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Madres pasan de la supervivencia a la esperanza y el empoderamiento

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Por la Hermana Pat Forret

El Día de la Madre evoca memorias tan cariñosas de mi madre, una mujer de extraordinaria fe espiritual y devoción a la familia. Proviniendo de herencia irlandesa, sabía cómo criar a sus nueve hijos con seriedad o risa, dependiendo de lo que la situación demandara, y siempre con un poquito de acento irlandés.

Mis padres fueron una pareja devota y, en los buenos tiempos y momentos desafiantes, brindaron a sus hijos fe, seguridad, disciplina, trabajo arduo y amor por el país y la necesidad de educación.

De niña, no se me ocurrió que hubiera niños que desconocían a uno o ambos padres biológicos, hermanos, parientes lejanos o un lugar llamado «hogar».

En 2013, después de muchos años en cargos de liderazgo, comencé a buscar un programa para abrazar a bebés en el hospital y en el cual pudiera servir como voluntaria. Fue entonces cuando me reencontré con Gina, fundadora de Bethlehem House de Omaha. Con el apoyo de Gina, empecé el programa de Bethlehem House Abrazar al Bebé.

Bethlehem House se formó en 2005 para servir a las mujeres embarazadas y en crisis, sin tener en cuenta su credo o capacidad para pagar por una increíble gama de servicios residenciales y de guardería. ¡Como el amor y la ayuda de Catalina McAuley a las mujeres jóvenes, pobres y necesitadas de su época!

En reconocimiento al Día de la Madre de 2020, me gustaría presentarles a tres mujeres que compartieron voluntariamente sus experiencias de pasar de las adversidades que amenazan la vida a un lugar de supervivencia, esperanza y empoderamiento.

Krystle, ex residente de Bethlehem House, con su hijo en su triciclo favorito. Ha obtenido su diploma de secundaria y comenzará sus cursos universitarios este año.
Krystle, ex residente de Bethlehem House, con su hijo en su triciclo favorito. Ha obtenido su diploma de secundaria y comenzará sus cursos universitarios este año.

Krystle, con cuatro meses de embarazo, fue acogida de nuevo en Bethlehem House después de sobrevivir a la negligencia de la temprana infancia, las adicciones y los intentos de acabar con su vida. Describió vívidamente la noche de desesperación más profunda que llevó a doblegarla de rodillas y rogarle a un Dios que nunca conoció. Fue este encuentro con Dios que la hizo regresar a Bethlehem House, un lugar que sabía que era seguro, acogedor, comprensivo y amoroso. ¡Ella estaba en lo cierto!

Hoy, Krystle tiene dos años de sobriedad, tiene un trabajo a tiempo completo, transporte confiable y un hogar seguro con sus hijos. Tomando en serio su compromiso con la educación, ya ha obtenido su diploma de nivel secundario y está en camino a las clases universitarias de septiembre a diciembre.

Sin las experiencias de un amor verdadero y de un hogar estable, Emily tuvo que aprenderlos por sí misma. La negligencia infantil dio lugar a vivencias en hogares de crianza inestables y abusivos. No es sorprendente que, en su intento de encontrar amor y aceptación, entablara una relación abusiva durante su adultez. Prometiendo que sus hijos no tendrían que tolerar tal abuso, se informó acerca de Bethlehem House. Durante su estancia allí, reconoció los dones que Dios le había dado, incluido su deseo de ser enfermera. En agosto, ingresará al programa de enfermería de College of Saint Mary y vivirá con sus hijas en la residencia universitaria de Mothers Living and Learning (Madres que viven y aprenden).

Emily espera con interés compartir sus conocimientos de enfermería con Bethlehem House.

Sarah sufre de manía y vivió con sus padres hasta los 30 años de edad, cuando estuvo embarazada de su primer hijo. Contra la insistencia de sus padres de dar al bebé en adopción, decidió quedarse con su hijo y criarlo. Esta decisión la llevó a Bethlehem House y a todo el apoyo y cuidado amoroso que brinda.

Sarah y su hijo Jude participaron en el Programa de Guardería de Bethlehem House. Tiene programado obtener un título en educación.
Sarah y su hijo Jude participaron en el Programa de Guardería de Bethlehem House. Tiene programado obtener un título en educación.

Después de siete meses en Bethlehem House y catorce meses con el Programa de Guardería de Bethlehem House, Sarah está bien encaminada a ser la mujer y madre que aspira ser. Ahora puede verse a sí misma como: Una madre amorosa y responsable con su hijo, con padres orgullosos del progreso de su hija y el amor absoluto por su querido nieto; feliz con un empleo remunerado y viviendo con su hijo en un ambiente seguro y amoroso; y con planes concretos de obtener su título en educación.

Sarah expresó estas palabras al reconocer a todas las personas que participaron en el cambio de su vida:

«Pido a Dios que me bendiga para que yo pueda bendecir a otros».