tres años, fue llamada a ser la superiora de la Comunidad de San José en la Casa Madre y sirvió con gran energía y entusiasmo. Luego fue a Biddeford como asociada pastoral en la Parroquia de Santa María. Después de ese ministerio, fue elegida a formar parte del equipo de liderazgo de la Comunidad de la Misericordia y también sirvió como directora de ministerios de 1990 a 1994. Durante ese tiempo, también sirvió como integrante del Comité del Obispo para el Futuro de la Iglesia en Maine.
En 1994, Hermana Jean fue la co-directora de Asociadas/os de la Misericordia antes de ser directora de servicios voluntarios para el Programa para Refugiados de Caridades Católicas de Maine. Su corazón tierno entendió la presión que las personas refugiadas vivían al dejar su patria. En 1998, Hermana Jean fue elegida presidenta regional de la Comunidad de Portland, un puesto que tuvo hasta 2006. Durante esos años, acompañó a la comunidad por tiempos difíciles con humildad, sabiduría y confianza en Dios.
A Hermana Jean siempre le gustaba conocer a las personas y compartirles sus experiencias de vida. Tuvo un buen sentido de la historia y eventos, recordándolos rápidamente. Fue lectora ávida y disfrutaba de viajar, especialmente para visitar a sus primos.
El lema de Hermana Jean, «Omnia» significa «todas las cosas» y se reflejó en su deseo de dar todo de ella misma a Dios.