De Hermana Cynthia Serjak
Cada vez que tengo la oportunidad de visitar la placa histórica que se instaló hace 25 años, cuando la comunidad de Pittsburgh celebró su 150º aniversario, me conmueven las palabras «inmediatamente».
Las hermanas llegaron en el solsticio de invierno, un tiempo oscuro y frío en el hemisferio norte. Cruzaron el océano y atravesaron las montañas en tren y en diligencia. Cuando por fin llegaron a Pittsburgh, Pennsylvania tenían todo el derecho de tomarse unos días libres, descansar, establecerse y pasear alrededor. Pero los anales mencionan que no perdieron tiempo. Comenzaron «inmediatamente» a hacer lo que habían venido a hacer.
De Eliza a la Hermana Xavier
Esa energía debe haber impresionado a la joven Eliza Jane Tiernan, que suministró las flores de la capilla para la primera Navidad de las Hermanas en los Estados Unidos, apenas unos días después de su llegada. Ella presenció cómo las hermanas renovaron sus votos en Año Nuevo y, semanas más tarde, se convirtió en la primera postulante para luego recibir como religiosa el nombre de Xavier. Un año después, Eliza viajó a Irlanda con la Madre Frances Warde y se quedó varios meses, regresando con nuevas candidatas, incluso una novicia.
En 1848, Pittsburgh sufrió una epidemia y las hermanas comenzaron a aceptar pacientes con tifus en el nuevo Hospital de la Misericordia. Por su servicio incansable, muchas hermanas –incluso la Hermana Xavier Tiernan– murieron de tifus. La corta vida religiosa de Xavier fue rica en Misericordia y su obituario del 11 de marzo de 1848 en Pittsburgh Catholic revela su propio impulso por servir: «No podemos exagerar su pérdida, no solo para la comunidad religiosa que tanto edificó, sino para todos los que entraron en su amplia esfera de labor pastoral».
La Próxima Generación de Misericordia
Al igual que Eliza Tiernan, muchas jóvenes hoy buscan formas de unirse para hacer una diferencia en el mundo. Nuestras propias hermanas nuevas tienen una buena porción del espíritu de Frances Warde y de sus compañeras, ya que participan con entusiasmo en las obras de Misericordia ahí donde se encuentran. Están llamadas a hacer esto en la Misericordia, porque la Misericordia tiene la reputación de responder «de inmediato», ya sea en la frontera de los Estados Unidos y México, en Haití o con el vecino necesitado del barrio.
La Misericordia no espera para ver si alguien más responde primero. Más bien sale y toma la iniciativa, luego mira a su alrededor para ver a quién más podría ayudar. Al igual que Catalina, sabemos que los pobres necesitan ayuda hoy, no la próxima semana. Cuando las personas necesitadas miran a su alrededor, ven que la puerta de la Misericordia está entreabierta, lista para darles la bienvenida «al instante».
La información sobre Xavier Tiernan fue tomada de On the Wing (Historia de las Hermanas de la Misericordia de Pittsburgh, 1843-1968) de la Hermana Jerome McHale, Seabury Press, 1980.